El caso del maletín implica al espionaje de Venezuela
Argentina acusa a su vez a la inteligencia de EEUU.
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La investigación en Miami del caso del maletín ya ha dado el nombre de un alto cargo venezolano y una imputación: las presiones del jefe de los servicios de inteligencia venezolanos para ocultar el origen de los 800.000 dólares que Antonini Wilson llevó ilegalmente en un vuelo fletado por la empresa estatal argentina Enarsa.
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En Argentina, otro tribunal sabe que Wilson estuvo en la Casa Rosada. Son las dos nuevas pistas que complican a los gobiernos de Argentina y de Venezuela.
Según se desprende de la declaración a la justicia de lasecretaria del funcionario argentino que permitió que Wilson subiera al avión, éste estuvo presente en un brindis en la Casa Rosada el 6 de agosto. No fue la única vez que le vio, porque hizo seis visitas relámpago al país entre marzo de 2006 y agosto de 2007.
Ahora, la jueza Marta Novatti y la fiscal del caso intentan saber qué hizo Wilson durante sus tres días en Argentina. De momento, siguen las pistas sobre la visita a la Casa Rosada y una supuesta cena en la localidad de San Isidro.
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El jefe de gabinete argentino, Alberto Fernández, dijo que el Gobierno "no registra ningún ingreso con ese nombre y apellido" en la mesa de entrada de la sede gubernamental. Ese día, el entonces presidente, Néstor Kirchner, y el mandatario venezolano, Hugo Chávez, firmaron dos acuerdos económicos.
Para Fernández se trata de "una formidable acción de la inteligencia americana". Al respecto, subrayó la contradicción del fiscal de la Corte del Sur de Florida, Thomas Mulvihill, quien hace una semana señaló que el dinero era para la campaña de Cristina Fernández y que en la presentación formal "no hace mención al destino del dinero".
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Mulvihill acusa ahora al director de la agencia de inteligencia venezolana (DISIP) de haber presionado a Wilson para que no involucrara al Gobierno de Chávez.
En la presentación dice que fue Henry Rangel Silva quien, bajo el alias Arvelo, llamó a Wilson el 6 de noviembre para que ocultara el origen del dinero.
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Horas más tarde Wilson recibió la llamada del abogado Moisés Maiónica, quien le informó que "Arvelo es el director de la DISIP". El último contacto fue el 18 de noviembre, cuando Arvelo le habría anunciado a Wilson que Maiónica estaba viajando a Miami con una estrategia preparada.