A rey muerto... en Arabia Saudí seguirá mandando el mismo príncipe que envió yihadistas a Siria
El reciente cambio de monarca no implicará cambios significativos en la política interior y exterior del país. El nuevo rey defiende que Riad hará frente a los desafíos domésticos y de Oriente Próximo en los mismos términos que hasta ahora
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JERUSALÉN.- La muerte del rey Abdullah no traerá consigo cambios apreciables en Arabia Saudí. El mismo viernes, nada más anunciarse el óbito, su sucesor, Salman, se apresuró a designar a sus más estrechos colaboradores, entre los que se encuentran el nuevo príncipe de la Corona, Muqrin, y su número dos, el príncipe Mohammed BinNayef, a quien muchos consideran de facto como el hombre fuerte del país.
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El rey Salman, cuya salud es bastante delicada, continuará con el conservadurismo extremo de su predecesor
La desaceleración del apoyo a los islamistas llega después del fracaso de la experiencia de las primaveras árabes, que Arabia Saudí siempre vio con recelo. En más de una ocasión el fallecido rey Abdullah ha reprochado a Barack Obama el apoyo de Estados Unidos a esos frustrados procesos democráticos que tan buena acogida tuvieron en Occidente.
Las demandas interiores de cambio social y religioso que comenzaron en los años noventa siguen sin responderse y nada indica que se vayan a darse pasos significativos a corto o medio plazo. La corrupción es notable y el nuevo rey tendrá que contener, como siempre, las intrigas palaciegas que se dan entre miembros de la inmensa familia real.
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En Arabia Saudí existe en la actualidad un cierto temor y malestar por la aproximación de Washington a Teherán
Otra versión que circula por la región señala que la negativa de Arabia Saudí a reducir la producción de crudo tiene que ver con el deseo de hundir a Irán y a Rusia, y se lleva a cabo con el consentimiento e impulso de Estados Unidos.
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No se espera que cambie la política saudí de establecer mezquitas y centros islámicos tanto en los países árabes como en el resto del mundo
Nacido en 1924, el difunto rey Abdullah fue educado por los beduinos siguiendo la costumbre saudí de enviar a los niños varones al desierto porque se considera que los valores beduinos son más nobles y eficientes en cuanto a la formación de los hombres. Según los expertos, el monarca tuvo unas 13 esposas, unos 15 hijos varones y unas 20 hijas.