El caso Litvinenko llega al Tribunal de Derechos Humanos
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La viuda de Alexander Litvinenko ha denunciado en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos "la complicidad o connivencia" de Rusia en el asesinato del ex espía de la KGB en noviembre de 2006.
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Marina Litvinenko responsabiliza al Gobierno de Vladimir Putin de envenenar a su marido en Londres con la sustancia altamente contaminante Polonio 210. Ayer se cumplía un año de la muerte del ex agente y disidente ruso en una operación que dejó un reguero de contaminación por medio Europa y decenas de personas afectadas.
"Prometí que encontraremos al responsable. Hasta que no lo descubramos, no podremos sentirnos seguros", dijo la viuda. De acuerdo con su abogada, Louise Christian, el polonio utilizado en el crimen procede "con mucha seguridad" de una instalación rusa fuertemente protegida, la planta Avangard, próxima a la ciudad de Nizhny Novgorod.
El origen del agente contaminante parte de la investigación de un físico nuclear, cuya identidad no se desveló ayer, y que apunta "con bastante certeza al Estado o agentes rusos como responsables del envenenamiento", según denunció ayer la letrado en conferencia de prensa.
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Las excepcionales circunstancias del asesinato de Litvinenko han enfriado las relaciones diplomáticas y políticas entre Londres y Moscú. La investigación británica condujo a un sospechoso, Andrei Lugovoi, un empresario ruso que niega su participación en el crimen. Rusia se aferra a su constitución en su categórico rechazo de la petición de extradición cursada por Reino Unido. Ambos países expulsaron a cuatro diplomáticos de sus respectivas capitales y echaron el freno a la cooperación entre sus servicios de seguridad.
Recurriendo al Tribunal de Estrasburgo, la familia y amigos de Litvinenko intentan presionar al Gobierno ruso a colaborar en la resolución del polémico caso. En el lecho de la muerte, el ex espía ruso acusó al presidente Putin de ordenar su ejecución.