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Colombia, frente al espejo de su tragedia en el histórico Informe Final de la Comisión de la Verdad

El trabajo recoge el testimonio de miles de víctimas de los 60 años de guerra, expone cómo parte de la sociedad le dio la espalda a quienes más sufrieron y propone una serie de recomendaciones que Gustavo Petro, asegura, asumirá.

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El padre Lerroux le entrega a Gustavo Petro el Informe Final de la Comisión de la Verdad. — Javier Sulé / Público

bogotá, colombia, Actualizado:

Colombia ha vuelto a vivir un día histórico a partir del cual deberá saber dimensionar su propia tragedia, la ocasionada por un conflicto armado de más de 60 años que todavía persiste y que causó más de 10 millones de víctimas, el 80% civiles. La Comisión de la Verdad ha entregado este martes su Informe Final en el que cuenta qué fue lo que pasó en la guerra, por qué pasó, quiénes lo hicieron y cómo gran parte de la sociedad colombiana que no sufrió el conflicto directamente miró para otro lado sin dar ninguna respuesta a los horrores cometidos por paramilitares, guerrillas y agentes del Estado. El Informe resalta la capacidad de las víctimas para resistir en medio de la guerra y hace un llamado a la reconciliación y la convivencia.

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El Informe, que tiene 5.000 páginas repartidas en diez tomos, es el resultado de cuatro años de investigación sobre más de medio siglo de conflicto armado y aporta luz para comprender, analizar y conocer las razones y las múltiples verdades de la guerra.

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Un amplio equipo de investigadores, con 11 comisionados, ha recorrido todo el país y han escuchado cerca de 29.000 testimonios de víctimas de toda condición; indígenas, afros, mujeres, niños y niñas, campesinos, también de miembros de grupos armados ilegales, de la Fuerza Pública, de políticos, empresarios y otros actores que tuvieron que ver con el conflicto armado colombiano. A diferencia de otras comisiones de la verdad en el mundo, han recogido la voz de cientos de exiliados y exiliadas colombianos en 23 países que tuvieron que dejar el país por la violencia. En definitiva, miles de historias sobre la inhumanidad de la guerra.

El Informe cuenta lo que lo que pasó en la guerra y cómo buena parte de la sociedad colombiana miró para otro lado

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La Comisión ha recibido también más de 1.100 informes de distintas organizaciones e instituciones que han contrastado y sistematizado. Ha investigado 730 casos en profundidad, como la difícil situación de los pueblos indígenas y comunidades negras, y ha impulsado múltiples espacios de encuentro, diálogo, de reconocimientos de responsabilidad y de dignificación a víctimas.

Al acto de presentación del Informe celebrado en el teatro Jorege Eliecer Gaitán de Bogotá asistieron unas 3.000 personas y ha contado con la presencia del presidente electo Gustavo Petro y de la vicepresidenta Francia Márquez. El presidente actual Iván Duque no fue pese a estar invitado. Se ha excusado por estar en Portugal y recibirá a la Comisión en julio, pero su ausencia denotó una cierta molestia entre los comisionados.

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Una de las recomendaciones que el Informe hace es implementar de forma integral los acuerdos de paz de 2016. — Javier Sulé / Público

En su discurso, el presidente de la Comisión, el cura jesuita y filósofo Francisco de Roux ha puesto el acento en el hecho que Colombia sea un país geográfica y culturalmente muy rico y diverso, donde ha destacado el coraje de las mujeres, la audacia de los jóvenes y la fuerza secular de los campesinos, los indígenas y los afrodescendientes. Al mismo tiempo, ha señalado que "es una sociedad excluyente, con problemas estructurales nunca enfrentados como la desigualdad, el racismo, el patriarcado, la corrupción, el narcotráfico, la impunidad, el negacionismo y la seguridad que no da seguridad. Eso es precisamente lo que hay que cambiar por caminos pacíficos y democráticos".

De Roux aseguró que la escucha de las víctimas les ha impactado brutalmente y ha lanzado una profunda crítica al país, que ahora con el conocimiento del Informe estará frente a su propio espejo. El presidente de la Comisión se ha preguntado por qué el país no se detuvo para exigir a las guerrillas y al Estado parar la guerra política desde el principio, para negociar una paz integral.

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Un amplio equipo de investigadores ha recorrido todo el país y escuchado cerca de 29.000 testimonios de víctimas

"¿Cuál fue el papel del Estado y las instituciones que no impidieron y más bien promovieron el conflicto armado? ¿Hasta dónde los que tomaron las armas contra el Estado calcularon las consecuencias brutales y macabras de su decisión? ¿Nunca entendieron que el orden armado que imponían sobre los pueblos y comunidades que decían proteger los destruía y luego los abandonaba en manos de verdugos paramilitares? ¿Qué hicieron los religiosos, los educadores, los jueces y fiscales que dejaron acumular la impunidad? ¿Qué papel jugaron los formadores de opinión y los medios de comunicación? ¿Cómo nos atrevimos a dejar que pasara y a dejar que continúe?", ha lamentado.

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De Roux ha convocado a "la construcción de la paz grande" y ha entregado el Informe Final al presidente electo Gustavo Petro que se ha comprometido a tener en cuenta sus recomendaciones durante su gobierno. En su primer discurso público tras ser elegido presidente, Petro ha sido muy enfático en ese compromiso. "Existe la posibilidad de pasar a una era de paz. Cuántos procesos de paz hemos firmado y cuántas veces hemos vuelto a la violencia. Debemos cortar los ciclos de la venganza", insistió al tiempo que afirmó que la verdad tiene un sentido que es el diálogo, el acuerdo, la convivencia y la reconciliación. "Debemos convertir los espacios de la verdad en espacios de reconciliación", continuó.

Los grupos paramilitares fueron los grupos armados que más atrocidades cometieron en el marco del conflicto armado. — Javier Sulé / Público

Para el español Carlos Beristain, uno de los comisionados autores de la investigación en el capítulo del exilio, el Informe debería servir para tomar conciencia de lo que ha sucedido y no debe volver a suceder. "La sociedad y el mundo deben ser conscientes de cuáles fueron los mecanismos que hicieron posible el horror a gran escala que ha vivido Colombia y también recordar los bloqueos de todos los tratados de paz que se han intentado dar en estos últimos 40 años. El Informe muestra un camino de salida, las acciones y las líneas de trabajo para el futuro", afirma para Público.

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Gustavo Petro afirma que la verdad tiene un sentido que es el diálogo, el acuerdo, la convivencia y la reconciliación

Por su parte Leyner Palacios, otro de los comisionados que ha realizado la investigación, opina que el Informe ha de conseguir que se pueda reconocer ese pasado doloroso y lograr un compromiso con la reconciliación. "Este es un Informe que nos enrostra una realidad dura, es una crítica sobre ese pasado, pero también es una interpelación a que identifiquemos qué debemos transformar y en ese sentido hay una serie de recomendaciones sobre qué debemos cambiar", señala a Público.

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Palacios también fue víctima del conflicto armado como superviviente de la masacre de Bojayá, una localidad de la región del Chocó, donde en un enfrentamiento entre paramilitares y la guerrilla de las FARC murieron 79 personas, la mayoría mujeres y niños y niñas que se refugiaban en la iglesia de los combates y en ese fuego cruzado una bomba lanzada por la guerrilla cayó fatídicamente en el altar del templo.

Recomendaciones

La Comisión de la Verdad le dejará a Colombia no solo un relato sobre la memoria de lo que sucedió sino múltiples recomendaciones para avanzar hacia la convivencia, la reconciliación y la no repetición. Algunas de ellas son que se reconozca a las víctimas del conflicto armado en su dolor, dignidad y resistencias, así como a comprometerse con su reparación y que se implemente de manera integral el acuerdo de paz firmado hace cinco años entre el Gobierno que presidía Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC.

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También pide tomar la iniciativa para alcanzar la paz con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y con otros grupos armados, frenar la impunidad, dar prioridad a garantizar las condiciones de bienestar y vida digna de las personas y las comunidades sin exclusiones, dar a los campesinos el lugar que merecen, superar el racismo estructural, el colonialismo y la exclusión o reconocer la incursión del narcotráfico en la cultura, el Estado, la política y la economía y, al mismo tiempo, poner en marcha una nueva estrategia de regulación contra las drogas donde Colombia, por la historia sufrida.

El Informe recomienda poner en marcha una estrategia contra las drogas donde Colombia puede tomar el liderazgo

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Las dimensiones de la violencia vivida muestran que el conflicto armado colombiano es uno de los más sangrientos de la historia contemporánea de América Latina. El Informe Final de la Comisión de la Verdad indica que 50.770 personas fueron secuestradas, 121.768 desaparecidas, 450.664 asesinadas y 7,7 millones desplazadas forzadamente, entre otras modalidades de violencia, como las miles de víctimas de violencia sexual.

Muchos son rostros y sucesos criminales que cuesta imaginar siquiera como el de los llamados falsos positivos, donde 6.402 civiles inocentes fueron asesinados por el Ejército que los hacía pasar por guerrilleros para mostrar resultados, o como más de 30.000 niños y niñas fueron vinculados a la lucha armada cuando tenían 15 años o menos. Entre los capítulos que se pueden encontrar en el Informe hay uno precisamente dedicado a los impactos que la guerra tuvo en niñas y niñas, otro dedicado a los impactos del conflicto en las mujeres y la población LGTB y otros sobre la desaparición forzada, el secuestro, el desplazamiento, el exilio y otras modalidades de violencia que se vivieron.

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Los grupos paramilitares fueron los grupos armados que más atrocidades cometieron en el marco del conflicto armado. — Javier Sulé / Público

En el teatro Eliecer Gaitan había precisamente algunas de esas víctimas del conflicto como la reconocida periodista Jineth Bedoya, violada por paramilitares mientras realizaba una investigación periodística. "Nuestro gran sueño es que el Informe sirva para que mucha gente entienda que es lo que hemos vivido, cómo lo tuvimos que afrontar y que esa otra Colombia, que no fue tan golpeada, entienda que el conflicto existió, generó mucho daño y nos dejó grandes heridas", dice a Público.

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