Violencia machista Condenado a 20 años de cárcel por matar a golpes con ensañamiento a su pareja en Vigo
El jurado ha considerado probado que hubo también alevosía en los actos de Diego P.A. y también que concurre el agravante de parentesco. No obstante, las partes han pactado esta condena, que es firme, de conformidad.
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Vigo,
La Audiencia de Pontevedra ha condenado a 20 años de cárcel al joven acusado de matar a golpes a su pareja en septiembre de 2015 en Vigo, después de que el jurado popular lo declarara por unanimidad culpable de un delito de asesinato.
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Tras este veredicto y por acuerdo de las partes, el tribunal de la Audiencia de Pontevedra que lo ha juzgado ha dictado sentencia en sala.
Además de la pena de cárcel, este joven tendrá que pagar 100.000 euros de indemnización para uno de los dos hijos de la víctima, a quien no podrá acercarse a una distancia inferior a 500 metros durante 30 años una vez salga de prisión.
El jurado ha considerado probado que hubo ensañamiento y alevosía en los actos de Diego P.A. y también que concurre el agravante de parentesco, así como que la mujer no tuvo ninguna oportunidad de defenderse.
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En cambio, ha estimado como atenuante la confesión del joven, que ha ratificado en la vista oral. En el turno final del juicio, incluso ha pedido perdón a la familia.
La Fiscalía y las acusaciones que ejercen uno de los hijos de la víctima, la Abogacía del Estado y la Xunta llegaron a un acuerdo para solicitar 20 años en lugar de 24 y, dado que la defensa ha avanzado que no recurrirá, el tribunal de la Audiencia de Pontevedra ha dictado sentencia firme en sala.
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Los hechos
Diego P.A. ha relatado durante el juicio que el 6 de septiembre de 2015 fue a casa en la que convivía con la víctima, Divina M., tras almorzar con su familia, y que durante una discusión ella le golpeó y él la agredió, sin precisar cómo. “No era consciente de lo que estaba haciendo", ha dicho.
Ha reconocido que cuando ella estaba en el suelo le propinó varias patadas en la cara, el cráneo y el cuello y que, en un momento dado, timbraron a la puerta, detuvo la agresión y se acercó hasta la entrada pero no vio a nadie por la mirilla.
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Al regresar a la habitación donde estaba la víctima le tocó el pulso y al creerla muerta cogió sus cosas y se marchó.
Los forenses encargados de la evaluación del acusado han dicho que éste tenía una "dependencia emocional" respecto a la víctima, que en ningún caso le anuló sus capacidades intelectivas ni volitivas.
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También han corroborado que Diego P.A. tomó tranquilizantes, como él alegó, sin poder especificar en qué cantidad y cuándo, pero que de todos modos ello tampoco le afectó a su consciencia sobre sus actos.
Violencia extrema
Los agentes que trabajaron en la escena del crimen y también los forenses han descrito un escenario de mucha violencia, ya que la habitación donde se produjo la paliza mortal estaba llena de manchas de sangre, algunas de las cuales llegaron hasta el techo.
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El médico autor de la autopsia ha corroborado que varias lesiones que presentaba el cuerpo de la víctima podrían haber causado por sí solas su muerte, como por ejemplo una fractura lineal que literalmente le despegó la cara del cráneo, posiblemente, según ha apuntado, al golpearla contra el suelo o la pared.
Asimismo, ha certificado que la víctima fue estrangulada cuando aún estaba con vida y que apenas tuvo oportunidad de defenderse, ya que la única lesión compatible con ello es una que presentaba en el dorso de una mano.