Otegi planeaba un proceso negociador sin violencia
La propuesta ha llegado a las bases de Batasuna para su debate
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Antes de su detención hace una semana, Arnaldo Otegi y Rafa Díez Usabiaga tenían preparada ya una propuesta para su debate entre las bases de la izquierda abertzale ilegalizada, en la que planteaban la necesidad de celebrar un "proceso democrático" en Euskadi "sin ninguna violencia ni injerencia externa".
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El diario Gara informó este martes de la existencia de este documento, de 36 páginas, intervenido presumiblemente por las Fuerzas de Seguridad en la operación que acabó la pasada semana con el encarcelamiento de Otegi, Rafa Díez y otros tres militantes de la izquierda abertzale.
El documento apuesta claramente por la vía política
Esta propuesta sale a la luz después de varios días en que el Ministerio del Interior y el propio juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, en su auto, vienen manteniendo la tesis de que los detenidos actuaban por órdenes de ETA en la gestación de un nuevo polo soberanista. Esta acusación se redobló el martes a raíz del arresto en Francia de los presuntos miembros de la banda Ohiana San Vicente y Aitor Elizaran. Rubalcaba aseguró que este tenía la función de transmitir las órdenes a Batasuna.
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Esta acusación choca con el papel atribuido a Otegi y Rafa Díez los últimos meses como defensores en el debate de Batasuna de la necesidad de abrir un nuevo ciclo por vías exclusivamente políticas. La propuesta que iban a plantear a las bases ahora conocida no recoge una condena expresa de la violencia, pero sí destila una clara apuesta por la vía política.
Los redactores del texto consideran en ese sentido que la apertura de un "proceso democrático", basado en el respeto a "la decisión de la ciudadanía vasca" y desarrollado "sin ninguna violencia ni injerencia externa", "debilita al Estado y nos fortalece a nosotros, sin ningún género de dudas".
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Este planteamiento coincide con un análisis recogido en uno de los documentos incautados por la Policía en el despacho de Rafa Díez y recogido por Garzón en su auto. Según concluye dicho informe, la fase actual "de confrontación político-militar (pm)" supone un "desgaste" para la izquierda abertzale: "El mantenimiento de la estrategia pm, con sus limitaciones y sus consecuencias colaterales en el espacio abertzale por el cambio, profundiza el debilitamiento del pulso con el Estado". En ese escrito incautado a Rafa Díez, se defiende por todo ello que la izquierda abertzale debe retomar la iniciativa para un "pulso en clave política".
Otra muestra de la "apuesta política" que Otegi, Rafa Díez y el resto de encarcelados pretendían trasladar a las bases para su ratificación es la "autocrítica" que realizan sobre el final del proceso negociador, entre 2005 y 2007. "Al parecer", apuntan, "no nos hemos dado cuenta suficientemente de por qué y para qué abrimos el proceso democrático. No nos hemos dado cuenta de que no era para dar algunos pasos y poner, sin más, algunas bases para otra ocasión. No hemos interiorizado suficientemente que es hora de dar cauce al cambio político y que eso nos obliga a cambiarnos a nosotros mismos". Y ahondando en esa idea, añaden: "Hay que hacer una apuesta política porque las oportunidades y ocasiones nuevas no van a venir por sí solas".
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En esta propuesta, que se reparte ya entre las bases, se aboga además por dar pasos para reagrupar la izquierda abertzale, conformar un bloque independentista con otras fuerzas, levantar un "muro" frente a los golpes del Estado, impulsar la excarcelación de presos y propiciar otro proceso negociador. Otro objetivo estratégico es recuperar la legalidad para volver a las instituciones.
Ante el conocimiento de la propuesta de Batasuna, la portavoz del Gobierno vasco, Idoia Mendia, respondió que "si quiere hacer política, lo tiene muy fácil, tiene que alejarse de la violencia de ETA". El ministro Alfredo Pérez Rubalcaba mantiene, sin embargo, que la condena ya no le vale a Batasuna para ser legal, mientras ETA exista.