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Montilla confirma el 28-N para ir a las urnas

Jugará a fondo la carta del federalismo frente al independentismo

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José Montilla no dejó lugar a las sorpresas. Las elecciones catalanas serán el domingo 28 de noviembre. El president apura la legislatura (no hasta el extremo) y separa la fecha escogida de la huelga general (el 29 de septiembre) y de la visita del Papa (el 7 de noviembre). Montilla y el PSC afrontan la campaña con desventaja en los sondeos (algunos otorgan a CiU el doble de escaños que al PSC) y por eso, tal y como demostró ayer en su mensaje institucional, el president opta por resaltar el perfil propio de su partido.

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Tras comunicar la fecha del 28-N a su Govern, al president del Parlament, Ernest Benach, y al jefe de la oposición, Artur Mas, Montilla recordó en su mensaje institucional que las elecciones se afrontan en un contexto de crisis económica "grave", de descrédito "general" de la política y también de "no pocas tensiones" en la relación entre Catalunya y España tras el fallo del Constitucional sobre el Estatut. Y ante este último desafío el PSC tiene una receta clara, una virtud que, según Montilla, no observa en su rival de CiU Artur Mas.

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En una alocución que aparcó el tono reivindicativo con el autogobierno de los últimos meses, dejó claro que piensa jugar a fondo en campaña que el PSC es el partido que está por el encaje singular de Catalunya en España a través de la vía federal. Ante una sociedad catalana en la que las posiciones se polarizan entre partidarios de seguir formando parte de España y los del Estado propio, el PSC se dispone a abarcar el primer espacio sin complejo alguno.

En esta línea, Montilla aseguró que se vive "un momento extraordinariamente importante" en que se decidirá "qué camino debe seguir Catalunyano sólo en esta legislatura, sino en toda una generación". Y lanzó un aviso a los que se sienten tentados de jugar con el fuego del derecho a decidir, que puede acarrear que Catalunya y España hagan camino por separado. "Que los ciudadanos se informen, a fondo, y que piensen en las consecuencias de su voto", advirtió.

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Hace un guiño al electorado menos catalanista y usa el castellano

Montilla hizo dos peticiones "irrenunciables" a los partidos. Además del preceptivo "juego limpio", les reclamó "claridad en las propuestas políticas, decir la verdad y hablar claro". Precisamente eso es lo que los socialistas consideran que no hace CiU cuando se refugia en una calculada ambigüedad en torno al indepedentismo.

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El PSC no será ambiguo y no cederá al PP el espacio electoral de los que se sienten catalanes pero también españoles. En el otro campo, el de los que sólo se sienten catalanes o como mínimo están a favor de la autodeterminación, hay más contrincantes, y todos ellos dispuestos a ir más allá que el PSC con su Catalunya singular en una España plural y su defensa del Estatut.

ERC apuesta por la independencia y vincula futuros pactos a una consulta soberanista con todas las de la ley y CiU e ICV demanda el derecho a decidir sin límites: unos sostienen que ahora hay que usarlo para que Catalunya pida el concierto económico y otros para que se pronuncie sobre el modelo de Estado.

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El president, que en un gesto nada habitual usó el cas-tellano (además del catalán) en el Palau de la Generalitat en su declaración institucional y sin que nadie se lo reclamara, lleva días haciendo gestos de esta índole para movilizar al electorado menos dado al debate identitario y que se siente igual o más identificado con el PSOE que con el PSC. Así, a la repesca de Celestino Corbacho para la política catalana se le suma la presencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el primer gran acto electoral del PSC, la Festa de la Rosa que se celebra en dos semanas en Gavà (Barcelona).

El president aleja la fecha de la huelga y de la visita del Papa

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Tras fijar el 28-N como fecha, Montilla visitó un remozado instituto de Santa Coloma de Gramenet, en el cinturón de Barcelona, y criticó a los que inventan "conflictos lingüísticos" para encender "la hoguera de las identidades". Y, desde Madrid, Zapatero insistió en que Catalunya y España deben "retomar la agenda del encuentro" y en que la campaña "será una buena ocasión". A su vez, subrayó el compromiso del Gobierno con el rescate del Estatut cercenado, promesa que va "más allá" de las elecciones y de que el inquilino del Palau sea socialista.

Montilla firmará el decreto el 4 de octubre, lo que permitirá aún que se celebre otro pleno en el Parlament (el 22 y 23 de septiembre). El debate de investidura se celebrará en plenas fiestas navideñas o a principios de 2011.

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Pero la duda que más inquieta es deportiva. El 28 de noviembre está previsto el Barça-Madrid del campeonato de Liga. Ayer, las televisiones, el Govern y la misma Liga esperaban que se pueda jugar el sábado 27.

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