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El caso de la primera dama y el bolso de Dior: un escándalo sacude Corea del Sur antes de las elecciones

La esposa del presidente surcoreano acepta un regalo de lujo y provoca una crisis política en su país.

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La primera dama, Kim Keon-hee, y el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol. — AFP

madrid, Actualizado:

El diablo se viste de Prada o de Dior. En Corea del Sur ha cobrado la forma de bolso y provocado un nuevo escándalo que ha hecho tambalearse al Partido del Poder Popular dos meses antes de unas  elecciones parlamentarias determinantes. Sin embargo, el líder de la formación conservadora y presidente del país, Yoon Suk-yeol, ha tardado en reaccionar porque la protagonista del escándalo es su esposa, Kim Keon-hee.

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La primera dama fue acusada de aceptar un bolso Dior de color azul cuyo valor es de unos 2.000 euros, el triple del tope fijado por la ley anticorrupción, que considera ilegal que un funcionario público reciba regalos superiores a unos 700 euros. Si su marido se hubiese disculpado nada más conocerse los hechos, podría haber amortiguado las críticas, pero un sospechoso silencio empeoró la situación, según la prensa local.

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Kim Keon-hee fue cazada por las cámaras de un canal de Youtube progresista con las manos en la masa, aunque el asunto es más enrevesado. En realidad, un pastor protestante favorable al entendimiento con Corea del Norte le pidió audiencia, al tiempo que le adjuntó la imagen del bolso. Según él, no solo había aceptado previamente unos cosméticos de Chanel valorados en unos 1.200 euros, sino que solo logró encontrarse con ella cuando sabía que recibiría un obsequio.

En la grabación se escucha como Kim le dice al pastor que no necesita hacer eso: "¿Por qué sigues trayendo estas cosas?". Sin embargo, acepta el complemento y la escena es captada… ¡por una cámara oculta en un reloj de pulsera! El hombre le había tendido una trampa en connivencia con el canal de Youtube, que le facilitó tanto el artilugio como el bolso, pero los efectos también alcanzaron al partido gubernamental.

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Un alto cargo de la formación conservadora la comparó con la reina francesa María Antonieta, acusada falsamente de participar en la estafa con un collar de diamantes. Otro hombre de confianza puso en evidencia la nefasta gestión del caso Dior y luego el presidente exigió su dimisión. Si en casa la situación era crítica, la oposición ha tratado de sacar provecho y la opinión pública ha mostrado su rechazo al gesto de la primera dama.

Yoon Suk-yeol ya tenía bastante con la evolución económica y la amenaza del norte como para enfrentarse a otra crisis política. Sobre todo, si está implicada su mujer, quien ya se había visto salpicada por otros escándalos, como un currículo inflado que no se correspondía con su formación, unas acusaciones de supuesta especulación bursátil y unas grabaciones en las que insinuaba que estuvo involucrada en la campaña de su marido.

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El presidente logró frenar algunos de ellos, aunque en esta ocasión ha tardado en manifestarse, mientras que algunos cuadros de su partido han dejado claro que el pastor le tendió una "trampa" a la primera dama para perjudicar los resultados electorales, ya que el vídeo fue grabado el pasado septiembre y no ha sido difundido hasta ahora, en vísperas de los comicios del 10 de abril.

Al fin, el mandatario surcoreano salió este miércoles en defensa de su esposa, aunque lo hizo en una entrevista previamente grabada por la televisión pública, y no en rueda de prensa, como ha criticado el liberal Partido Democrático (PD), que aspira a controlar el Parlamento.

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Yoon Suk-yeol también insistió en que había sido una "trampa" y una "maniobra política", pues ha salido a la luz tiempo después de haber sido grabado y en un momento crucial para el devenir del país.

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