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Rubalcaba acude a los clásicos para intentar reanimar al PSOE

Los socialistas se dan un baño de autoestima, tras los mazazos del paro y el CIS, con González y Guerra juntos en Sevilla. Los históricos dirigentes encrespan al PP al insinuar que deseaba retrasar el comunicado de ETA

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Con la sensación de victoria aplastante ya en el bolsillo tras el macrosondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los líderes del PP parecían ayer enfrascados en competir en ingenio a cuenta del acto del candidato socialista Alfredo Pérez Rubalcaba en Dos Hermanas (Sevilla), que reunió en un mismo mitin a Felipe González y Alfonso Guerra por vez primera desde 1996: una reunión de "jurásicos", un "intento de volver al siglo XX", "ecos del paro, despilfarro y corrupción", "política en blanco y negro", "el circo de Buffalo Bill recorriendo Europa", "una foto de Halloween", "sólo faltaban Marlene Dietrich y Greta Garbo"...

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Este imaginario concurso lo hubiera ganado muy probablemente el portavoz del PP, Esteban González Pons, autor de las cuatro últimas frases citadas. Pero el gran acto que ayer reunió a cerca de 30.000 simpatizantes socialistas en Andalucía no estaba convocado para agradar a los rivales y ni siquiera al conjunto de los electores. El PSOE aspiraba a conseguir algo previo incluso al combate político: recuperar la autoestima.

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Los socialistas han empezado la campaña con la moral por los suelos. Al mazazo de los pésimos datos del paro conocidos el jueves le siguió la puñalada del viernes con la encuesta del CIS, que dibuja una España pintada de azul con una mayoría conservadora tan absoluta que evoca el terremoto de Felipe González en 1982, pero en su negativo. Y con el gran feudo de Andalucía, que celebra elecciones autonómicas en unos meses, también a un paso de caer.

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Ahí entra el baño de autoestima que los socialistas se dieron ayer en Dos Hermanas, el paso previo para al menos intentar llevar a las urnas en un entorno tan adverso a este 30% que el CIS registra aún como "indecisos" y a los que el PSOE se aferra para soñar con la remontada.

El acto se dirigía al núcleo duro socialista, a su base tradicional que, tras los ajustes impuestos por la UE desde mayo de 2010, también parece menguar día tras día y a la que se le invitó a revivir la épica de 1996, cuando el PSOE casi le da la vuelta a unos sondeos que lo habían enterrado antes de tiempo. "Volviendo a Madrid con toda la fuerza del Sur. Gracias a Felipe y Alfonso y sobre todo a los andaluces", escribió Rubalcaba en su Twitter tras el acto.

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Al menos para este núcleo duro de votantes del PSOE, ver de nuevo juntos a González y Guerra, que encabeza otra vez la lista por Sevilla, arropando a Rubalcaba es "insuperable", justo la palabra que empleó el candidato a la presidencia para referirse a los dos dirigentes históricos.

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Donde el PP vio a Buffalo Bill,Halloween y fotos en blanco y negro, Rubalcaba veía "a los Beatles", liderados por González, quien se ha convertido en un motor clave de su estrategia electoral. Desde que dejó el Gobierno para ser candidato, Rubalcaba lo ensalza públicamente como su referente, a gran distancia de José Luis Rodríguez Zapatero, del que fue vicepresidente hasta julio y cuya participación en esta campaña es casi testimonial.

González y Guerra, las dos figuras que dominaron el PSOE juntos o en trincheras opuestas desde la Transición hasta la derrota de 1996, acudieron a la cita sobrados de energía y ganas de liarla: ambos coincidieron en destacar el papel desempeñado por el ahora candidato en el proceso que ha llevado al comunicado de ETA renunciando a la violencia y lo contrapusieron a los palos en las ruedas que, en su opinión, colocó el PP.

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"A lo mejor Aznar le hubiera querido decir a sus amigos del MLNV [Movimiento de Liberación Nacional Vasco] que lo hubieran retrasado, pero no han podido porque este hombre, Alfredo Pérez Rubalcaba, tenía atrapados a los terroristas", afirmó Guerra. Y González remató: "¡Ay si hubieran podido retrasar el anuncio un poquito! ¿Y si lo hubieran intentado?".

El PP contestó airado por boca de su secretario de Comunicación, Carlos Floriano: "Son palabras insidiosas, asquerosas y repugnantes".

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Pese al alto voltaje del ambiente en Dos Hermanas, Rubalcaba se mantuvo fiel a su estilo, menos mitinero y efectista, sin salirse ni un milímetro de su guión: hay que movilizarse, subrayó, para frenar la "marea" que pone en peligro el Estado del bienestar. "Con indiferencia no se dan becas ni se ayuda a la dependencia", advirtió a los progresistas desencantados con el Partido Socialista.

A esta parte del electorado, que, según las encuestas, suma centenares de miles de personas, se dirige también de forma prioritaria el candidato de Izquierda Unida (IU), Cayo Lara, que trata de convencerles para que no se dejen seducir por Rubalcaba, que se presenta ahora con un programa nítidamente socialdemócrata, pese a haber formado parte del Ejecutivo que en mayo de 2010 giró a la derecha por imperativo de la UE.

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"Con este PSOE, con estas políticas tan neoliberales, hay que hacer un verdadero esfuerzo intelectual para poder darle unas señas de identidad de una mínima izquierda", clamó Lara en un acto en Zaragoza.

El gran problema para el conjunto de la izquierda es que, como ya sucedió el 22-M, IU araña pocos votos de la enorme bolsa de electores que abandona a los socialistas. Según el CIS, la federación de izquierdas subiría apenas seis escaños, mientras que el PSOE podría perder hasta 55. El efecto del martilleo de impactos negativos hacia los socialistas parece conducir más bien hacia la abstención, porque tampoco Equo conseguiría acta por Madrid, según el CIS.

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También para el PP son prioritarios estos electores progresistas desencantados. Pero el objetivo de Mariano Rajoy no es tanto conseguir que le voten como no asustarles y evitar así que se movilicen en el último momento para cerrar el paso al PP, como sucedió en 2008.

Si el viernes puso el acento en la necesidad de "meter la tijera a todo, salvo las pensiones públicas, la sanidad y la educación", ayer prometió no tomar ninguna medida que perjudique "a las personas que están en peor situación". Y todavía más: según Rajoy, a los "mayores enemigos de las políticas sociales" ayer habría que buscarlos en Dos Hermanas.

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