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Rajoy admite que se equivocó en las formas al apoyar a Camps

Afirma que su partido siempre "acata y respeta" las sentencias judiciales

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El líder del PP, Mariano Rajoy, reconoció ayer ante el comité ejecutivo nacional de su partido que las palabras que empleó para referirse a la situación del presidente de la Generalitat, Francisco Camps, habían sido "desafortunadas". El jueves pasado, el dirigente conservador dijo que apoyaba a su barón autonómico y que volvería a ser candidato en 2011. "Que la Justicia diga lo que quiera. No lo va a condenar el día 12", añadió. Se refería al día de mañana, cuando el Supremo decide si reabre o no la causa por los trajes.

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Sus declaraciones levantaron un gran revuelo: las críticas del resto de partidos políticos y el estupor generalizado de los suyos. Algunos dirigentes conservadores quisieron ver en ese "blindaje" una señal de que Rajoy manejaba información privilegiada que le garantizaba el archivo.

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El nuevo tesorero del PP promete "tolerancia cero" con la corrupción

Ayer, el líder del PP salió a aclararlo. Pero a escondidas. Su intervención se retransmitió en abierto, a través de un televisor, para los medios de comunicación. Cuando finalizó su discurso económico: fundido en negro y fuera micrófonos. Fue entonces cuando aprovechó para explicarse. Rajoy mantuvo su respaldo a Camps pero aseguró que su partido siempre "acata y respeta" las sentencias de los tribunales.

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También matizó que se refería a la reunión del Supremo y no a la decisión final que se adopte. Para la dirección del PP, la decisión de mañana del alto tribunal no es más que "una admisión a trámite" y no una condena. Rajoy comentó que su intención había sido la de cerrar, de una vez, el debate sobre el futuro de Camps y que se le "malinterpretó".

Esperanza Aguirre cree que el líder valenciano es "un señor honradísimo"

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Antes de comenzar el encuentro, Manuel Fraga se había mostrado muy crítico con él al indicar que sus afirmaciones le habían parecido "improvisadas" y podían "ser mejoradas". El recado, por lo visto, llegó a su destino.

A la salida, los cargos del partido se dedicaron a cerrar filas en torno a su líder y a Camps. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, resaltó que las palabras de Rajoy habían sido "sacadas de contexto". "No es lo mismo una declaración por escrito que cuando uno va a una radio", opinó. Además, dijo que el presidente de la Generalitat es "un señor honradísimo" y recordó que "su patrimonio no ha aumentado en absoluto".

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El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, también destacó que se habían realizado "interpretaciones incorrectas". El dirigente conservador anunció que su partido iba a "esperar" a conocer el veredicto del Supremo y aseguró que su partido siempre ha actuado después de las decisiones judiciales. Además, se mostró convencido de que Camps "saldrá victorioso" de su implicación en el caso Gürtel. También la portavoz del Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, quiso desde Bruselas reiterar su "respaldo" a Camps por su "excelente gestión" y dio a entender que este apoyo se mantendrá incluso si se reabre el caso.

Aunque Rajoy pretendía ayer zanjar cualquier tipo de debate interno, en algunos dirigentes caló la impresión de que podía estar mandado un mensaje en clave a Camps para que este no se fuera jactando de contar con su apoyo incondicional.

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El presidente de la Generalitat no acudió a la cita. Ni él ni la alcaldesa valenciana, Rita Barberá, porque estaban en Valencia presentando un modelo de Ford junto al ministro de Industria, Miguel Sebastián. A muchos de sus compañeros les pareció un déjà vu. Les recordó lo que ocurrió el pasado noviembre cuando Camps, al volante de un Ferrari azul, hizo de embajador de Fernando Alonso y de la escudería italiana. Entonces, se perdió el discurso de su presidente en la convención ideológica de Barcelona. Rajoy reinvindicó en esa ocasión que toda la clase política no era igual y adelantó que su formación ofrecería al resto de fuerzas políticas "un gran acuerdo contra la corrupción".

La reunión de ayer también contó con la participación de la secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien habló de Educación. De la vicesecretaria de organización, Ana Mato, quien anunció que su partido ya contaba con 800.000 afiliados. Y del secretario general del PP en Europa, Antonio López Istúriz, que se centró en el Ecofin. Pero la atención recayó en el nuevo tesorero, José Manuel Romay-Beccaría, quien reclamó "transparencia y responsabilidad" a los cargos del PP a la hora de cumplir los códigos de conducta. Tras dar las gracias a Rajoy "por su apoyo a la tercera edad", prometió "tolerancia cero" con la corrupción.

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Por otra parte, el Supremo admitió ayer a trámite un recurso presentado por el abogado José Luis Mazón contra la decisión del Consejo General del Poder Judicial de archivar la queja contra el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Valencia, Juan Luis de la Rúa, por intervenir en el caso Gürtel pese a su supuesta amistad con Camps.

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