Rajoy respalda a los candidatos catalanes de discurso xenófobo
El líder del PP defiende un proyecto de "moderación" que contrasta con el mensaje de su formación regional
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"¡España, unida, jamás será vencida!". Ese fue el grito de guerra y bienvenida que le dieron ayer a Mariano Rajoy más de 2000 militantes del PP de Catalunya en L' Hospitalet (Barcelona).
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Desde que los conservadores catalanes mejoraron sus resultados en las elecciones del 28-N, al jefe de la oposición se le ve cómodo cuando los visita. Atrás quedan los conflictos que vivió su formación en su cruzada antiEstatut. "Otros no vienen. Yo vengo, estuve y volveré a venir porque me encuentro bien, muy a gusto, soy feliz y me tratan bien. Estoy muy orgulloso de estar en Catalunya", dijo, haciendo un guiño a la sociedad catalana con la que trata de reconciliarse definitivamente de cara a las generales.
Rajoy fue a pedir el voto para su partido recordando que en las autonómicas logró 18 escaños y se convirtió en tercera fuerza política. "El mejor resultado de un partido de centro derecha", resaltó, mientras pedía que se volviera a repetir en esta convocatoria.
La visita del jefe de la oposición llegó cuando las palabras del candidato del PPC a la alcaldía de Barcelona, Alberto Fernández Díaz, aún retumbaban con fuerza. Este dijo hace unos días que "enfermedades erradicadas" habían "rebrotado" por diversos factores, entre ellos la llegada de "inmigrantes subsaharianos".
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No es la única declaración polémica. Desde hace tiempo, el PP catalán defiende un contrato de integración para los inmigrantes y su cabeza de lista para Badalona, Xavi García Albiol, ha protagonizado más de un capítulo que ha sido calificado de xenófobo.
Camacho critica la Ley de Inmigración y el Código Penal que CiU apoyó
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Durante estos días, la inmigración se ha convertido en uno de los ejes principales de la campaña de la derecha catalana. Ayer, no fue la excepción, aunque Rajoy no picó del todo. Él que hace unos días hablaba junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, de convivencia prefirió centrarse, como es habitual, en la crisis económica. Nada de contratos. Ni salidas de tono.
Pero terminó avalando los mensajes de sus compañeros cuando arropó al equipo catalán: "Creo que las cosas se han hecho muy bien". "Nuestros candidatos son los mejores. Contáis con el respaldo del PP de toda España. Muchas gracias por dar un paso al frente y dar la batalla por la democracia", sostuvo Rajoy mientras citaba a Albiol y Fernández.
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En este último se detuvo para explicar por qué cuenta con "su apoyo y cariño" y para defender que es "la garantía de una Barcelona integradora y no separadora". Además, Rajoy afirmó que con él como regidor, la ciudad será "más segura y la gente no se sentirá a la intemperie".
El líder del PP quiso huir de excesos y de todo aquello que pudiese revivar la catalanofobia. Por eso incidió en que su eslogan es "Centrados en ti". "Una apuesta por la moderación política y una atención a los problemas de los ciudadanos", explicó.
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En su turno, la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, hizo hincapié en esta idea y mantuvo que su partido estaba en una "nueva andadura" basada "en la centralidad política al servicio de los problemas".
Pero su afirmación chocó con su intervención. Camacho también alabó a los suyos y, en especial, a Fernández: "Has hecho una gran campaña junto al resto de los candidatos. Habéis tenido pasión y convicción". Y entró de lleno al debate pidiendo "otras políticas de inmigración" para hacerla "legal, ordenada e integrada".
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"Queremos que todo el que venga aquí lo haga de forma legal y se cumplan las leyes. Pero queremos que la lacra del desempleo se reduzca", comentó, abordando el paro y dejando irremediablemente vinculadas ambas cuestiones.
Pero hubo más: Camacho realizó dos denuncias. Primero, que se hubiera apoyado "la Ley de Inmigración que permite que con tres años de arraigo se legalicen por la puerta de atrás a miles de personas irregulares". "De eso es responsable PSOE y CiU", acusó. Pero también esa fue su segunda denuncia, ambos partidos son culpables de aprobar un Código Penal en el que los "delincuentes multireincidentes entran por una puerta y salen por otra" y que, según ella, "hay que cambiar".
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Camacho se quejó de una CiU "victimista" de "lengua fácil con las promesas y tijera larga con los recortes". Mientras destacaba que Artur Mas era el presidente de la "independencia y el separatismo". Fernández, por su parte, siguió exponiendo sus ideas y dijo que no quería que Barcelona se convirtiera "en jauja" mientras citaba a okupas y antisistema. Pidió más policía porque "cuando no existe, hay delincuencia seguro".