Rajoy pide en Asturias el voto contra Álvarez-Cascos
"No estamos ni para experimentos ni para satisfacer deseos personales de nadie", proclama
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Desde que hace más de dos años PP y PSOE pactaron en el País Vasco, los conservadores han ido diciendo que su partido está dispuesto a llegar a acuerdos con todo el mundo. El jefe de la oposición, Mariano Rajoy, ha comentado incluso que no tendría inconveniente en hablar, si fuera necesario de cara a las generales, con los nacionalistas vascos y catalanes, como hizo José María Aznar en 1996.
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Asturias, sin embargo, puede convertirse en una prueba de fuego para él. En este territorio el PP no tiene que plantearse si llega o no a entenderse con otro partido político de distinto signo. No. Lo que tiene que pensar es si está dispuesto a hacerlo con Foro Asturias, el partido que montó Francisco Álvarez-Cascos y con el que comparte ideología.
El líder del PP da por seguro que gobernará sin ayuda el Principado
El exministro de Fomento se fue del PP, después de años de militancia, el pasado mes de enero, dando un portazo porque Rajoy no le había elegido como cabeza de lista. El presidente conservador prefirió a Isabel Pérez-Espinosa, una candidata desconocida que promovieron en nombre de la regeneración, tras un año de especulaciones y de un turbio culebrón entre los partidarios de uno y otro bando.
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Ahora, con todas las encuestas sobre la mesa, el PP confía en ganar el Principado y no tener que verse en la tesitura de llamar a la puerta del que fue su secretario general. Pero si no quedara otro remedio, lo ven complicado. Saben que Cascos exigiría la cabeza de algunos dirigentes de la formación regional entre ellas la del alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, su gran rival y lo consideran inasumible.
Ante tantas cábalas, el PP prefiere concentrarse, de momento, en la tarea de obtener el mejor resultado posible y lograr que la derecha no se divida. Y con esa idea acudió ayer su presidente al Palacio de Congresos de Oviedo, donde le esperaban cerca de 3.000 personas. No nombró en ningún momento a Cascos. Al igual que el pasado 12 de marzo, cuando, en precampaña, se acercó hasta Gijón tras meses sin visitar Asturias.
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Gabino de Lorenzo tacha al exministro de "ingrato" y "arrogante"
Rajoy recordó que en la anterior convocatoria electoral su formación quedó a 0,5 puntos del PSOE y confesó el sueño que espera hacer realidad: "Hoy vamos a ganar las elecciones y lo vamos a hacer en solitario, que es como queremos gobernar". Además, defendió que Asturias "necesita un partido serio con respaldo en Madrid y en Europa".
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"Ni España, ni Asturias están para experimentos. Ni para satisfacer deseos personales de nadie. Esto es una cosa muy seria", indicó apuntando hacia los socialistas y de forma implícita hacia su excompañero de filas.
El líder del PP hizo un repaso de la historia de su partido y presumió de que era el más grande de España en número de afiliados: "Unos militantes que siempre han estado a la altura de las circunstancias". Sonó a reproche.
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Sus teloneros también se ocuparon de enviar sus recados a Cascos. "Quien crea que su partido tiene una deuda con él es simplemente un ingrato y un arrogante", acusó De Lorenzo.
El regidor ovetense salió a dar la cara por su protegida: "Vamos a demostrar que acertamos con la candidata que hemos elegido. Con experiencia, sentido común, coraje, imaginación, fiable y de honradez intachable de la que doy fe. Traerá aire nuevo, limpio, distinto. Asturias necesita a Pérez-Espinosa de presidenta". Rajoy lo secundó, dándole todo su aval.
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Por último, De Lorenzo recordó que en Asturias se presentan tres fuerzas políticas de centro derecha: "La de verdad y las de las lamentables escisiones del PP". E hizo un llamamiento a la movilización de los suyos recordándoles que "es evidente que va a producirse una dispersión del voto que sólo puede perpetuar el régimen socialista".
Por su parte Pérez-Espinosa se confesó una "candidata tranquila" y se jactó de estar al frente de "un partido fuerte, unido y comprometido". "Tengo el honor de representar el mejor proyecto", mantuvo mientras prometía a Rajoy una "lealtad reivindicativa" y una victoria que contribuirá a su llegada a La Moncloa.
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Por otro lado, el líder del PP quiso recordar que hoy se cumple un año de la votación en el Congreso del recorte de derechos sociales. Tras un minuto de silencio por los muertos por los terre-motos de Murcia, Rajoy respondió con ello al ministro de Fomento, José Blanco, que se encontraba a tan sólo unos kilómetros de él. El dirigente socialista es el que más irrita a los conservadores. En el PP siempre están denunciando sus "insultos". "Pepiño está ahí al lado hablando de mí, que es lo que más le gusta. Yo vengo a pedir un gobierno del PP en Asturias", comentó.
Los conservadores llevan meses denunciando que Zapatero ha recortado los sueldos de los funcionarios y ha congelado las pensiones. Rajoy recuperó además la anécdota de que a Zapatero le habían dicho que la economía se aprendía "en dos tardes". "Ahora quieren recuperar en dos tardes la confianza que han perdido en cuatro años de Gobierno donde han arruinado a mucha gente. Y no es posible", concluyó.
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El PP habló ayer y mucho de corrupción, pero no de la suya. Tocaba ‘caso Marea', en el que se investiga una supuesta trama de adjudicaciones de contratos en Asturias y en el que está imputado el exconsejero de Educación socialista José Luis Iglesias Riopedre.
El Partido Popular astu-riano pidió explicaciones en el Parlamento regional. De Lorenzo, prometió "legalidad y transparencia" porque "ambas son de obligado cumplimiento en los responsables de las instituciones públicas". Y Pérez-Espinosa responsabilizó al cabeza de lista socialista, Javier Fernández.
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También se ensalzó el Palacio de Congresos de Oviedo, obra del arquitecto Santiago Calatrava, imputado en el ‘caso Ópera' por cobrar del Govern balear 1,2 millones.