El avance ruso en el Donbás reduce las opciones ucranianas para recuperar su territorio
La toma de Marinka por los rusos asesta otro golpe a la estrategia bélica de Ucrania y complica más si cabe las opciones de Kiev para cambiar el curso de la guerra.
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UCRANIA,
Ucrania necesita dinero y armamento con urgencia. Y el tiempo juega en su contra. La Unión Europea, uno de los aliados más fieles de Kiev, trabaja contrarreloj para suministrarle 20.000 millones de euros, claves para aguantar el embate de la guerra. Sin embargo, el rumbo de la contienda se inclina cada día más a favor de Rusia, que tiene la iniciativa militar y aún parece afrontar el esfuerzo bélico con holgura, en parte gracias a sus ventas de crudo a China e India.
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Ni siquiera exitosos golpes de mano ucranianos, como la destrucción del poderoso navío ruso Novocherkass, de la Flota del Mar Negro, alivian la complicada situación del Ejército de Ucrania. Las fuerzas armadas de Kiev están pendientes de las ayudas occidentales, sin las cuales estarían sentenciadas, mientras dentro del país surgen cada día más dificultades para garantizar una leva de reclutas suficiente para resistir cualquier progreso del enemigo.
Ucrania podría perder el este y sur de su territorio ocupado por Rusia
La marcha del conflicto, convertido en una guerra de posiciones, pero donde los únicos avances sobre el terreno son rusos y con un coste desmesurado en vidas humanas para ambos contendientes, apunta a que Ucrania perderá el este y sur de su territorio ocupado por las fuerzas rusas, casi una quinta parte de la superficie del país, si no recibe una enorme inyección de dinero y armas que, en estos momentos, ni Estados Unidos ni Europa parecen preparadas para suministrar.
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Tras Marinka, la próxima puede ser Avdivka
Esta semana, la conquista de Marinka ha asestado un duro golpe a la estrategia del Gobierno de Volodímir Zelenski y abre camino a más avances tácticos rusos en el nordeste de Ucrania. Por ejemplo, en Avdivka, donde se cierra el cerco ruso en una de las batallas más encarnizadas de la guerra. Esas dos localidades han sido el escenario de duros combates desde 2014, cuando comenzó la guerra del Donbás entre el ejército ucraniano y los rebeldes prorrusos apoyados por Moscú.
"Marinka fue prácticamente borrada del suelo por el enemigo", dijo a la BBC el general de brigada Oleksandr Tarnavskyi, comandante del grupo de fuerzas Tavria de Ucrania que cubre Marinka.
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Ahora queda ver cuál será la dirección de la ofensiva rusa, una vez que tiene a Marinka bajo su control, dada la importancia operativa y estratégica de esta posición. Uno de esos objetivos puede ser la ciudad de Vuhledar, ya campo de batalla el año pasado. Si cayera esta localidad en manos rusas, los siguientes pasos serían hacia Kurajove y Velika Novosilka. El ejército ruso podría amenazar la región de Dnipropetrovsk, fronteriza con Donetsk, y así afianzar una franja de seguridad que el propio presidente ruso, Vladímir Putin, ha reclamado para proteger los territorios anexionados.
Con este propósito, el Ejército ruso podría incluso rodear y evitar la captura de Avdivka, pero su toma sería un importante espaldarazo propagandístico de cara a las elecciones presidenciales de marzo de 2024, a las cuales se postula el propio Putin.
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Pero este no es el único avance ruso en los últimos días. En la región de Zaporiyia, centro de la contraofensiva ucraniana lanzada este verano, las tropas rusas han recuperado parte del exiguo territorio ganado por los soldados de Kiev en esos meses.
Preocupación en el alto mando ucraniano
"Defenderemos tanto como podamos mientras tengamos fuerzas para hacerlo. Si las fuerzas no son suficientes y vemos que es mejor salvar a la gente, entonces, por supuesto, tomaremos esa decisión y salvaremos a la gente", ha dicho el jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valerii Zaluzhni, en referencia a Avdivka.
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El jefe del Ejército ucraniano muestra su preocupación por la estrategia de Zelenski
El general, que en diversas ocasiones ha mostrado en público su preocupación sobre la estrategia bélica de Zelenski y su Gobierno, ha manifestado otra vez ese pesimismo. "Una vez dije que uno de mis mayores errores era creer que la cantidad de pérdidas que infligimos al enemigo podría detenerlo, porque lo haría con cualquier otro país, pero no es el caso de la Federación Rusa", ha expresado.
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El fracaso de la contraofensiva lanzada este junio por el Ejército ucraniano, la carencia de municiones, la demanda por parte de los comandantes de las fuerzas armadas de una mayor movilización y las acusaciones de despotismo lanzadas contra Zelenski por algunas figuras políticas de gran importancia en el país, como el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, añaden mucha confusión a la ya complicada situación ucraniana.
Las dificultades para reclutar nuevos soldados ponen en jaque al recambio de tropas ucranianas en el frente. El Gobierno de Zelenski ha propuesto rebajar la edad de los reclutas de los 27 a los 25 años y mantenerlos 36 meses en servicio.
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También se pretende hacer levas entre los ucranianos refugiados en la Unión Europea. Claro está, Zelenski no ha indicado cómo podría tener éxito esta última opción sin constituir una injerencia en la política interna comunitaria y sin desencadenar una oleada de violaciones de derechos humanos en esos países.
Es evidente que a Ucrania le cuesta reemplazar a sus soldados muertos, al contrario que ocurre con Rusia, capaz, por el tamaño de su población y de su ejército, de movilizar aún a cientos de miles de reclutas.
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Europa y EE.UU. buscan dinero para Ucrania
Conocedores de los momentos de gran tribulación que vive su protegido Zelenski, los países europeos tratan de sacar adelante un paquete de ayuda que pueda aliviar la creciente desazón en Kiev.
Después de que Hungría bloqueara un paquete de 50.000 millones de euros a cuatro años de ayuda para Ucrania, Bruselas hace malabarismos para intentar mandar a Kiev 20.000 millones de euros, indispensables para la supervivencia del propio Gobierno de Zelenski, mediante un complejo mecanismo de deuda que podría saltarse el escollo húngaro.
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Europa no ha cumplido su acuerdo de enviar a Ucrania un millón de rondas de munición
Entre tanto, y después de que los republicanos estadounidenses vetaran también una ayuda de 61.000 millones de dólares para Ucrania propuesta por la Casa Blanca, Estados Unidos quiere al menos ir resolviendo los problemas del día a día del ejército ucraniano, sobre todo en lo que se refiere a la munición. Los europeos no han cumplido su compromiso de enviar un millón de rondas de munición de artillería al ejército ucraniano y solo han remitido una tercera parte de esa cantidad.
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Para ello, Washington ha anunciado este miércoles un paquete de ayuda militar estimada en 250 millones de dólares, que incluirá munición para los sistemas antiaéreos NASAMS, misiles tierra-aire Stinger, cohetes para las lanzaderas múltiples HIMARS, misiles de seguimiento óptico, granadas para los cañones de 155 y 105 milímetros, misiles antitanque Javelin y 15 millones de rondas de munición para armas ligeras.
Sin embargo, este suministro solo atiende "las necesidades más acuciantes" del Ejército ucraniano, según ha reconocido el Pentágono. El propio secretario de Estado, Antony Blinken, hizo un llamamiento esta semana para que el Congreso "actúe lo antes posible", pues, subrayó, "están en juego los intereses de EE.UU. en la prolongación de esa ayuda a Ucrania".
El petróleo vendido a China e India
Estos problemas que acucian a Ucrania contrastan con algunas de las noticias que llegan de Rusia sobre su estrategia para amortiguar los efectos de la guerra en su economía, a la par que sigue engrasando su maquinaria bélica.
Moscú ha eludido buena parte del impacto de las sanciones impuestas por los países europeos y Estados Unidos con el desvío de las exportaciones de petróleo que antes remitía a Europa hacia China y la India. Ahora mismo el 90% de las exportaciones de crudo rusas se destinan a estos países.
El gas que aún venden a Europa
Además, esta semana se ha sabido que la petrolera estatal rusa Gazprom sigue enviando gas a Europa, unos 40 millones de metros cúbicos este miércoles, por ejemplo, a pesar de las sanciones y la supuesta prohibición de toda adquisición de ese combustible ordenada por la Unión Europea.
Ese suministro se realiza a través de los gasoductos de Ucrania, que, de una forma u otra, también recibe sus beneficios de este paradójico negocio.
Cambio en la estrategia bélica ucraniana
En tales circunstancias, es evidente la preocupación de los aliados europeos y estadounidenses de Kiev. En medio de la debacle de la contraofensiva ucraniana, Rusia no solo no da su brazo a torcer, sino que de nuevo captura territorio y las perspectivas de una guerra larga que beneficia al Kremlin son cada vez más alarmantes.
La revista estadounidense Politico ha publicado esta semana un artículo en el que un alto funcionario estadounidense y un diplomático europeo reconocen que Washington y Bruselas están cambiando su enfoque sobre la guerra de Ucrania.
Dada la incapacidad de Zelenski y su ejército de cambiar las tornas, ni Estados Unidos ni Europa ven posible una victoria sobre Rusia que garantice la devolución de todos los territorios anexionados, incluida la península de Crimea, y el enjuiciamiento internacional de la cúpula dirigente de la potencia agresora.
Por el contrario, esas fuentes consideran que la mejor manera de salvar la cara es mejorar la posición defensiva de Ucrania mientras se avanza hacia unas eventuales negociaciones con Rusia que pongan fin a las hostilidades. Tales negociaciones, según esas fuentes, obligarían indiscutiblemente a Ucrania a ceder territorio a Rusia.
El problema mayor sería cómo conseguir las garantías internacionales suficientes para que un alto el fuego no fuera aprovechado por Moscú para renovar sus tropas, incrementar su armamento en Ucrania o preparar una nueva ofensiva más efectiva que corte de raíz las aspiraciones occidentalistas de Kiev.
Con este punto de vista, es normal que Rusia considere poco apetecibles unas negociaciones en estos momentos. Tiene mucho más que ganar alargando de momento la guerra.