No es por él. Es por Italia. Silvio Berlusconi ha asegurado este domingo que seguirá en primera línea de la política por el bien del país.

Era la forma del presidente del Gobierno italiano de dar la gracia a los asistentes a la manifestación de apoyo organizada en Verona (noreste) tras la agresión que sufrió el pasado día 13 después de un mitin en Milán.

'Estas manifestaciones de solidaridad me dan empuje para seguir adelante y apoyar nuestro compromiso por el bien del país', ha comentado Berlusconi, quien ha telefoneado al móvil de Aldo Brancher, coordinador en la zona del partido del primer ministro, Pueblo de la Libertad (PDL).

Belusconi se ha reconocido'conmovido' por las muestras de adhesión y agradecido a la ciudad de Verona la organización de la manifestación.

'El amor vence sobre la envidia y el odio', ha recordado Berlusconi. Un mensaje que, como él mimos ha reconocido, es el que su partido 'está llevando a toda Italia'

Berlusconi pidió a los presentes, que según los organizadores eran unos mil, que 'en Navidad regalen el carné del PDL'.

Berlusconi fue alcanzado en la cara por una réplica en miniatura de la catedral de Milán, que le arrojó Marco Tartaglia, de 42 años y sometido a tratamiento por problemas mentales, después de la celebración de un mitin en la Plaza del Duomo de Milán.

El golpe le produjo la rotura parcial del tabique nasal, de dos dientes y un profundo corte en el labio, que ha necesitado algunos puntos de sutura.

Después de cuatro días de hospitalización, Berlusconi se encuentra en su residencia de Arcore, localidad a las afueras de Milán, donde los médicos le han recomendado que guarde reposo durante al menos 15 días.