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La Casa Blanca trata de corregir las relaciones con Turquía

El fallido golpe de Estado de julio contra Erdogan está teniendo consecuencias graves
para las relaciones entre ambos países. Para Washington, Ankara es importante a causa
del conflicto sirio y de Rusia principalmente, pero los estadounidenses exigen un cambio
radical en la política turca que Erdogan no está dispuesto a realizar.

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El vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, junto al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, durante una reunión en Ankara. - REUTERS

JERUSALÉN. - Detrás del viaje que el miércoles llevó al vicepresidente de Estados Unidos Joseph Biden a Ankara hay un claro intento de Washington de corregir la dirección que han tomado las relaciones bilaterales con Turquía, especialmente desde el fallido golpe del 15 de julio, una deriva peligrosa para los intereses de EEUU en Oriente Próximo y Rusia.

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Una buena parte de la población turca, la mayoría según algunos sondeos, ha sido asaltada por un marcado sentimiento antiamericano al considerar que Washington estuvo implicada en el golpe. Las declaraciones que realizó el secretario de Estado John Kerry inmediatamente después de conocer la asonada dejaron muchas preguntas en el aire que los estadounidenses no han respondido satisfactoriamente al día de hoy. Kerry declaró que lo importante era mantener “la estabilidad y la continuidad” en Turquía y no habló de democracia, y sólo unas dos horas después la Casa Blanca se vio obligada a emitir un comunicado corrector aclarando que el presidente Barack Obama apoyaba al gobierno del Recep Tayyip Erdogan y la democracia.

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