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Rajoy intenta rescatar a Cospedal de su naufragio

Un grupo de sindicalistas recibe con abucheos a la número dos del PP a su llegada a Toledo y ella los acusa de 'boicotear' la convocatoria y estar a sueldo de José María Barreda

MARÍA JESÚS GÜEMES

El presidente del PP, Mariano Rajoy, acudió a Toledo para asistir a un acto de entrega de carnés a militantes junto a la secretaria general y presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal. En la agenda no estaba previsto que la acompañara. Fue todo un gesto de respaldo después de que la reforma estatutaria naufragara y de que se viera al presidente de la región de Murcia, Ramón Luis Valcárcel, tutelando la última fase de la negociación.

'Yo estoy aquí', subrayó Rajoy en numerosas ocasiones durante la reunión. Para empezar, el presidente conservador quiso incidir en que él puede acudir a cualquier lugar de España, algo que, destacó, no puede hacer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. 'Ni viene, ni se le espera', apuntó.

Rajoy obvia el no de su partido y afirma que el PSOE pudo aprobar el Estatuto

Rajoy afirmó que su partido estaba dispuesto a 'resolver' el tema del agua en Castilla-La Mancha y en toda España y los socialistas no tenía intención. Para el jefe de la oposición, el PSOE sólo busca armar 'un gran lío' porque ve que su líder en esta comunidad, José María Barreda, va a perder las elecciones después de 30 años de gobiernos socialistas.

PP y PSOE llevan varios días culpándose mutuamente de que el Estatuto no prosperara en el Congreso. Pero Rajoy justificó la posición de su partido y recordó que Barreda podría haberlo sacado adelante sin su apoyo porque cuenta con los votos suficientes. También advirtió que los socialistas no dudaron en hacerlo cuando el que estaba en la balanza era el catalán. 'Lo retiran porque quieren', sentenció.

Cospedal reprocha a Barreda no sacar adelante la reforma que el PP rechaza

Para el líder conservador, la propuesta de su formación 'garantizaba' el agua para toda España, mientras que la del PSOE 'no garantizaba nada para ningún sitio'. A su juicio, el presidente castellano-manchego y Zapatero son 'lo mismo'. 'En vez de gobernar hacen la jugada de la tinta del calamar: la de ponerlo todo patas arriba', denunció Rajoy. Cree que es una estrategia para que no se hable de otros asuntos fundamentales, como el número de parados o de por qué Castilla-La Mancha es la única autonomía que no tiene caja de ahorros. En el PP consideran que quieren poner a la gente en su contra. Algo que, según Rajoy, no lograran porque se coge antes 'a un mentiroso que a un cojo'. 'Unos construimos; otros destruyen. Yo animo a todo el mundo a que se apunte al futuro, a la vía del cambio y a la decencia política', dijo invitando a los ciudadanos a votarle.

Antes de su intervención, había tomado la palabra Cospedal. Después de haber logrado la foto con su jefe de filas, se la veía satisfecha. La mano derecha de Rajoy comparó a Barreda con el ex lehendakari Juan José Ibarretxe, al señalar que ninguno de los dos había sido capaz de sacar adelante la reforma de su territorio. Para ella, los socialistas sólo persiguen 'ruido y demagogia'.

Tanto ella como Rajoy se encontraron con un recibimiento inesperado: una pitada de medio centenar de personas a las puertas del Hotel Beatriz. En sus manos portaban dos pancartas. Una rezaba: 'Valcárcel decide nuestro futuro', y la otra: 'Cospedal preséntate por Murcia'. Entre los gritos se escuchaba: 'Más región, menos corrupción'. Los militantes y cargos del PP contraatacaron. Cuando ambos dirigentes se bajaron de los coches arrancaron los aplausos y las aclamaciones de '¡presidente, presidente!' con la intención de ensordecer los abucheos.

La secretaria general del PP acusó al presidente de Castilla-La Mancha de enviar a 'sus sindicalistas' para boicotear su convocatoria. 'No son agricultores, son sindicalistas pagados por el señor Barreda', denunció sin pruebas, tal y como hizo en el caso de las supuestas escuchas ilegales a su partido.

Fuentes del PP se encargaron de señalar con el dedo a los representantes de las organizaciones agrarias de Castilla-La Mancha. Estos explicaron que habían organizado la protesta porque los conservadores habían votado en contra de incluir en el Estatuto medidas que garantizaran una reserva hídrica y un uso preferente del agua para esta comunidad 'traicionando' el compromiso adquirido. Están convencidos de que el doble papel de Cospedal ha perjudicado a la región.

Dentro del PP algunos piensan que con todo este asunto Cospedal ha quedado 'tocada' y temen que afecte a sus expectativas electorales. Pero los suyos la defendían a muerte. Desde su círculo se insistía en que fue la artífice del consenso con Valencia y Murcia. Otros, sin embargo, sostienen que fue Valcárcel quien presionó viniendo a Madrid y destacando que, al final, Rajoy siempre tiene que intervenir.

El diputado Arturo García-Tizón, uno de los ponentes de la reforma en la Comisión Constitucional, salió en defensa de su presidenta. Primero defendió que su partido tiene 'un discurso único en toda la nación y no cede a la tentación de particularismos'. Y después reconoció la 'grandeza y buen hacer' de Cospedal. 'Defiende los intereses de Castilla-La Mancha y a España', resaltó.

Cospedal agradeció mucho la visita de Rajoy declarándose orgullosa de tener 'un presidente que tiene sentido de Estado'. Lo contrapuso con 'algunos que se avergüenzan' del suyo. Hablaba de Barreda, a quien invitó a dejar el PSOE y prometió acogerle en el PP. Algo a lo que la sala respondió con un no rotundo. La dirigente conservadora defendió que la propuesta que hizo su partido en el último minuto era 'perfectamente constitucional' y 'no hacía daño a nadie'. Y denunció la contradicción de los diputados socialistas manchegos que en su día votaron a favor del Plan Hidrológico Nacional y luego contribuyeron a derogarlo.

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