El Tripartito y el PP exigen a CiU que explique sus tratos con Millet
El Palau pagó a la fundación de CDC tras cobrar de adjudicatarias
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La presunta financiación irregular de Convergència Democràtica de Catalunya, el partido que lidera Artur Mas, volvió ayer al primer plano. Los pagos que el saqueador confeso del Palau de la Música Catalana, Fèlix Millet, ordenó hacer a la Fundació Trias Fargas, dependiente de la formación nacionalista, generaron controversia y permitieron que las formaciones del tripartito y el PP pidieran explicaciones de forma unánime e incluso reclamaran la creación de una comisión de investigación.
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Precisamente, ayer se conmemoraban los 50 años de los Fets del Palau, la primera gran manifestación antifranquista de signo catalanista durante la dictadura y que costó al fundador de Convergència, Jordi Pujol, siete años de cárcel.
Ferrovial recibió importantes encargos en la etapa final de Pujol
Y El Periódico dio a conocer documentos del sumario del caso Millet, que desvió de la institución más de 30 millones. Concretamente, aportó datos sobre la relación que, durante la pasada década, mantuvieron la Trias Fargas y el Palau. Subscribieron un convenio que reportó a la primera más de 600.000 euros por actividades de dudosa realización, hasta el punto de que hace unos meses accedió a devolver la cantidad en diversos pagos.
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Según las informaciones, el Palau recibió cuantiosos donativos de Ferrovial al poco de serle adjudicadas por la Generalitat convergente grandes obras públicas como la línea 9 del Metro o la Ciutat de la Justícia. Y, al menos en un caso, el día en que Millet recibió el dinero de la constructora, abonó la mitad (en ese caso, 60.000 euros) a la Trias Fargas.
Montilla espera que el juez lo aclare y el PSC ya habla de caso Convergència'
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En la fase final de su mandato, Pujol adjudicó, a través de la Conselleria de Política Territorial, al frente de la cual estaba el ahora secretario general adjunto de CDC Felip Puig, cuantiosas obra pública a conglomerados empresariales en los que se integraba Ferrovial, ejecutora también de las obras de la reforma del Palau.
Ayer, Artur Mas no dio, pese a las exigencias del resto de formaciones, explicación alguna por un asunto en el que la izquierda, muy por detrás en las encuestas, ve el auténtico talón de Aquiles de la federación nacionalista de cara a las elecciones de otoño.
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Sí que tomaron la palabra el propio Pujol y Felip Puig. El ex president no entró al fondo y se limitó a indicar que todo se hacía acorde a la legalidad y que la Trias Fargas siempre ha presentado "con transparencia" sus cuentas. Afirmó que lo que no podía saber era "qué pasaba dentro del Palau".
Puig sí que fue algo más concreto y rechazó de plano la "mala voluntad" que destilan este tipo de informaciones. El ex conseller aseguró que trazar una relación "causa-efecto" entre el hecho que "determinadas empresas, entre ellas alguna patrocinadora del Palau, hayan realizado obra pública" con los donativos legales y justificados a la fundación de CDC no es más que "un intento de ensuciar".
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Y, mientras, ICV y el PP se apresuraron a pedir una comisión de investigación en el Parlament sobre las cuentas de los nacionalistas que PSC y ERC no descartan apoyar. Montilla se mostró más comedido que las fuerzas políticas e hizo votos para que la Justicia, que instruye el caso, aclare "si hubo o no financiación ilegal de CDC".
Desde el PSC, el portavoz parlamentario, Miquel Iceta, se lanzó a hablar del "caso Convergència", y aventuró que se puede estar ante "el escándalo más importante de los últimos 30 años" y que Mas debería "aclarar el tema personalmente".