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Los clérigos iraníes aterrorizan a cinco chicas de Teherán que les desafiaron bailando 'Calm Down', de Selena Gómez

Danzando la insurgencia: los ayatolás persiguen a las mujeres y ellas responden bailando sin hiyab.

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Las chicas de Ekbatán, en un momento de su coreografía que les ha costado su encarcelamiento en Irán.

"A todas las mujeres hermosas que luchan por un mundo mejor: canto para vosotras y sueño con vosotras", escribía el pasado martes el cantante Rema en un retuit de un vídeo donde se observa a cinco muchachas en un parque de las afueras de Teherán, la capital de Irán, ejecutando una coreografía del Calm Down, el superéxito global que el nigeriano canta a dúo con Selena Gómez. El quinteto fue inmediatamente bautizado como "Las chicas de Ekbatan", que es el nombre del lugar donde las bailarinas registraron su vídeo.

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La barriada se encuentra a unos cinco kilómetros al oeste de la capital del país. Es el clásico vecindario de colmenas levantado a mediados de los 70 para albergar a las clases populares, pero además, desde que comenzaron las protestas, se ha convertido en uno de los nodos principales de la rebelión.

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No importa cuántos jóvenes hayan colgado de una grúa los fundamentalistas o que en el país suela bromearse con que los estudiantes se han mudado de las universidades a las cárceles: la gente sigue rebelándose y en la avanzadilla se encuentran las mujeres. El vídeo retuiteado por el cantante nigeriano de afrobeat fue grabado por la profesora de baile de las chicas en el bloque número 13 de Ekbatar y publicado en Tik Tok el día 8 de marzo, coincidiendo con el Día de la Mujer. En apenas unas horas, la grabación de 40 segundos se viralizó de confín a confín del planeta.

Al régimen le parece una obscenidad imperdonable que las mujeres se dejen ver con pantalones ajustados

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A renglón seguido, la Seguridad del régimen se dispuso a identificar a las adolescentes que aparecían en el vídeo sin hiyab mientras una legión de medios adictos a la teocracia las humillaban públicamente. A los piadosos chiítas les parece una obscenidad imperdonable que se dejaran ver con pantalones ajustados a la cadera y realizando movimientos de abdomen y cintura. En algunas de las fotos distribuidas, se han pixelado los frames en que menean sus traseros.

"Desde hace un tiempo, se está extendiendo la desnudez en nuestra sociedad por culpa de las maquinaciones de nuestros enemigos", se quejan los clérigos en una carta dirigida al presidente del país, Ali Jamenei, al tiempo que le piden que desoiga a las estudiantes que claman por la derogación de la norma que las obliga a cubrir su cabeza con hiyab. "La noble ley fundamental de Irán obliga a las mujeres a vestir de tal forma que puedan ser reconocidas como dignas de alcanzar el califato divino para que no sean acosadas por personas superficiales y no se obsesionen con su físico".

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Detenidas y maltratadas

La reacción de los clérigos a la divulgación del vídeo no se hizo esperar. Un medio digital local informaba esta semana de que agentes de la Policía irrumpieron en la barriada de Ekbatan e interrogaron a sus residentes acerca de lo sucedido horas después de que se viralizara. La primera de las detenidas fue Janem Mitra, su profesora.

La cuenta de Instagram donde colgó el clip fue temporalmente desactivada mientras se extendían las rumores de que las niñas habían sido detenidas y maltratadas.

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La cinco chicas del vídeo reaparecieron con hiyab en la cárcel de Ekbatan

En efecto, así fue. A mediados de esta semana, las cinco chicas reaparecían en una nueva grabación efectuada en el mismo patio interior del Bloque 13 de Ekbatan. Solo que ahora sí portaban el hiyab y las largas ropas oscuras que, a juicio de los ayatolás, debería vestir cualquier mujer decente.

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Contenido adicional o infografía: ver versión completa del artículo.

Es habitual que la Seguridad de ese régimen misógino y patriarcal fuerce a los estudiantes a realizar confesiones públicas. En la nueva grabación, las chicas se disculpan por su "repugnante baile" y, tras pedir perdón, aseguran que han sido utilizadas por los enemigos del país para sus fines políticos. "No nos pidieron permiso para publicarlas", dicen las aterrorizadas estudiantes.

Las bailarinas de Ekbatan fueron detenidas el día 13 y permanecieron 48 horas bajo custodia policial. El vídeo con sus confesiones fue subido a la cuenta de Instagram de Janem Mitra, su instructora de baile. Pero en lugar de arredrarse, el resto de las iraníes iniciaron una campaña de solidaridad y apoyo hacia las chicas, cuyo gesto fue descrito por la oposición iraní como "una hazaña increíblemente valiente". Ahora no hay uno, sino cientos de vídeos de iraníes y mujeres de todo el planeta interpretando la misma coreografía al ritmo de la canción de Rema y de Selena Gómez.

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La rebelión en el país parece imparable. Incluso Mozhgan Eftejari, la madre de la chica kurda cuyo asesinato ha desencadenado los disturbios, se ha atrevido esta semana a desafiar al régimen publicando en Instagram una foto de Mahsa Amini, acompañada de unas conmovedoras palabras: "¿Qué haré este Eid (fiesta del ayuno) sin ti? Zina Jan, por Dios, el mundo no es un lugar hermoso en tu ausencia".

En cierta manera, las chicas de Ekbatan han sido afortunadas. Después de todo, han sido liberadas tras su arresto. Menos suerte tuvieron Amir-Mohammad Ahmadi y Astiyazh Haghighi, una pareja de iraníes. Ambos fueron condenados el pasado mes a diez años y medio y diez años de prisión, respectivamente, por subir a sus cuentas de Instagram 17 segundos de una coreografía en la que bailaban un agarrao en medio de la noche en las inmediaciones de la torre de la Libertad de Teherán. Al poco de subir la grabación a Instagram, media docena de basijis (fuerzas paramilitares del régimen) se presentaron en sus casas y se los llevaron a un penal.

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No hubieran recibido un castigo peor estos dos prometidos si hubieran atracado un banco. En su contra estaba el hecho de ser enjuiciados por Abolqasem Salvati, el llamado "juez de la muerte y de las ejecuciones". Técnicamente, los muchachos no han sido condenados por bailar, sino por "difundir la corrupción, la prostitución y el vicio; por reunirse con la intención de perturbar la seguridad nacional y por participar en actividades contrarias al régimen".

Otros casos de bailes reprimidos

Lo ocurrido no es anecdótico. Existen otros casos conocidos anteriores de bailarines salvajemente castigados por danzar públicamente y divulgarlo en las redes sociales. Hace seis años, las autoridades arrestaron a seis jóvenes acusadas de enseñar a bailar zumba.

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En 2014, otras seis personas fueron condenadas a un año de prisión y 91 latigazos por aparecer en un clip bailando la canción Happy de Pharrell Williams sobre la azotea de un inmueble. A última hora se libraron de prisión porque las sentencias fueron suspendidas durante tres años a condición de que "no recayeran en el vicio". Se les acusaba, concretamente, de moverse en compañía de miembros de otro sexo y de llevar su pelo descubierto.

Al menos 1.500 niñas estudiantes se han visto afectadas por síntomas de envenenamiento

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El incidente de las chicas de Ekbatan se ha registrado en medio de la atmósfera de terror creada en las escuelas iraníes por el envenenamiento en serie de al menos 1.500 niñas. Se ignora a ciencia cierta quiénes están detrás, pero la oposición tiene por cierto que es el propio Gobierno el que ha apadrinado los ataques con el fin de amedrentarlas y disuadirlas de seguir tomando parte en las revueltas.

"No os quepa la menor duda de que el propio Gobierno está detrás", nos dice un refugiado persa en España. "Los ataques están tan organizados que no existe ni la más mínima posibilidad de que hayan sido perpetrados por gente común. Es incluso posible que la mayoría del régimen desconozca, como dicen, la identidad de los atacantes, pero esto tiene una sencilla explicación. Esos gorilas que trabajan para el Gobierno no reciben órdenes ni directrices directas de nadie. Se les asigna un objetivo, a menudo, ni siquiera de una forma explícita o, simplemente, lo coligen ellos mismos escuchando los sermones de los viernes. Pero luego pasan a la acción por su cuenta, de manera que si algo sale mal, nadie se hace responsable".

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El primer ataque contra una escuela conocido tuvo lugar en un centro de segundaria de Qom. A este le siguieron luego otros en Borujerd, Sari, Kermansah, Ardabil y Teherán. Al menos 1.500 estudiantes se han visto afectadas por síntomas de envenenamiento. Y los casos de envenenamiento han continuado esta semana. Hasta el día 12 de marzo, cien niñas se hallaban internadas en centros médicos. Las chiquillas son su objetivo principal, pero hay también muchachos y docentes entre las víctimas.

"La gente que ha sido arrestada no tiene absolutamente nada que ver con lo sucedido", prosigue el opositor refugiado en España. "Solo están tratando de levantar cortinas de humo. Ese es su modus operandi. Extender rumores y noticias falsas en la sociedad les toma cinco minutos, pero demostrar que se equivocan nos obliga a invertir meses y, entre tanto, consiguen distraer la atención de la gente sobre los asuntos verdaderamente importantes. Hicieron lo mismo el pasado otoño con las manifestaciones. Todas estas noticias falsas son manufacturadas por una rama de los servicios de Inteligencia de Irán y de la Guardia Revolucionaria. En mi país, puede suceder cualquier cosa. Esas chicas que acaban en las comisarías son golpeadas, violadas y, en ocasiones, incluso asesinadas. Y en paralelo, van a por sus familias, les presionan o hacen que pierdan sus trabajos. Ni siquiera les importa lo que tú vayas a publicar".

Desde que se dio a conocer lo acaecido se ha especulado con que pudiera tratarse de nitrógeno, monóxido de carbono o alguna clase de sustancia organofosforada liberada en el aire. Hasta el día de hoy, se han producido cien arrestos en varias ciudades. "Las investigaciones iniciales muestran que varias de estas detenidas, por travesura o aventurerismo y con el objetivo de cerrar las aulas e influenciadas por la atmósfera psicológica creada, han usado sustancias inofensivas y malolientes", se lee en un comunicado divulgado por la agencia IRNA.

En las semanas precedentes, se insinuó también que pudiera tratarse de los Talibán, una secta de milenaristas o una especie de episodio colectivo de histeria. Hechos prácticamente idénticos se registraron en Afganistán entre 2009 y 2016 sin que se identificara claramente su causante. Llegó a decirse entonces que se trataba de una enfermedad sicógena masiva.

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