El ministro de Finanzas de Portugal, Mário Centeno, asume este sábado la presidencia del Eurogrupo, cargo que ostentará durante los próximos dos años y medio en los que liderará los debates entre los titulares de Finanzas de la Eurozona para completar la arquitectura del euro, con el foco puesto en completar la unión bancaria y la política fiscal.

El luso, uno de los rostros de la recuperación económica lusa para la que promovió medidas antiausteridad como el aumento del salario mínimo o de las pensiones, estrenará el cargo en la primera reunión del año de los socios de la moneda única, que tendrá lugar el 22 de enero en Bruselas.

Dijsselbloem y Centeno han escenificado este viernes el traspaso de poderes en un acto en París, donde el portugués se encontraba de visita oficial, en el que el holandés ha entregado al luso una pequeña campana a modo de testigo.

El nuevo presidente del Eurogrupo ha instado a aprovechar la "ventana de oportunidad" tanto económica tanto política para "completar" las instituciones de la zona euro, la unión bancaria y el mercado de capitales, así como a continuar los "debates" sobre política fiscal. "Es muy importante cumplir las expectativas de nuestros ciudadanos. Haré todos los esfuerzos posibles para alcanzar los consensos necesarios", ha añadido.

Especialista en el mercado de trabajo y con un perfil "liberal" según los medios portugueses, Centeno fue el encargado de elaborar el programa económico del Partido Socialista portugués para las elecciones de 2015. El presidente del Eurogrupo asume su cargo avalado por la marcha positiva de la economía de Portugal seis años del rescate de 78.000 millones de euros.

Cinco años marcados por el rescate griego

Dijsselbloem abandona la presidencia del Eurogrupo tras cinco años en el cargo que asumió por primera vez en enero de 2013 y revalidó en julio de 2015 cuando se impuso al ministro de Economía, Industria y Competitividad, Luis de Guindos.

La presidencia del holandés estará marcada por las duras negociaciones con Grecia durante la primera mitad de 2015, que desembocaron en la firma del tercer rescate de la economía helena, después de que se llegara incluso a especular con la salida de Atenas del euro, una posibilidad que tomó el nombre de Grexit.

Otro episodio que marcó la etapa de Dijsselbloem, nada más asumir el cargo, es el rescate de Chipre, en el que en un primer momento se impusieron quitas a los depósitos de menos de 100.000 euros, protegidos en la UE, y luego se rectificó.

Sin embargo, la polémica que atrajo más atención mediática en España fue la generada después de que acusase a los países del sur de Europa de gastarse el dinero en "alcohol y mujeres" para después pedir ayuda, unas palabras que provocaron que muchas voces reclamasen su dimisión.