Rouco arremete ahora contra las redes sociales
La Conferencia Episcopal Española reelige hoy a sus principales cargos
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Caras largas, poco movimiento y una extraña sensación de pasotismo entre los obispos. El ambiente que se mascaba ayer, durante la apertura de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal que comenzó en Madrid, no alimentaba la capacidad de sorpresa. Sólo algunos hablaban de un intento por postular a un candidato que aglutinara a moderados, afines al cardenal Cañizares y descontentos con el actual mando. Pero lo más probable es que el cardenal Antonio Rouco será reelegido esta mañana como presidente de la Conferencia Episcopal.
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A punto de cumplir los 75 años, fecha en la que debe presentar su dimisión al Papa, Rouco volverá a ostentar este cargo por tres años más, paralizando cualquier intento a corto plazo por renovar el episcopado español.
El cardenal se quejó de la "situación crítica" por la que pasa la familia
Aparentemente ajeno a la lucha por el poder, el discurso de Rouco apenas hizo referencia a las elecciones episcopales. Sólo un párrafo al final para llamar a "un ambiente de comunión fraterna y de disponibilidad para asumir las tareas que sean necesarias o convenientes". Lo que muchos interpretaron como la puerta abierta para su renovación en la presidencia.
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Rouco, una vez más, se quejó de la "situación crítica" por la que, según él, pasa el matrimonio y la familia en España, fruto de un Código Civil que reduce la institución matrimonial "a una convivencia de pareja, sobre la base del afecto, con independencia de la diferencia de sexo de los convivientes". Asimismo, habló de los "riesgos" de las redes sociales.
La Iglesia centra sus expectativas en la Jornada Mundial de la Juventud
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El mismo día que Benedicto XVI alababa sus posibilidades para evangelizar, su máximo representante en España apuntaba que "la red se ha convertido en un instrumento poderosísimo de información y de comunicación; pero también de propagación de fórmulas de vida de todo tipo, sin excluir las menos acordes con la dignidad humana".
Rouco también centró sus expectativas en la inminente Jornada Mundial de la Juventud que traerá a Ratzinger a Madrid en agosto, un "instrumento providencial al servicio misionero de la Iglesia en la evangelización de los jóvenes", en un momento en el que la Iglesia se encuentra con que "Jesucristo sigue siendo muy poco conocido y muy poco amado".
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Sobre la situación de la familia y el matrimonio católico, el cardenal de Madrid advirtió también que "el Estado no puede sustituir, ni siquiera suplir, el papel de la familia y la escuela, dos instituciones básicas para el desarrollo de la persona". Todo a cuenta de una cultura "emotivista e individualista" que "ha conducido a una situación crítica que dificulta mucho la educación para el amor y para el matrimonio y que caracteriza nuestro vigente derecho matrimonial".
Por su parte, el nuncio en España, Renzo Fratini, defendió a ultranza "la identidad de la escuela católica" e hizo un llamamiento a la defensa de la vida "desde su concepción hasta su muerte natural". "Nunca hay motivos para quitar la vida a alguien, cediendo a una falsa compasión", proclamó el nuncio, en clara alusión a la ley de cuidados paliativos que actualmente está preparando el Gobierno español.
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Fratini subrayó en este sentido que la eutanasia no se puede considerar "muerte digna". "La muerte sólo es digna cuando se produce en compañía del amor de los demás. Sólo es digna la muerte natural", concluyó.