China ofrece un plan de paz en Ucrania para reforzar su liderazgo mundial
China prepara un plan de paz para Ucrania, consciente de que este conflicto puede ayudarla a consolidar su liderazgo entre los países hartos de la hegemonía estadounidense, el servilismo europeo ante Washington y la agresiva política exterior rusa.
Publicidad
Actualizado:
Desde que comenzó la guerra de Ucrania, China ha defendido la necesidad del diálogo para poner fin al conflicto, no tanto por razones humanitarias, como por el daño que la contienda está causando al comercio y la economía mundiales, y por la relevancia hegemónica que Estados Unidos, su principal rival en la arena internacional, está consiguiendo gracias a esta crisis.
Publicidad
A pesar de su aparente neutralidad, las simpatías de China quedan claras. Pekín no ha condenado a Rusia por su invasión del país vecino y ha criticado abiertamente las sanciones occidentales impuestas a Moscú. También ha advertido del peligro que supone el masivo suministro de armas al ejército ucraniano, lo que ha llevado a Occidente a acusar a China de hacerle el juego al Kremlin.
Con ocasión del primer aniversario de la invasión, el 24 de febrero, el régimen chino ha anunciado un inminente discurso de Xi Jinping que apostaría por la convocatoria de una mesa de negociaciones. Según la agencia Bloomberg, esta propuesta incluiría un alto el fuego y el fin del envío de armas occidentales a Ucrania.
El número uno de la diplomacia china, Wang Yi, viaja a Moscú
Publicidad
Al tiempo que el presidente estadounidense, Joe Biden, viajaba este lunes a Kiev, donde reiteró el apoyo sin fisuras a Ucrania en su guerra contra Rusia y prometía otros 500 millones de dólares en armas y municiones, el número uno de la diplomacia china, Wang Yi, viajaba a Moscú con la propuesta de un proceso de diálogo y con el mensaje de que China no quiere una guerra larga".
China es uno de los países que ha sentido con más fuerza los daños económicos del conflicto. Además, ha visto en el último año cómo Occidente se alienaba contra Rusia, uno de los principales proveedores de gas y petróleo de China, al tiempo que ponía su mirilla en el gigante asiático.
Publicidad
Estados Unidos, que ha reforzado su liderazgo internacional gracias a la guerra, considera a China su principal rival geopolítico y económico, y no ha dudado en aprovechar la coyuntura de la crisis ucraniana para intensificar su ofensiva diplomática, económica y de seguridad sobre Pekín. Una ofensiva que es respaldada por una Unión Europea que sigue las proclamas de EEUU, hasta el extremo de arriesgar sus lazos comerciales y tecnológicos con China.
La ruta de paz china, apuntada en el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich este pasado fin de semana, es esperada con suspicacia por los participantes directos o indirectos en el conflicto. Ni los rusos están dispuestos a abandonar la Ucrania ocupada ni los ucranianos se van a rendir antes de recuperar el territorio invadido.
Publicidad
Tampoco quiere Europa avanzar hacia la paz en estos momentos. "No es la hora del diálogo" y "hay que invertir masivamente en defensa", señaló en Munich el presidente francés, Emmanuel Macron, quien antes de la invasión insistía en la necesidad de no acorralar a Rusia y asegurar a Moscú garantías de seguridad ante el avance imparable de la OTAN hacia sus fronteras.
EEUU acusa a China de preparar envíos de armas a Rusia
Y al tiempo que Occidente pasa todas las líneas rojas habidas y por haber en el apoyo militar masivo a Ucrania, rozando la intervención directa en el conflicto, Estados Unidos hace gala una vez de un peligroso doble rasero.
Publicidad
Al anunciarse el posible plan de paz de Pekín, Estados Unidos aprovechó el marco de la Conferencia de Seguridad de Múnich para dejar caer que China podría estar preparando un paquete de asistencia militar a Rusia, que, de verificarse, "tendría graves consecuencias".
"Estamos muy preocupados por el hecho de que China esté considerando proporcionar apoyo letal a Rusia en su agresión contra Ucrania", afirmó el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, en una entrevista televisada por el canal CBS. Según Blinken, ese "apoyo letal" chino a Rusia incluiría "todo, desde munición a armamento en sí".
Publicidad
Estas acusaciones se añaden a la crisis sobre el globo "espía" chino derribado sobre las aguas de EEUU por un misil estadounidense en la lista de recientes incidentes que empañan si cabe más la tensa relación entre los dos países.
El temor de la Casa Blanca
Uno de los temores de la Casa Blanca es que el gas y el petróleo rusos desviados de los mercados europeos a China, tras la imposición de sanciones a Moscú, acabe siendo intercambiado por munición para artillería o por drones chinos justo cuando los arsenales rusos y europeos están exangües y se las ven con muchas dificultades para enviar sus proyectiles al frente bélico.
Publicidad
Putin ha ordenado la fabricación contrarreloj de material bélico
Ante esta situación, el presidente Vladímir Putin ha ordenado la fabricación contrarreloj de ese material bélico y Bruselas ha instado a los socios europeos a incrementar su producción de munición para destinarla a Ucrania. De ahí la preocupación aliada ante una eventual llegada masiva de munición china al teatro de la guerra que podría cambiar el curso del conflicto.
Publicidad
En otra alocución, esta vez en Twitter, el responsable de la diplomacia de Estados Unidos dijo que había advertido en Múnich al director de la Oficina de la Comisión de Asuntos Exteriores del Partido Comunista de China (PCCh), Wang Yi, sobre ese eventual suministro de material bélico a Rusia, aunque también apostó por mantener abiertos los canales de diálogo con el Gobierno chino.
Igual hizo el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien tras verse con Wang en Múnich, subrayó que esa eventual asistencia militar china a Rusia significaría traspasar una línea roja en las relaciones entre Bruselas y Pekín.
Publicidad
Hay "fuerzas" que se oponen a la paz, dice el enviado chino
Wang Yi fue quien el sábado, también en Múnich, adelantó que China presentaría esa propuesta para buscar una solución política a la guerra de Ucrania. Wang lamentó la "mentalidad de Guerra Fría" imperante en estos momentos en Occidente y subrayó la apuesta de Pekín por unas conversaciones de paz que lleven al alto en fuego en Ucrania.
Publicidad
"Permaneceremos firmes en el lado de la paz y el diálogo", afirmó Wang ante los reunidos en la Conferencia. Sin embargo, el diplomático chino denunció que "hay ciertas fuerzas" opuestas a la apertura de un diálogo, pues "tienen objetivos estratégicos más importantes que Ucrania".
Wang Yi explicó que Pekín había consultado ya a Alemania, Francia e Italia sobre la iniciativa de paz china, que también apuesta por respetar los principios de soberanía, integridad territorial y la Carta de la ONU. Eso sí, señaló Wang, se deben garantizar los intereses legítimos de seguridad de Rusia. Esta es la parte de la iniciativa que seguramente rechazarían Washington y Bruselas, empeñados en una improbable derrota total de Rusia en la guerra.
El plan chino será provechoso… para Pekín
Pekín sabe perfectamente el papel que puede jugar con una propuesta de paz, aunque no sea muy concreta inicialmente para evitar la desbandada de las partes. Pero la apuesta de China no busca la aquiescencia de Occidente, que siempre verá mal cualquier iniciativa de paz ajena y más aún si proviene de un país, China, descalificado como un riesgo internacional en la última Cumbre de la OTAN celebrada en Madrid en 2022.
China quiere reforzar su papel de país pacifista
China quiere, sobre todo, reforzar su papel de país pacifista allí donde Occidente insiste en su belicismo. Tal iniciativa de paz dejaría en evidencia el fracaso de Europa y Estados Unidos para acabar con la guerra, e incluso su empecinamiento en alargar la contienda con nuevos envíos de armas pesadas y una creciente involucración en el conflicto.
Y el llamado "Sur", como se denomina eufemísticamente en Occidente a los países en desarrollo de Asia, Latinoamérica y África que han sufrido más las injerencias europeas y estadounidenses a lo largo de su historia, no vería mal una apuesta de paz proveniente de terceros no implicados en la contienda.
El canciller alemán, Olaf Scholz, visitó recientemente Argentina, Brasil, Chile y Sudáfrica con la intención de recabar más condenas contra Rusia. Y, aunque triunfó en el ámbito bilateral y comercial, fracasó en su intento de alinear a esos países con la posición atlantista y antirrusa. El "Sur" no acaba de ver que Europa y Estados Unidos muestren tanta atención hacia un conflicto, el ucraniano, mientras ignoran las guerras y crisis que se suceden en países africanos y de Oriente Medio, como ocurre en Etiopía o Yemen, con muchísimas más víctimas civiles que en Ucrania.
Desde la distancia, se ve mucho más claro el duelo de fuerzas entre Rusia y la OTAN antes de la invasión
También consideran que la crisis de los cereales provocada por la invasión rusa de Ucrania y que tanto les afecta para la alimentación de sus poblaciones no solo es responsabilidad de Moscú. Desde la distancia, se ve mucho más claro el duelo de fuerzas entre Rusia y la OTAN antes de la invasión, cuando la entrada ucraniana en la Alianza Atlántica era respaldada unánimemente en Bruselas y Washington, mientras Moscú advertía que persistir en esa dirección era "casus belli", como finalmente ocurrió.
Para el "Sur", la acusación occidental a Rusia de "imperialismo", que tanto se ha escuchado estos días en Múnich, tiene mucho de hipocresía dado el pasado de la propia Europa y Estados Unidos.
En este contexto, reforzado por la creciente presencia económica de China en Sudamérica, África y la propia Asia, la propuesta de Xi Jinping tiene visos de ser escuchada más allá de Europa, donde la ceguera de Gobiernos y medios de comunicación ha convertido la guerra de Ucrania en una contienda mundial donde supuestamente están en juego la democracia y los valores occidentales frente a la barbarie rusa.
Pero como dijo Scholz en la Conferencia de Múnich, "para ser creíble y lograr algo como europeo o norteamericano en Yakarta, Nueva Delhi, Pretoria, Santiago de Chile, Brasilia o Singapur, no basta invocar valores comunes".