El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, haciendo frente a las amenazas turcas de un ataque contra los rebeldes kurdos en Irak, dijo al primer ministro de Turquía que estaba comprometido en la lucha contra los extremistas y ofreció compartir datos de inteligencia con Ankara.

El primer ministro turco, Ercep Tayyip Erdogan, que se entrevistó con Bush en la Casa Blanca, dejó claro que quiere una acción concreta por parte de Washington para combatir al Partido de los Trabajadores del Kurdistán, o PKK, que ha estado lanzando ataques contra Turquía desde suelo iraquí.

Terroristas enemigos de EEUU 

'El PKK es una organización terrorista. Son un enemigo de Turquía, un enemigo de Irak y un enemigo de Estados Unidos', dijo Bush a los periodistas tras su reunión con Erdogan.

'Hemos hablado sobre la necesidad de compartir mejor los datos de inteligencia', declaró el mandatario norteamericano. 'Para perseguir a personas que asesinan a personas, necesitas buena (información de) inteligencia. Hemos hablado sobre la necesidad de que nuestros ejércitos estén en contacto constante'.

Bush añadió que Erdogan había instado encarecidamente a Estados Unidos a trabajar con los líderes iraquíes para cortar el flujo de dinero al grupo rebelde kurdo.

Decepción

Hasta el momento, Ankara está decepcionada por las ofertas de ayuda emitidas por Estados Unidos, y dice que no son suficientes.

Turquía ha enviado unos 100.000 militares a la frontera con Irak, respaldados por tanques, artillería y aviones. Ankara dice que podría emprender pronto una acción transfronteriza.

Erdogan afronta una gran presión pública para actuar contra el PKK tras una serie de ataques contra soldados turcos en las últimas semanas.

A Bush le preocupa que una gran incursión turca en el norte de Irak desestabilice la parte del país que hasta ahora ha evitado gran parte de la violencia que asuela otras partes de Irak. Los responsables estadounidenses también temen que la acción turca lleve a una crisis más amplia en la región.