China apuesta por una Corea liderada por Seúl
Pekín apoya la reunificación bajo las riendas del Sur y el final de la dictadura de Kim Jong-il
Publicidad
El régimen de Corea del Norte está solo. Ni China se presta ya a ejercer de hermano mayor para la dictadura de Kim Jong-il. Los documentos filtrados por Wikileaks han revelado a una China cansada de la esquizofrenia de su vecino, dispuesta a respaldar el fin de la dictadura hereditaria de los Kim y a patrocinar la reunificación de la península de Corea bajo el mandato de Seúl. Corea del Norte ha dejado de ser un valioso estado-tampón para convertirse en un incordio en los esfuerzos de China por aumentar su influencia en la región.
Publicidad
Esta revelación es un mazazo para Corea del Norte, aunque el propio Kim Jong-il habría reconocido en privado que ya "no se puede confiar" en su otrora aliado. La noticia llega a la región cuando todavía se desarrollan maniobras militares en el borde de las dos Coreas y cuando el Norte mantiene desplegados sus misiles.
El régimen norcoreano se ha convertido en un incordio
Por si fuera poco, los papeles de Wikileaks descubren también cómo EEUU y Corea del Sur se dedicaron a principios de año a hacer predicciones sobre el fin de la dictadura norcoreana. La caída, según el diplomático Chun Yung-woo, ocurrirá "entre dos y tres años" tras la muerte del Querido Líder, lo que presupone una autoridad muy escasa al heredero Kim Jong-un. Este, según Chun, ha sido promovido "más por la mala salud de Kim Jong-il que por la existencia de un plan a largo plazo".
Publicidad
China, que hace ya un par de décadas cambió las ataduras de la ideología comunista por las oportunidades del capitalismo salvaje, recibiría un trato favorable en la explotación de los recursos minerales del Norte y la penetración de sus empresas a cambio de respaldar el cambio de régimen. China incluso vería bien que se mantuviera una "alianza benigna" entre la península y EEUU, aunque rechazaría de plano el asentamiento de sus tropas en territorio norcoreano, a un paso de su frontera.
Mientras Kim Jong-il ve cómo se queda solo, su régimen confirmó ayer que cuenta con miles de centrifugadoras nucleares funcionando con "fines pacíficos". Un gesto inusual provocado quizá por la necesidad del Norte de seguir mostrándose como una amenaza ahora que ya ni China le respeta.