Tras el revuelo provocado por la anulación del macromitin previsto en la plaza de Vistalegre (Madrid) para lanzar la campaña electoral del 22-M, la dirección del PSOE se esforzó ayer por recuperar 'la normalidad' y zanjar cuanto antes la controversia que ha vuelto a alimentar las conjeturas sobre la sucesión de José Luis Rodríguez Zapatero. Pero los ecos de esta decisión del Comité Electoral, criticada internamente en su ejecución por quienes la consideran 'una marcha atrás tardía, innecesaria y hecha con estrépito', llegaron ayer al palacio de la Moncloa.

La pregunta no sorprendió al presidente, aunque llegó la última y bromeó simulando que la había olvidado. Ayer no se le planteó directamente la cuestión sucesoria, ni el momento en el que piensa despejar este interrogante, sino el trasfondo que alimenta el debate: '¿Cree que su persona resta más que suma a su partido en las elecciones del 22 de mayo?'.

El Comité Electoral intenta atajar, sin éxito, la controversia interna

Zapatero se atuvo en su respuesta al guión de campaña inspirado por él mismo: las elecciones municipales y autonómicas no son un plebiscito sobre la gestión del presidente del Gobierno, sino de la gestión de los presidentes autonómicos y alcaldes. 'La trayectoria de cada uno está ahí y los electores juzgan. A mí me han juzgado en más de una ocasión', dijo. Y no añadió, aunque quedó en el ambiente, que en las dos ocasiones en las que eso ha ocurrido resultó ganador.

El secretario general del PSOE también respondió, con su habitual estilo elíptico, a quienes dentro de su partido consideran que se ha convertido en un lastre para sus particulares opciones electorales, sean regionales o locales. 'Todo apoyo es bueno para un candidato, todo apoyo es bueno', les recordó. Y, por si había alguna duda, aclaró cuál será su actitud: 'Voy a tratar de que a los compañeros que concurren a las elecciones les vaya lo mejor posible. Les daré todo mi apoyo y con todas mis ganas, como siempre'.

Simancas reclama la convocatoria inmediata de primarias

De hecho, aunque se ha difundido que el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, no quería que pisara su territorio, ayer anunció que Zapatero le acompañara 'en un acto en Albacete, seguramente'.

En todo caso, la campaña del 22-M no dejará de estar trufada por el debate sucesorio en el PSOE. Ayer mismo volvió a demostrarse que los intentos de la dirección federal por redirigir la atención hacia los candidatos chocan una y otra vez con la disparidad de posiciones que provoca la hipotética marcha de Zapatero.

Elena Valenciano responde: 'Primero elecciones, luego veremos'

Barreda reiteró en RNE su convencimiento de que el presidente 'tiene una decisión tomada', dando así a entender que es la de no optar a un nuevo mandato, lo que justificaría la presión que él y otros dirigentes ejercen para que la anuncie antes de la próxima cita electoral. El presidente de Castilla-La Mancha defendió ayer el respeto a 'los tiempos' de Zapatero, pero Rafael Simancas, ex secretario general de los socialistas madrileños, reclamó '¡Primarias ya!'.

Ese es el título del artículo que colgó en SistemaDigital.es. Tras reconocer 'que en este lío los socialistas nos hemos metido solos', Simancas escribe: '(...) las cosas se han puesto (las hemos puesto) de tal manera que ni Gobierno ni partido podrán cumplir con su responsabilidad adecuadamente si no se resuelve con carácter previo la incertidumbre sobre el liderazgo del proyecto nacional'. Y añade, rotundo: '(....) yo soy partidario de zanjar la cuestión ya, de forma rápida y democrática. Convoquemos primarias y elijamos ya a nuestro candidato, nuevo o no', en el mes de marzo.

La respuesta le llegó por boca de la portavoz del Comité Electoral, Elena Valenciano: 'Primero elecciones, luego veremos. Ahora hay que poner todo el foco en los territorios', dijo a Europa Press.