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El PSC cree que la atomización política catalana le beneficia

Montilla confía en sacar rédito de la pugna entre nacionalistas y españolistas

FERRAN CASAS

El PSC parte segundo en la carrera electoral catalana y la ventaja de CiU es clara. La crisis económica y el desgaste de la figura del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tampoco ayudan. Y para más inri, el conseller de Educació, Ernest Maragall, pone en duda al Govern. Pero las expectativas para los próximos siete meses no son del todo malas. La más que previsible atomización electoral puede provocar que, de una u otra manera, los socialistas sigan en el Govern.

Fuentes del partido hacen, encuestas y sondeos de opinión en mano, un análisis según el cual la 'dura pugna' en el campo nacionalista y en el entorno del PP dejan al PSC y a José Montilla 'un campo amplio para mejorar resultados'. Cuando Montilla formó Govern en 2006 sucediendo a Pasqual Maragall lo hizo manteniendo a todos los dirigentes del sector más catalanista del PSC, en quienes Maragall tenía toda la confianza. Contó con el mismo Ernest Maragall, pero también con Antoni

Castells, Montserrat Tura o Marina Geli. Ahora, las cosas no parecen tan claras y hay discrepancias por el acomodo del 'sector catalanista'. Artur Mas y CiU no sólo deberán lidiar con Esquerra. También con el presidente del Barça, Joan Laporta, un nuevo y vigoroso competidor por el electorado independentista, que hasta ahora se repartían convergentes y republicanos.

La estrategia de CiU pasa por una 'amplía mayoría' a la que constantemente apela Artur Mas, que le permita gobernar con apoyos puntuales. Para ello necesita unos 60 escaños (ahora son 48 sobre 135) y que ERC o el PP estén por encima de 15. Tanto a los de Joan Puigcercós como a él, Laporta les podría poner las cosas difíciles.

El PSC cuenta con que el PP tampoco le vaya a servir de 'muleta' a CiU en Catalunya, como sí pasó en la segunda mitad de los noventa, cuando Jordi Pujol mercadeaba apoyos con José María Aznar. Su candidata, Alicia Sánchez Camacho, no estará sola en el intento de monopolizar el voto españolista y más derechista.

A la opción de Ciudadanos, en franco retroceso, se le sumará la pujante UPyD. El partido de Rosa Díez ha fijado como 'gran objetivo' tener presencia en el Parlament y el favor de algunos medios puede catapultarla y perjudicar al PP. La Plataforma per Catalunya, el partido xenófobo que lidera el edil de Vic, Josep Anglada, se presentará con un discurso duro en materia de inmigración que puede dañar al PP. En este flanco los socialistas asumen, eso sí, que tanto la Plataforma como UPyD pueden restar apoyos pese a que su voto autonómico es más exiguo pero más fiel que el estatal o municipal.

Según el PSC, la irrupción de Laporta, la principal y más sólida novedad, es perjudicial para ERC y por lo tanto, para el tripartito. Pero podría hacer que una CiU lejos de los 60 escaños estuviera condenada a pactar con ellos. La entente CiU-PSC en Catalunya garantizaría a Zapatero los diez escaños de la federación en el Congreso, que en el actual contexto económico y político valen su peso en oro.

La principal luz de esperanza para el tripartito está, según el PSC, no sólo en un buen resultado de Montilla. También en que ICV 'aproveche la autopista' que, a la izquierda, dejan ellos cuando compiten por la centralidad con CiU.

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