Como parte de la celebración del Año Nuevo Budista, la junta militar de Birmania (Myanmar) anunció este domingo la liberación inmediata de más de 1.600 presos encarcelados en todo el país. 

Este gesto es tradicional en Birmania, donde las autoridades indultan presos con motivo de ciertas celebraciones. El año pasado también se indultaron más de 800 prisioneros como conmemoración de la misma fiesta. 

De los 1.619 reos indultados, 42 son extranjeros, pero se desconoce la identidad de todos los liberados. La junta no ha aclarado si entre los liberados hay alguno de los cientos de presos políticos encarcelados por participar en protestas y actividades de presión contra el régimen, según ha recogido la Agencia Efe.

De los 42 extranjeros puestos en libertad, tampoco se dio información sobre el más notorio de ellos, el australiano Sean Turnell, asesor económico de la depuesta líder Aung San Suu Kyi, también privada de libertad desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021.

Las imágenes publicadas por los medios locales muestran a grupos de personas reunidas al rededor de algunas cárceles del país, en especial frente a la de Insein, en Rangún, la ciudad más poblada, de donde fueron liberados 146 presos, ninguno de ellos político. 

El golpe de Estado que sufrió Birmania en 2021 vino acompañado de una fuerte represión. Desde entonces el nuevo Gobierno autoproclamado detuvo arbitrariamente a 13.282 personas, según la Asociación para la Asistencia de los Presos Políticos (AAPP). Desde el golpe de Estado han muerto 1.756 a manos de las fuerzas de seguridad, según los datos de la AAPP. 

Esta liberación sucede en una jornada con decenas de protestas contra el régimen por todo el país. Esta es una tónica habitual en los 14 meses trascurridos desde el golpe de Estado, especialmente en fechas señaladas como este Año Nuevo Budista. 

El golpe militar ha dejado un país hundido en una crisis económica, política y social, con un régimen que no ha conseguido hacerse con el control de Birmania y un gobierno paralelo en la sombra que trata de ganar influencia nacional e internacional. Además, en el último año han resurgido nuevos conflictos del Ejército con grupos armados de las minorías étnicas.

Los militares justifican el golpe de Estado por un supuesto fraude en las elecciones legislativas de noviembre de 2020. En estos comicios venció de manera abrumadora la Liga Nacional para la Democracia, el partido de Suu Kyi, con el aval de los observadores internacionales.