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El Supremo cortocircuita la resurrección de Jánovas, el pueblo que resistió al pantano

Métodos terribles, pueblos despoblados

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Jánovas, como Lavelilla y Lacort, en el Pirineo oscense, quedaron despoblados tras soportar durante décadas la amenaza de ser inundados por un embalse para producir electricidad.

ZARAGOZA .- El Supremo acaba de cortocircuitar para varios años, si no lo ha hecho de manera definitiva, la recuperación del valle pirenaico del Ara, el mayor de los ríos salvajes de la cordillera y convertido en emblema de la oposición a los pantanos: sobrevivió, tras sufrir una intensa despoblación, a la amenaza de construcción del embalse hidroeléctrico de Jánovas, descartado por su grave impacto ambiental en 2001, medio siglo después de ser aprobado.

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La decisión del Supremo, que alega que no puede retomar el pleito por afectar al mismo real decreto que el Gobierno de Castilla-La Mancha ha recurrido ante el Constitucional –en este caso por rechazar el Plan del Júcar-, conlleva que, en la práctica, el Gobierno central no moverá ficha antes de que el próximo 17 de marzo caduque la evaluación ambiental estratégica que avala el plan de restitución del valle.

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Métodos terribles, pueblos despoblados

Jánovas se convirtió en uno de los lugares emblemáticos de la oposición a la construcción de pantanos en zonas de montaña durante el franquismo después de que este avalara en 1951 los planes de Iberduero para construir en el valle del Ara una presa –de 548 millones de metros cúbicos en su mayor versión- que inundaría ese pueblo, entonces habitado por un millar de personas, y los cercanos de Lavelilla y Lacort.

El consejero de Vertebración del Territorio de Aragón, José Luis Soro, en una visita a Jánovas.

Tres décadas después, cuando en 1984 la familia Garcés decidió trasladarse, los tres quedaban desiertos, víctimas de un proceso que se había llevado de la zona a cerca de 4.000 personas de 40 poblaciones. No era para menos: personal a sueldo de Iberduero volaba con dinamita las casas, con independencia de que las colindantes estuvieran habitadas, en cuanto las familias aceptaban las expropiaciones –el Estado respaldaba un proyecto privado- y las abandonaban.

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La tenacidad de los antiguos vecinos

En 1993 comienza una batalla judicial y administrativa que terminarían ganando los antiguos vecinos de Jánovas, que empiezan a plantear la posibilidad de declarar caducada la concesión para explotar la central eléctrica del embalse y de reclamar la reversión de las propiedades que les fueron expropiadas.

Los antiguos vecinos y sus descendientes han comenzado a recuperar algunas casas de Jánovas.

Ese mismo año, en el que la concesión para explotar el embalse pasaría a manos de ERZ –luego absorbida por Endesa-, Iberdrola presenta un nuevo proyecto que requerirá una evaluación de impacto. Ocho años después, en febrero de 2001, el Ministerio de Medio Ambiente descarta la presa “por sus adversos efectos ambientales”.

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Declaraciones oficiales y abandono efectivo

Sin embargo, las administraciones llevan otro ritmo. Por una parte, la consejería de Vertebración del Territorio que dirige José Luis Soro (Cha) ha acelerado los trámites administrativos necesarios para recuperar la zona y hace unas semanas entregó al Ayuntamiento de Fiscal 40.000 euros para mejorar las tierras de labor de la zona.

Las Cortes de Aragón mostraban“su inequívoco apoyo político a los vecinos en sus reivindicaciones"

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Por otra, las Cortes de Aragón mostraban de manera unánime “su inequívoco apoyo político a los vecinos de Jánovas, Lavelilla y Lacort en sus reivindicaciones y, más en concreto, en la reversión justa de sus casas y fincas”, al tiempo que reclamaban al Gobierno central “que lleve a cabo la elaboración de un plan de Desarrollo Rural Sostenible de Jánovas a través de un proceso de participación público, donde se cuente con la opinión de los afectados, para concretar las actuaciones viables que permitan la pronta restitución del territorio afectado”.

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