Un atentado acaba con 90 muertos y decenas de heridos

Un terrorista suicida ha provocado alrededor de 90 muertos y más de 50 heridos en Afganistán. El ataque contra un grupo de parlamenterios que visitaban la provincia de Baghlan, al norte del país ha provocado la muerte de numerosos escolares que acompañaban la visita, cinco de los diputados y del líder de la oposición, Mustafá Kazemi. 

El atentado se registró durante la tarde en la localidad de Pul-i-Khumri, en la provincia de Baghlan, a unos 150 km al norte de Kabul. Sin embargo, al anochecer aún no había un balance definitivo de este ataque dirigido contra una comisión económica parlamentaria dirigida por el ex ministro de Comercio Mustafá Kazimi, según el ministerio del Interior.

"Seis diputados, entre ellos Kazimi murieron", dijo el portavoz presidencial, Homayun Hamidzada.

"Según las primeras informaciones de nuestras autoridades sanitarias y de los hospitales locales, hay 100 personas muertas o heridas", dijo Ahmad Shah Shokohmand, director de los departamentos provinciales de salud en el ministerio de Sanidad en Kabul.

"En un hospital tenemos 42 personas ingresadas y en otro han recibido nueve cadáveres", agregó.

Un diputado, Daud Sultanzay, ya había indicado que "cinco diputados habían muerto y al menos tres habían resultado heridos en este ataque".

También dijo que, después de haber hablado por teléfono con supervivientes, que "guardaespaldas y otros miembros de la delegación de una treintena de personas también habían muerto". Una veintena de parlamentarios participaban en esta misión, dijo.

Interrogada, la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) dijo estar implicada en la asistencia médica de urgencia a las víctimas de este ataque.

El presidente de Afganistán, Hamid Karzai, condenó el ataque: "Son actos de los enemigos del pueblo de Afganistán", afirmó citado por Hamidzada.

Sin reivindicación

El atentado no fue reivindicado pero este año unos 120 atentados suicidas cometidos en Afganistán fueron atribuidos a los talibanes, expulsados del poder a finales de 2001 y que llevan a cabo desde entonces una insurrección cada vez más sangrienta.

Sin embargo, un portavoz de los talibanes, Zabihulá Mujahed, declaró a la agencia AFP: "no lo hemos hecho".