"Necesitamos acabar, porque el duelo sigue"
Familiares de los fallecidos arremeten contra la lentitud de la Justicia en el séptimo aniversario de la tragedia
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Perder a alguien es terrible, pero perder a quien esperabas que llegara durante meses y que advirtió de los peligros del vuelo en el que regresaba a casa es todavía más difícil". Miguel Ángel Sencianes, autor de estas palabras, no pudo enterrar a su hermano fallecido en la mayor tragedia de las Fuerzas Armadas españolas, hasta un año y medio después del accidente del Yak-42.
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Los errores del Ministerio de Defensa, dirigido entonces por Federico Trillo, retrasaron las identificaciones de los fallecidos en el accidente y prolongaron el sufrimiento de las familias. Cuando se cumplen siete años de la catástrofe, la tragedia sigue en sus vidas porque que la causa que mantiene abierta la Audiencia no les deja "elaborar" su duelo.
Las víctimas aseguran haber superado su sensación de culpa
"Lo que más detesto de estos últimos años es la lentitud de la Justicia. Necesitamos cerrar esta etapa para empezar a vivir. Necesitamos acabar, porque nuestro duelo sigue", recalca Granada Ripollés. Su hermano, el comandante José Manuel Ripollés, le había advertido cuatro días antes de morir a bordo del Yak-42, que sentía "taquicardias" cada vez que se montaba en una de esas aeronaves.
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"Justicia con mayúsculas" es lo que reclama Francisco Cardona, que perdió a su hijo en las montañas turcas el 26 de mayo de 2003. Y, la "asunción de responsabilidades por parte de las autoridades militares y políticas del momento" es la principal petición que formula Sencianes. "Estamos mejor, porque hemos superado el sentimiento de culpa que nos hacía pensar que podíamos haber evitado la tragedia, pero esto no se supera", reconoce el también portavoz de la asociación de afectados.
Haciendo balance de estos siete años, los familiares de las víctimas reconocen tener poco que agradecer y mucho que detestar. Cardona afirma que "con el cambio de Gobierno, hubo gestos positivos, pero que no se terminaron de concretar". Sencianes, más generoso, agradece la investigación, el testimonio de muchos de los testigos "que han dicho la verdad" y la labor de sus abogados. Ripollés, en cambio, no tiene fuerzas para dar las gracias a nadie. "¿Qué podemos agradecer si esto ha sido fruto de una negligencia que sigue sin ser juzgada?", se pregunta.
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Las familias cargan contra las "mentiras" de Federico Trillo
Todos lamentan que su caso se haya convertido "en una guerra entre los políticos de PSOE y PP", pero critican que "los políticos no hayan asumido sus responsabilidades en el asunto". En este sentido, ellos tienen un preferido y un claro enemigo.
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El primero es el actual presidente del Congreso, José Bono, que cuando en 2004 asumió el mando de Defensa "hizo todo lo posible por cotejar las investigaciones y ayudar a esclarecer la verdad", destaca Sencianes. En su punto de mira, "por sus mentiras reiteradas". está, por otro lado, el actual portavoz de Justicia del PP, Federico Trillo, responsable político de la tragedia que, lejos de alejarse de la política, se mantiene en primera fila. Cardona afirma que es el "halcón oculto de Mariano Rajoy".
En estos siete años se han celebrado dos procesos sobre el asunto. Uno juzgó la negligencia en la identificación de los cuerpos y el otro la responsabilidad de las empresas del Yak-42 en la tragedia. Ambos juicios confirmaron que los que acusaron al Gobierno del PP no eran unos "locos". Pese a todo, las familias están dispuestas a seguir demostrándolo.