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Dice mucho de su personalidad que antes de convertirse en Primer Ministro británico ya hubiera casi una decena de libros dedicados a desgranar la figura de Boris Johnson -además de un recortable y un ‘¿Dónde está Boris?’ emulando a Wally-. Claramente, el personaje da para rellenar páginas y páginas pero, ¿tanto interés genera?. La respuesta está en la que probablemente sea la librería más grandes de Londres donde —sorpresa— sólo tienen un ejemplar de uno de los títulos dedicados a Johnson.
¿Será que el pueblo británico se ha lanzado como loco a conocer todos los detalles de su nuevo líder?. “No —responde rotundo el librero—. No los traemos porque luego nos toca devolverlos. No se venden”. “Si le interesa —añade amablemente— sí tenemos alguno de los que ha escrito él, como la biografía de Churchill”. Y tras mostrar la estantería donde se encuentra, añade antes de desaparecer: “Es un libro muy divertido pero nada veraz, así que no se lo tome en serio”.
“A menudo se le compara con Trump, pero Boris es incluso más peligroso”, asegura Patrick Cockburn
Divertido, repleto de falsedades y que más vale no tomárselo en serio. Se podría decir que, sin pretenderlo, Boris Johnson ha escrito un libro a su imagen y semejanza. Pero, ¿cómo no tomarse en serio al hombre destinado a dirigir los designios de un país que atraviesa uno de los momentos más complicados de su historia reciente?. Pues atención porque, como sostiene el columnista de The Independent Patrick Cockburn: “A menudo se le compara con Trump, pero Boris es incluso más peligroso”. Y ahí queda el larguísimo silencio de su compañero de partido Rory Stewart cuando el lunes le preguntaban cómo de peligroso cree que es.
Porque hay un elemento que lo diferencia claramente de Trump: Boris es un tipo inteligente. Así lo cuenta Harry Mount, autor de El ingenio y la sabiduría de Boris Johnson: “Siempre que estoy en su compañía sé que estoy en presencia de una mente superior. Se mueve tres pasos por delante del mí. A pesar de la actitud de payaso y la falsa ignorancia, Boris es esencialmente un introvertido cerebral”.
¿Quién es ese hombre?
Con su elección como Primer Ministro a sus 55 años, Al —como le conocen los suyos porque su nombre completo es Alexander Boris— se acerca un poco más al sueño que tenía cuando era niño: ser ‘el rey del mundo’, según cuenta Andrew Gimson en su libro Boris. Las Aventuras de Boris Johnson. Cualquiera diría que hubo un momento en el que fue un chaval tímido —dicen que como consecuencia de la sordera parcial que sufrió hasta que a los ocho años le colocaron unos implantes—, aunque sólo le duró hasta que llegó al prestigioso colegio Eton con una beca. No fue la única que se ganó, años después logró otra para estudiar en la Universidad de Oxford lo que se conoce como ‘Clásicas’ (literatura, filosofía, lengua, historia y arqueología griega y romana).
Sus compañeros en uno de sus primeros trabajos, como corresponsal en Bruselas del diario The Telegraph, ya empezaron a atisbar al leer sus artículos que lo de ser veraz no era lo suyo. Y eso, a diferencia de la sordera y la timidez, no se le ha curado con los años. Ni siendo Alcalde de Londres, ni como una de las caras de la campaña a favor del brexit previa al referéndum, ni en sus años de Ministro de Exteriores, ni estas últimas semanas como candidato a líder de su partido y a Primer Ministro británico. Así que parece poco probable que se le vaya a pasar ahora.
Pero si no ha habido elecciones, ¿Quién ha elegido a Boris Johnson?
La clave está en las papeletas que empezaron a llegar a la puerta de los miembros del Partido Conservador a principios de julio. Dentro del sobre, una hoja con instrucciones básicas y los nombres de Boris Johnson y Jeremy Hunt —los dos finalistas de las primarias— junto a sendas casillas en blanco destinadas a ser rellenadas con una X según las preferencias del destinatario.
Bastaba con marcarla, cerrar el sobre y enviarlo de vuelta. Así es como se ha elegido al nuevo Primer Ministro británico: una decisión trascendental para el futuro del país, de Europa y del mundo que sólo ha estado en manos de los 160.000 miembros del Partido Conservador, que a quien estaban eligiendo en realidad era a su nuevo líder. Pero el sistema establece que como el partido aún está en el poder, la persona que se pone al frente de éste pasa a ser automáticamente también el líder del país.
Boris Johnson ha llegado a Downing Street gracias a menos del 0’24 por ciento de la población
Así es como Boris Johnson ha llegado a Downing Street: gracias a menos del 0’24 por ciento de la población. Una cifra y un perfil que no representa en absoluto la realidad de un país de más de 65 millones de habitantes: el 86% de los conservadores son de clase media, el 71% son hombres, el 97% blancos y el 44% mayores de 65 años, según un estudio de la Universidad Queen Mary de Londres.
Sabedores de que las cosas se estaban poniendo feas para Theresa May y que este momento llegaría más tarde o más temprano, desde marzo de 2018 hasta hoy el partido ha registrado 36.000 nuevos afiliados que a cambio de poco más de 27 euros al año de cuota han tenido en su poder los designios del país.
¿Qué podemos esperar de Boris?
Hay preguntas que sólo pueden responderse con otra pregunta: ‘¿Susto o muerte?’. Él mismo ha asegurado que el brexit el 31 de Octubre es una cuestión de las de “hacerlo o morir”, y la salida sin acuerdo no es una opción que descarte. Aunque eso sí, también está convencido de que logrará conseguir de la Unión Europea un acuerdo mejor que el de Theresa May.
En la que previsiblemente será ya su última columna en The Telegraph el lunes comparaba sus opciones de lograrlo con la llegada del hombre a la luna: "Si (ellos) pudieron usar un código de computadora tejido a mano para reingresar sin fricción en la atmósfera de la Tierra en 1969, (nosotros) podemos resolver sin fricción el problema comercial en la frontera de Irlanda del Norte (la famosa ‘salvaguarda’ irlandesa que mantiene bloqueado el proceso)”.
Y aunque el brexit es desde hoy su prioridad, el primer asunto que va a tener que resolver Boris Johnson como Primer Ministro es la crisis que el país tiene abierta con Irán, que mantiene retenido un petrolero con bandera británica capturado el pasado viernes en el estrecho de Ormuz en respuesta a la retención desde hace dos semanas en aguas de Gibraltar de otro petrolero iraní.
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