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“Bruselas tiene que escuchar a la calle, no sólo a las corporaciones”

La eurodiputada de IU Marina Albiol reclama a la Comisión Europea que tenga en cuenta las manifestaciones de este sábado en 75 ciudades contra el polémico TTIP. “El mensaje de la ciudadanía es claro: primero van nuestros derechos”

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La eurodiputada Marina Albiol durante una sesión plenaria en febrero. Archivo del PE.

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MADRID.- No quiere un tratado de libre comercio a ningún precio. O al menos, rechaza cualquier acuerdo como los que los poderes políticos y económicos envuelven en la piel de cordero de esta denominación, y que, asegura, tienen poco de "libre comercio" y mucho de marcos comerciales regulados a mayor gloria de las empresas.

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¿Cómo valora la protesta de este sábado contra el TTIP?

Ha sido un éxito. Un éxito que obedece al esfuerzo de organizaciones sociales y políticas que llevaban muchos meses trabajando en esto. Estamos sacando el TTIP de la oscuridad. Lo estamos sacando del baúl en el que lo han metido la Comisión Europea y nuestros gobiernos, y por eso hay que felicitarse por la manifestación. El TTIP será un huracán que se llevará por delante nuestros derechos sociales y laborales, afectará a los servicios públicos, a la soberanía alimentaria, a los productores agrícolas…Cuanta más información tienen los ciudadanos sobre el tratado más contrarios se muestran, a no ser que sean grandes accionistas de multinacionales.

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"Estamos sacando el TTIP de la oscuridad, y por eso hay que felicitarse por las manifestaciones"

¿De qué va a servir la concentración de este 18 de abril? ¿Influyen las palabras de la calle en la línea de actuación de la Comisión?
Dado que en el Parlamento Europeo hay un pacto entre socialdemócratas, conservadores y liberales, la única manera de romper esta alianza y parar el tratado es la movilización de los ciudadanos de toda Europa en sus calles. Las protestas sirven para presionar a nuestros gobiernos y hacernos oír.

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"Las protestas han llevado a la Comisión a cambiar sus formas, pero no su objetivo, y eso es lo más preocupante"

¿Dónde se ve reflejado este trabajo? ¿En qué ha cambiado la situación gracias a su labor?
Es cierto que el fondo del tratado ha cambiado poco, y eso es lo más preocupante. La Comisión no ha variado su posición, no ha cambiado su objetivo, pero sí ha retocado un poco las formas. Todo sigue siendo opaco y poco transparente pero al principio el secretismo era absoluto, no había acceso a ningún documento, y gracias a la presión de las organizaciones sociales o al informe del defensor del Pueblo de la UE hemos avanzado, pero siempre en forma.

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"La Comisión basa sus argumentos de crecimiento en un informe financiado por el Banco Santander: es un documento de parte"

¿Dan por bueno alguno de los argumentos de la Comisión para vender el tratado?
El problema es que los datos de crecimiento económico y de generación de empleo están basados en un informe financiado por el Banco Santander y el Deutsche Bank, un documento pagado por grandes corporaciones financieras y grandes empresas. Evidentemente es un informe de parte, esos argumentos no nos sirven, y menos cuando recordamos los efectos de otros tratados de libre comercio que han supuesto todo lo contrario: han destruido empleo y han empobrecido a los pueblos. Tampoco nos creemos que no vayan a tocar los servicios públicos, ni que el acuerdo pueda ser bueno para la pequeña empresa y los autónomos, que realmente estarán entre los principales perjudicados porque no podrán competir con las multinacionales.

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"PP y PSOE no permitieron que el pueblo decidiese sobre una cuestión que afectará a todos los ámbitos de sus vidas; eso es posicionarse"

La eurodiputada del S&D Marie Arena aseguró a Público este mismo miércoles que la posición de los socialdemócratas es clara: si hay ISDS dirán no al TTIP. A la vista de su trayectoria con el acuerdo, ¿es creíble?
El ISDS es una de las partes fundamentales de este tratado porque permite a las multinacionales demandar a los estados por aprobar legislaciones que puedan perjudicar a sus beneficios, y otra parte muy importante es el Consejo de Cooperación reguladora, aunque en la práctica trabajan por un mismo fin. Aunque el ISDS no entrase el tratado seguiría siendo un instrumento para que las multinacionales impongan sus condiciones a todas las administraciones. Si no está el ISDS está el Consejo, eso es trampa.

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"Lo del libre comercio es una gran mentira que nos han contado. Quieren mercados regulados, pero a favor de las multinacionales"

¿Pero y si se excluyeran ambas partes?
Aún así nosotras no estaríamos a favor, ni en IU ni en el GUE [Grupo de la Izquierda Unitaria Europea, GUE/NGL, donde se integra IU]. Primero porque lo del libre comercio es una gran mentira que nos han contado, es exactamente lo contrario. Quieren mercados regulados, pero a favor de las multinacionales, y aún eliminando el ISDS y el Consejo quedaría toda la convergencia reguladora, que es la base del tratado. En eso fue muy claro el anterior comisario de Comercio, Karel de Gucht, cuando dijo que el objetivo era eliminar todas las normativas y regulaciones que supusieran un obstáculo para los inversores en Europa y EEUU, y ese es el objetivo básico del tratado. Sus obstáculos son nuestros derechos: un salario mínimo interprofesional digno es un obstáculo, las pensiones públicas son un obstáculo para los bancos que quieren hacer negocio con las pensiones y la sanidad pública es un obstáculo para las empresas que quieren hacer negocio con la privada. Quieren cargarse todo lo que protege el medio ambiente y lo que nos protege a nosotras. Prefieren proteger a los inversores, y tanto en GUE como en IU estamos en contra de eso, que es la esencia de estos tratados.

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"Los tratados son importantes, son pasos de gigante en la aplicación de sus políticas neoliberales, pero al final lo que tenemos que hacer es parar esas políticas"

De nuevo, ha sido el trabajo de denuncia de las organizaciones sociales lo que ha llevado a que haya una clara oposición contra el ISDS, como se vio en la consulta de la Comisión en la que el 97% de los participantes se posicionaron en contra. La Comisión Europea va a tener que mover ficha, aunque también es cierto que está convencida de que el ISDS tiene que entrar en el tratado. De hecho, en su web, en el apartado de preguntas y respuestas frecuentes, en la pregunta sobre ISDS en la que ellos cuestionan y ellos mismos responden viene a poner en duda los sistemas jurídicos nacionales, diciendo que a veces se da una falta de seguridad jurídica y que por tanto el arbitraje daría más seguridad a las multinacionales que quieran invertir.

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