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El núcleo duro del Gobierno hace mutis con España ante el abismo

No está prevista en todo el fin de semana la comparecencia de Rajoy, Santamaría, Guindos o Montoro pese a la situación crítica del país. Soria y Margallo apremian a la UE a que actúe de forma inmediata y decidida

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Cada semana que se quema del calendario, España parece situarse más cerca del abismo. De la caída total. Pero sin duda la desasosegante subasta de bonos del jueves –el Tesoro se vio obligado a pagar el interés más alto por su deuda a dos, cinco y siete años de toda la era euro – y el nuevo récord batido ayer por la prima de riesgo (610 puntos al cierre) empujan al país irremediablemente a la ratonera. Al rescate total del Estado, la posibilidad de la que el Gobierno más odia hablar.

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El nerviosismo es total. Jamás se había llegado a una situación tan límite, donde ya ni tranquiliza a los inversores la dura receta de recortes impulsada por el Ejecutivo ni la aprobación final de la asistencia financiera por el Eurogrupo, las dos piezas a las que últimamente se achacaba la ira de los mercados. Pese a unas condiciones tan negras, Mariano Rajoy y el núcleo duro de su Ejecutivo elude las explicaciones públicas. El líder del PP, que esquivó las cámaras las primeras horas posteriores a la petición del rescate de la banca, rehúye lanzar siquiera un mensaje de calma. Ni hoy ni mañana está prevista en la agenda gubernamental la comparecencia del presidente, de su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, o de sus ministros económicos, Luis de Guindos (Economía) y Cristóbal Montoro (Hacienda). Este sábado sólo aparecían dos actos en las previsiones oficiales: la asistencia en Palma del jefe de la diplomacia, José Manuel García-Margallo, a la audiencia del príncipe a los titulares de Exteriores europeos, y la presencia de Ana Pastor en la inauguración de unas obras en Pontevedra. El titular de Industria, José Manuel Soria, se encargaría de cerrar el congreso del PP de Tenerife.

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Fuentes del Gobierno aducen que la situación no ha mudado desde ayer

Fuentes de la Moncloa confirmaron este sábado a Público que hasta el lunes no se espera ninguna comparecencia más. El Ejecutivo aduce que "la situación no ha cambiado" desde ayer, y que en todo caso habrá que aguardar a la apertura de los mercados el lunes. "Nos ceñimos a lo dicho por la vicepresidenta. Sus palabras siguen valiendo hoy". 

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Ayer, en efecto, buena parte de la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros estuvo copada por las preguntas por la asfixiante situación de los mercados. Y eso que la pesadilla acababa de levantar vuelo, porque a esa hora, y en plena comparecencia, trascendía que el País Valencià acababa de solicitar la adhesión al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA). O sea, que demandaba el rescate del Estado por no poder asumir los vencimientos de su deuda.

Santamaría recalcó que el Gobierno "hace su parte", está cumpliendo con sus "compromisos" de reducción del déficit e impulsando "reformas estructurales para ser competitivos", de forma que a quien le toca hacer ahora su parte es a la Unión. Así, imploró que los acuerdos alcanzados en la última cumbre del Consejo Europeo, los pasados 28 y 29 de junio, se cumplan. Esto es, avanzar hacia una unión bancaria, fiscal y política, que los fondos de rescate puedan comprar bonos de deuda con condiciones y que el MEDE (el fondo permanente), a través del cual se canalizarán las ayudas a las entidades españolas en el futuro, pierda su carácter de acreedor preferente. Para apoyar su argumentación, la vicepresidenta se remitió a unas declaraciones del ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, en las que subrayaba que la zona euro también debe trabajar y que el acoso de los especuladores se debe a la gran "incertidumbre" que planea todavía sobre Europa. "Estamos trabajando en todas las instancias y también en Bruselas para que esos acuerdos se vayan cumpliendo con la mayor agilidad posible", destacó la número dos del Ejecutivo. Como prueba de cargo, señaló la reunión prevista para el 2 de agosto en Madrid entre Rajoy y el primer ministro italiano, Mario Monti. "Los dos Estados tienen posiciones compartidas y les llevó a ser especialmente activos en el logro de esos acuerdos", apostilló. 

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Margallo vuelve a exigir al BCE que compre deude para aliviar la tensión

La comparecencia se extendió durante más de una hora, hasta cerca de las tres de la tarde. Los mercados, alertados por la petición de rescate de la Generalitat Valenciana, aumentaron la presión. Al cierre, la prima se situó en los 610 puntos básicos, la rentabilidad del bono, en el 7,26%. Y el Ejecutivo sólo habló por boca de Margallo. Desde Palma, donde participaba en un encuentro con sus homólogos europeos, el ministro de Exteriores delató el cierto desconcierto que padece el Gabinete de Rajoy. Fue mucho más allá que Santamaría y exigió una intervención inmediata del Banco Central Europeo (BCE) para aplacar el ataque al país, que ya estaba alcanzando niveles "insostenibles" e "inabordables". El BCE debe ser, sostuvo, "mucho más fuerte que el banco clandestino" que es hoy, ya que "no está haciendo nada para para el incendio de la deuda pública". Margallo insistió en que hace falta una "Europa más federal mucho más solidaria" y un verdadero timonel económico europeo que acorte las diferencias entre los países de la eurozona. No puso paños calientes a la dificultad del momento: el momento es "absolutamente crucial, de refundación de la Unión Europea, como pudo ser Maastricht o el Tratado de Roma".

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Este sábado Margallo también volvió  a ejercer de portavoz y de duro ariete contra la pasividad del BCE, como lo había sido hace dos semanas. Le instó a demostrar que el euro es irreversible para evitar el acoso a la deuda por parte de unos mercados que contestan "con una bofetada en seco" a cada reforma que realiza el Gobierno, informa Efe. "Alguien tiene que apostar por el euro y en estos momentos, mientras la arquitectura de Europa no se modifique, quien puede hacer esta apuesta es el BCE", declaró el ministro tras ser recibido en audiencia por el príncipe de Asturias junto con sus colegas europeos del Grupo de Berlín. El paliativo temporal es que Mario Draghi ordene comprar bonos españoles. El jefe de la diplomacia, no obstante, mostró su convicción de que, pese a las turbulencias, España no necesitará un rescate de su economía, porque sus fundamentos son "extraordinariamente sólidos". El presidente del BCE, en una entrevista en Le Monde, echó agua a las expectativas: no habrá compra de deuda porque el mandato de la institución no contempla "resolver los problemas financieros de los Estados"

El ministro de Exteriores alemán respalda la política de Rajoy

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Guido Westerwelle, el ministro de Exteriores alemán, que compartía acto con él, expresó su respaldo a la política económica de Rajoy pues es la "única alternativa" y, aunque resulte "muy difícil para mucha gente", es "el mejor camino para crear nuevos empleos y reducir el paro". "España es un país saludable y fuerte", agregó, que se recuperará. Schäuble, por su parte, en otra señal de aval a Rajoy, había manifestado en una entrevista en Le Figaro publicada hoy que el rescate de la banca hará que las entidades financieras españolas no sean otra vez "una fuente de inquietud" para la eurozona. 

Soria apuntaló el mensaje de Margallo, aunque de forma no tan descarnada. Urgió a la UE a actuar. "No basta con la unión monetaria, no basta con el euro", asumió el ministro, pues la condición es que Europa haga definitivamente una apuesta por ir también hacia una unión económica que conlleve una unión bancaria para que haya reglas comunes y una unión fiscal.

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Desde la Moncloa remarcan que el Gobierno, aunque no comparezcan ni el presidente ni la vicepresidenta, ni Guindos ni Montoro, "sigue trabajando" para salir de la enredadera, y "sigue con atención todos los acontecimientos". "Es un pulso al euro, y hasta que Europa no convierta en hechos los acuerdos no habrá descanso, hasta que no reafirme que el proyecto del euro es completamente irreversible", explicaron a este diario fuentes oficiales. 

El Ejecutivo "es una máquina de generar desconfianza", dice Óscar López

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El PSOE, que había recibido el viernes el disparo de la vicepresidenta por no haber apoyado los recortes, devolvió el golpe. Si España roza la debacle, reflexionó Óscar López, secretario federal de Organización, es porque "el Gobierno de Rajoy es una máquina de generar desconfianza y división entre los españoles. Rajoy llegó prometiendo confianza", pero al final sus siete meses en la Moncloa, añadió, se resumen en "una gestión económica desastrosa". No obstante, como había hecho antes su compañero Valeriano Gómez, el número tres de los socialistas pidió al BCE que actúe ya. López, frente a las declaraciones de Santamaría, destacó que su partido siempre está "dispuesto" al diálogo. "Más le vale que use esa mesa para unir y no para dividir, porque la oposición del PSOE, en lugar de hablar mal de España, como hizo el PP, habla bien del país y busca soluciones", contestó, informó la formación en un comunicado. 

Terció asimismo el lehendakari y secretario federal de Relaciones Políticas de los socialistas, Patxi López. Apostó por el cambio del modelo productivo, lo que, censuró, no hace el Ejecutivo central, que está "equivocándose radicalmente" en las políticas, "porque no se están resolviendo los problemas de confianza en los mercados y porque las medidas aprobadas son injustas".

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-Draghi se niega a intervenir comprando deuda

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