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Boris Johnson se convierte en primer ministro británico con la promesa de un mejor acuerdo de brexit

El conocido como ‘Trump británico’, en su primera declaración frente a Downing Street, ha asegurado que existe una "posibilidad remota" de que la salida de Reino Unido de la UE se produzca de forma abrupta.

Boris Johnson, nuevo primer ministro del Reino Unido.- EFE

Por mucho que Theresa May haya luchado con uñas y dientes durante los 3 años y 11 días que ha sido la Primera Ministra británica para alcanzar un acuerdo sobre el brexit con la Unión Europea y para que el parlamento británico lo ratificara, hay un dato que no debería pasar desapercibido: hoy sí, los ‘brexiter’ están en el poder.

Boris Johnson es el primer máximo mandatario británico a favor de que que Reino Unido abandone la UE. May lo ha repetido por activa y por pasiva, estaba haciendo lo que creía que debía hacer: darle al pueblo lo que había pedido, en alusión al resultado del referéndum del 2016, en el que ella votó a favor de permanecer.

Por eso, que Boris Johnson tenga ya sus maletas en el 10 de Downing Street –tambien control desde ya su cuenta oficial en twitter– significa que el brexit es más posible que nunca. Y lo que es peor: el brexit sin acuerdo es más posible que nunca.

Sólo unos minutos después de presentarse ante la Reina en Buckingham Palace, en su primer discurso como Primer Ministro frente al número 10, Johnson ha dejado claro que sigue decidido a que Reino Unido abandone la Unión Europea el 31 de Octubre –la noche de Halloween– con o sin acuerdo aunque ha calificado esta última posibilidad como “una posibilidad remota” porque está convencido de que logrará“un nuevo acuerdo”. Sobre el asunto más delicado, el de la frontera con Irlanda, –la famosa salvaguarda– , ha dicho: “No os preocupéis de la salvaguarda, de eso me encargo yo”.

Mensaje también para los ciudadanos de países europeos que trabajan en Reino Unido, a los que les ha dicho que no tienen de qué preocuparse porque bajo su mandato seguirán teniendo todos los derechos para quedarse.

Como si de un mitin político se tratara –que también ha concluido con aplausos y vítores– ha pedido a quienes le escuchan que “no subestiméis a este país” porque “nadie que haya apostado contra este país ha triunfado”.

Promesa de un nuevo acuerdo de brexit a pesar de que los líderes de la UE han instado por activa y por pasiva que no van a reabrir las negociaciones. Así que está por ver que pueda cumplir con ella.

También que pueda cumplir con a amenaza de una salida sin acuerdo porque a pesar de que haya sido elegido por las bases del partido como su nuevo líder, dentro de él hay mucho miembros contrarios a un brexit duro. Por eso es una incógnita lo que podrá pasar en caso de que, como han prometido, los laboristas presente una moción de no confianza sobre él. En ese caso, las elecciones anticipadas podrían ser la única alternativa, algo que él intentará evitar a toda costa porque los últimos sondeos dan una victoria mínima a los conservadores y nunca suficiente para gobernar en solitario.

Las primeras horas de Boris

A la espera de cómo se vayan desarrollando los acontecimientos, las primeras horas de Boris Johnson en Downing Street han transcurrido entre formalidades protocolarias: se ha presentado ante el personal de su nueva residencia y sus nuevas oficinas; ha recibido los códigos nucleares, ha escrito lo que se conocen como las Cartas de último recurso, que se envían a los comandantes de los submarinos británicos con las instrucciones de lo que tienen que hacer en caso de que Reino Unido y los miembros de su gobierno sean aniquilados en un ataque nuclear; y ha atendido las llamadas de felicitación de otros dirigentes internacionales, tradicionalmente la del presidente estadounidense es la primera.

El Gobierno Boris

Aunque seguro que queda algún superviviente, está claro que el gabinete de Boris Johnson será distinto al que ha dejado Theresa May. Porque, como apuntaba el ya ex-Chancellor (Ministro del Tesoro) Philippe Hammond en la carta de renuncia que ha presentado sólo unas horas antes del aterrizaje de Johnson en Downing Street, el nuevo Primer Ministro necesita “gente que esté plenamente alineada con sus postura política”.

No hace falta que se lo recuerden, lo tiene tan claro que el primer nombre que se ha dado a conocer es el de uno de sus principales asesores: el controvertido Dominic Cummings, el director de la campaña a favor del Brexit durante el referéndum de 2016, alguien que ha sido investigado por la policía por esa misma campaña, el artífice del famoso autobús con el eslogan sobre los 350 millones de libras que Reino Unido podría destinar al al servido nacional de salud en vez de a la UE si estuviera fuera -y por el que sus responsables tendrán que declarar antes la justicia por supuestas mentiras-, y al que dio vida Benedict Cumberbatch en el telefilm The Uncivil War, y que supuso una ‘interferencia significativa' en el trabajo de la Camara de los Comunes para intentar esclarecer las noticias falsas lanzadas por esa campaña.

Además de sus nombre, lo único que se sabe por el momento -el entorno de Johnson lo ha filtrado- es que quiere un gobierno que sea reflejo de la Gran Bretaña actual, con más mujeres que nunca y representación de minorías étnicas del que no quieren formar parte el ya Vice-Primer Ministro, David Lidington que hacía pública su dimisión en el mismo momento en el que May se despedía, al igual que David Gauke como Secretario de Estado de Justicia y Rory Stewart -que fue rival de Johnson en las primarias.

¿Qué pasa ahora con Theresa May?

Tres años y 11 días después de llegar por primera vez a Downing Streeet como Primera Ministra, Theresa May ha vivido ese momento que nunca hubiera querido protagonizar. Se ha montado en el Jaguar oficial para cumplir con el protocolo de despedida: ha ido a ver a la Reina para presentarle oficialmente su dimisión y recomendarle que pida a Boris Johnson que forme gobierno. Como era de esperar, la monarca la ha aceptado.

Sólo unos instantes antes, frente a la famosa puerta negra con el número 10, May ha pronunciado sus últimas palabras como Primera Ministra, algo que ha definido como “el mayor honor”. Emocionada, aunque contenida, May ha dado también las gracia “al pueblo británico por poner vuestra fe en mí y darme la oportunidad de serviros” y ha lanzado un último mensaje: “Espero que todas las niñas que han visto a una mujer primera ministra sepan ahora con certeza que no hay límites a lo que pueden lograr”.

Tan emocionada estaba que tras su última intervención por la mañana como Primera Ministra ante la Cámara de los Comunes –durante la que la oposición, Corbyn incluido, ha destacado su “sentido del deber, su “resistencia” y su “coraje”– ha hecho que el coche oficial diera una enorme vuelta por el centro de Londres para poder entrar a Downing Street por la puerta trasera y evitar las cámaras.

Hoy no pero seguiremos viéndola en el parlamento porque May ha decidido mantener su cargo de diputada por la circunscripción de Mainhead, al oeste de Londres. Eso sí, habrá que buscarla en los bancos traseros, detrás de Boris Johnson.

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