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Zapatero confirma que se va en 2012 y lanza las primarias

El proceso para elegir al nuevo candidato del PSOE se activará el 28 de mayo, tras las elecciones municipales y autonómicas. El líder socialista quiere que su sucesor esté designado antes de las vacaciones de verano

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La era Zapatero ya tiene fecha oficial de caducidad. El presidente del Gobierno confirmó ayer ante el Comité Federal del PSOE que agotará la legislatura, pero no será candidato en marzo de 2012 y su sucesor tendrá que surgir de unas elecciones primarias si se postula más de un candidato que se convocarán a la semana siguiente de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, con la intención de que todo el proceso quede cerrado antes de las vacaciones de verano o, a más tardar, en otoño.

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Una sensación de vértigo recorrió la sala Ramón Rubial de la sede del PSOE cuando, tras 16 minutos de suspense y silencio expectante, José Luis Rodríguez Zapatero convirtió en noticia el hecho sabido: "No voy a ser candidato en las próximas elecciones generales ". Aunque ayer resultaba casi imposible encontrar entre los más de 200 miembros del máximo órgano del PSOE entre congresos a alguien que se reconociese sorprendido por el anuncio, el "cambio de coordenadas" que implica reavivó la ansiedad entre los dirigentes territoriales, incapaces de determinar ahora si beneficiará o perjudicará a sus expectativas electorales.

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Alega que un año "es un plazo razonable para forjar un proyecto político"

Zapatero tomó la decisión de hacer el anuncio ayer "con el calendario en la mano" porque, según fuentes próximas, su deseo es que, "cuando la gente vuelva de las vacaciones de verano, tenga claro que hay un candidato nuevo y quién es". También, como él mismo dijo, para que esa persona "pueda, después de ser elegida, disponer de tiempo suficiente para forjar un proyecto político para el nuevo periodo y para explicárselo a los ciudadanos". Y un año, el que falta para las elecciones generales, le pareció el plazo más "razonable" para que todo eso pueda hacerse "con naturalidad y responsabilidad", sobre todo una vez despejada la "incertidumbre que nos podía acabar distrayendo de nuestra tarea principal, que es desarrollar las reformas y el reto electoral que tenemos el 22 de mayo".

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La irritación por la filtración anticipada de sus planes, primero, y el rescate de Portugal y el temor al posible contagio, después, le hicieron considerar la posibilidad de retrasar el anuncio. Y, según las fuentes consultadas por Público, en esa duda se mantuvo hasta el martes. Para entonces, consideró suficientemente alejado el riesgo del contagio portugués y empezó a transmitir a su entorno más próximo "indicios claros" de su determinación. El parecer de su familia, que él mismo reconoció ayer en su discurso como un factor clave, y el temor a que, si apuraba más los plazos llegara un momento en el que el partido ya no de le dejara irse, acabaron de decantarle.

En esta última consideración influyó sobremanera la experiencia de Felipe González, quien intentó en varias ocasiones retirarse sin que el partido se lo permitiera hasta que perdió las elecciones. El expresidente del Gobierno ha sido, precisamente, uno de los cinco notables del PSOE que han participado del proceso de reflexión en este tramo final. Los otros cuatro fueron José Blanco, Marcelino Iglesias, Manuel Chaves y Alfredo Pérez Rubalcaba.

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"Soy el presidente y secretario general, y ejerceré hasta el último día", asegura

Para formar la decisión última, Zapatero ha conjugado sus convicciones y el análisis de los precedentes. Así, en las conversaciones con esos notables, en las que se llegó a poner sobre la mesa la posibilidad de aplicar el artículo de los estatutos que prevé la suspensión de las primarias cuando se gobierna y no las solicita la mayoría del Comité Federal, Zapatero fue tajante al afirmar: "No quiero que el candidato sea otro Joaquín Almunia". [el ahora comisario europeo fue elegido para suceder a González en un congreso, previo señalamiento del expresidente y pacto entre los barones, lo que le llevó después para compensar aquel "déficit de legitimidad" a convocar las primarias que perdió frente a Josep Borrell].

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"El mecanismo del dedazo simplifica mucho las cosas, pero no es el nuestro ni el de la mayoría de la sociedad española, que no entiende que los liderazgos democráticos puedan gestarse a través de otros procedimientos", defendió en su discurso. Y apostilló: "Nadie podía esperar de mí una actitud distinta".

Zapatero defiende las primarias para que el candidato "no sea otro Almunia"

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El líder socialista propuso que sea el Comité Federal, "en la próxima reunión que tengamos, después de las elecciones autonómicas y municipales, el que fije el momento de activar el proceso de primarias previsto en los Estatutos para elegir nuestra candidatura a las próximas elecciones generales". Eso será, según fuentes de la Ejecutiva, el 28 de mayo. Entonces se decidirá definitivamente si la convocatoria se hace de modo inmediato, como quiere Zapatero, o se espera a septiembre, como defienden otros dirigentes para "no quemar" al candidato con una exposición anticipada y prolongada en el tiempo, dado que los dos preaspirantes Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón ya son ampliamente conocidos por la opinión pública. Si hubiera un solo candidato, el proceso se liquidaría en 15 días, para mediados de junio. Si no, podría zanjarse en un plazo de entre 25 y 35 días, para comienzos o mediados de julio, ya que hay acuerdo interno básico en apurar los plazos para que todo sea lo más más rápido y sencillo posible.

Zapatero no se limitó en su discurso a la defensa del modelo, sino que se erigió también en garante del juego limpio al exigir "a todos" que sean "plenamente consecuentes con lo que implican", en "los tiempos y los procedimientos". Por si alguien no lo tenía claro, lo explicó: "Lo que implican es: pleno respeto y actitud leal con los tiempos; pleno respeto y actitud leal con el hecho mismo de la concurrencia de una diversidad de candidaturas, si se produce, y pleno respeto y actitud leal, por supuesto, con los resultados".

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Con el recuerdo de la que fue su actitud cuando conquistó el liderazgo en 2000 y la sangre aún fresca de la depuración aplicada en Madrid por Tomás Gómez tras imponerse a Trinidad Jiménez, también pidió "pleno respeto y actitud leal por parte del ganador". "Esto tiene una traducción muy clara: voluntad integradora para sumar, para valerse de todos", subrayó. Por si alguien alberga la tentación contraria, se reafirmó como garante: "Me siento responsable como vuestro secretario general de que así sea".

Exige "a todos" respeto al modelo y al ganador, integración

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Aunque un comentario en los pasillos de Marcelino Iglesias generó la expectativa de que, tras las primarias y antes de las elecciones, podría celebrarse un congreso para ungir al candidato como secretario general, esta posibilidad fue descartada poco después de modo oficial. Fuentes próximas a Zapatero aseguran que no tiene "ninguna intención" de renunciar a la secretaría general del PSOE, no sólo para poder ejercer como árbitro en el proceso sucesorio, sino también porque, una vez que haya sido elegido el nuevo candidato, ese cargo será el que lo blinde frente a la campaña que se anticipa por la derecha sobre la base de que su partido "no le quiere". En 2012, cuando tampoco repita candidatura para dirigir el partido, cumplirá con la limitación a tres mandatos orgánicos en el mismo puesto que él introdujo. Pero, hasta entonces, como proclamó ayer en el último turno de palabra, "soy el presidente del Gobierno y el secretario general del partido, y voy a ejercer".

Zapatero ratificó su determinación de desempeñar el cargo de presidente del Gobierno "hasta el último día" de la legislatura. Para que su mensaje llegara con claridad, sobre todo al PP, lo repitió hasta en cuatro ocasiones en uno de sus discursos más breves, de tan sólo 26 minutos.

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Reconoce que el factor familiar también ha influido en su decisión

En su motivación de la renuncia a optar a un tercer mandato, señaló que, como informó este periódico, su decisión se remonta a su primer triunfo electoral, cuando concluyó la conveniencia de contribuir a establecer como costumbre no escrita la pauta marcada por Aznar, aunque también reconoció una influencia primordial del factor familiar.

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"Cuando fui elegido presidente del Gobierno en 2004, pensaba que dos legislaturas eran el periodo razonable al que podía aspirar para estar al frente de los destinos del país. Dos legislaturas, ocho años, no más. Pensaba que era lo más conveniente, no ya para nuestra formación política (....), sino también para el país que, desde mi propia visión de liderazgo democrático, le conviene dos periodos al frente de los destinos de España. Permitidme que añada que también pensaba que sería lo más conveniente para mi familia", explicó. También apuntó que la dureza de la situación política que ha tenido que afrontar a causa de la crisis contribuyó a afianzar su disposición a la renuncia por el fuerte deterioro de su imagen pública.

Tras las 29 intervenciones laudatorias que siguieron a su discurso, Zapatero cerró el Comité Federal expresando su convicción de que si el PSOE "asume con normalidad la decisión", será "positiva" en términos electorales. "No hay que tener vértigo. Lo tienen que tener Rajoy y el PP, porque a los ciudadanos les gusta la democracia", sostuvo para animar a los suyos, con caras de funeral y sensación de shock por la conversión de lo sabido en noticia. Con el vértigo a cuestas, José Bono, que no quiso perderse el momento, comentó: "Esperemos que sea para bien".

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 ¿Quién pone en marcha el proceso?

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