Berta Cáceres “Quieren dejar claro que en Honduras pueden matar a quien les dé la gana”
Karla Lara es integrante de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos. También era compañera y amiga de Berta Cáceres, la activista indígena que fue asesinada hace justo un año.
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Tegucigalpa, Actualizado:
El último informe de Global Witness señala que Honduras es el país más peligroso del mundo para defender el medioambiente. Desde 2010 más de 120 personas opuestas a proyectos mineros, hidroeléctricos, de tala y agricultura han sido asesinadas por militares y guardias de seguridad.
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La líder indígena Berta Cáceres fue asesinada el 2 de marzo de 2016. En un país donde los casos de impunidad sobrepasan el 90%, sigue sin haber justicia para la ambientalista. Karla Lara es cantautora e integrante de la Red Nacional de Defensoras de Derechos Humanos. También era compañera y amiga de Cáceres. En esta entrevista ofrece su punto de vista sobre los hechos y la situación sociopolítica de Honduras.
¿Qué reflexión se puede hacer a un año del asesinato de Berta Cáceres?
Quieren dejar claro que aquí pueden matar a quien les dé la gana con total impunidad
Berta tenía un valor humano muy fuerte, era parte de una fuerte lucha territorial en contra del modelo extractivista, y esto no puede pasarse por alto en el contexto de la vulnerabilidad. Berta era la persona con más reconocimiento fuera, la que tenía más peso en sus palabras respecto a los movimientos populares, ella significada tantas cosas…albergaba muchas luchas, y además era mujer. Por eso la mataron. Cambiaron el patrón y ahora el objetivo son personas más públicas, liderazgos, porque quieren dejar claro que aquí pueden matar a quien les de la gana con total impunidad. Se suponía que Berta tenía protección del Estado, había denunciado 33 amenazas de muerte por parte de la hidroeléctrica Desa. Al principio intentaron montar una historia paralela, dijeron que fue un crimen pasional. Con el tiempo han arrestado a ocho hombres incluyendo dos militares retirados y personas vinculadas a la hidroeléctrica que niegan su participación. Sigue sin haber justicia.
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¿Crees que tuvo algo que ver que Berta fuera integrante del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH)?
Completamente. El Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) trabaja por los derechos de los pueblos indígenas, por la recuperación de la tierra y sobre todo por la autonomía. Querían acabar con la organización dando ese golpe, pero lo que han conseguido es que se vuelva más fuerte. También creo que existe un objetivo dirigido contra la Organización Negra y Fraternal Hondureña (OFRANEH) que están siendo desplazados forzosamente por la industria hotelera y tienen también una fuerte lucha medioambiental ya que están perdiendo costa por el cambio climático.
El último informe de Global Witness dice que Honduras es el país más peligroso del mundo para defender el medio ambiente…
Quieren acallar a la gente que protesta
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El Golpe de Estado de 2009 fue el punto de inflexión. El objetivo era otorgar concesiones y justificar más presencia militar. Es cierto que concesionan en todo el mundo las mineras y los recursos hídricos, pero en Honduras somos el experimento. Prueba de ello es el ensayo de las Zonas Especiales de Desarrollo, son un estado dentro de un estado con su independencia y sus propias leyes, y su territorio asignado para hacer con él lo que les venga en gana. Este entreguismo y complicidad de la clase política no lo habíamos visto nunca. Lo único que tienen que hacer es acallar a la gente que protesta. Han matado a muchos compañeros. Son tiempos duros. Hay mucho luto, juegan a cansarnos, una tiene ganas de llorar casi siempre...estamos mal emocionalmente, y con pocas posibilidades.
¿Cómo es el contexto político actual en el país?
Aquí no va a haber cambio de Gobierno. El presidente Juan Orlando Hernández es muy hábil y es muy joven, yo diría que aún le quedan ocho años más de mandato. Hay mucha hambre y mucha desesperación. Además estamos viviendo la etapa en la que el régimen se instala más. Nunca habíamos tenido tantas leyes que le garantizaran a ellos ese marco jurídico para hacer bajo legalidad todo lo que siempre nos han hecho: la ley de escuchas, la ley antiterrorista, la reforma del Código Penal. Aquí no hay diferencias entre los poderes ejecutivos. Por eso son tiempos para volver a plantearnos las cosas.
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Por eso en las comunidades siguen organizándose
Todas las acciones que se hacen en las comunidades son un grito de libertad. Como las declaraciones de ríos sagrados, que son acciones por adelantado. Esto ocurre cuando saben que el río de la comunidad va a estar amenazado por la represa, entonces se reúnen en asamblea y limitan el río únicamente para consumo humano. Hacen la declaratoria: “Aquí no vengan, esta comunidad ya ha decidido que el río es para eso”. Mientras siga habiendo este tipo de acciones significa que hay gente que va a hacer resistencia a los intereses de las empresas.
¿Crees que se acerca una época de cambios?
Nosotras que vivimos en ciudad es menos tangible porque nuestra territorialidad nos lo impide ¡ni siquiera conocemos al vecino! La lógica de la ciudad nos ha tragado. Pero en las comunidades sí es posible y hay un montón de gente que lo está intentando. Estamos hasta el borde. Cuando la gente de las comunidades de Río Blanco dice que no tiene nada que perder no es discurso, es una realidad.
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Precisamente ese empobrecimiento tan acelerado, donde nunca van a alcanzar lo que les enseñaron que era éxito, los van a frustrar. Y más allá de la ideologización y de entender la lucha de clases, el cambio va a surgir desde el sentir. Va a pasar cuando los Garífunas ya no tengan playa, y está ocurriendo cuando nos roban los ríos, por ejemplo. Y por eso la hermosura de que sí haya gente resistiendo y pensando. No somos mayoría, lo sabemos, pero vamos a vivir intentándolo porque yo creo que de eso se trata.