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La mediación familiar gana terreno a los juicios por problemas de pareja

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Riñas, custodias de los hijos, discusiones, repartos de bienes... El número de parejas que acude a los servicios de mediación familiar para resolver este tipo de problemas en España es cada vez mayor y, en tres de cada cuatro casos, el proceso termina con “acuerdos globales”; es decir, en todos los temas planteados.

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Estas son dos de las conclusiones del estudio Situación de la Mediación Familiar en España. Detección de necesidades. Desafíos pendientes, que han realizado el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, y la Universidad Complutense de Madrid durante 2005 y 2006 .

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Relaciones rotas

Las rupturas de pareja y los conflictos familiares que acarrean (decisiones respecto a los hijos, reparto del domicilio, reorganización económica...) son los casos en los que ha habido un mayor aumento de la demanda.

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Sin embargo, además de los problemas de pareja, cada vez se recogen más casos de otra índole, como los internamientos de mayores, herencias, acogimientos o adopciones.

Según el estudio, optar por este sistema frente al procedimiento judicial contencioso está reduciendo “los efectos negativos que conllevan disputas complicadas”, lo que indica una progresiva normalización en la resolución de estos conflictos.

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Además, la forma de acceso más común de los servicios de mediación es la iniciativa de alguna de las partes implicadas. Y son pocas las situaciones en las que los casos llegan derivados de los Servicios Sociales.

La tendencia a formar equipos multidisciplinares –formados por psicólogos, profesionales del Derecho y trabajadores sociales– es cada vez más frecuente y en el 58% de los servicios se exige una formación específica para contratar a los técnicos.

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Sin embargo, hay situaciones en las que los expertos desaconsejan la presencia de mediadores, como son aquellas en las que hay “existencia de violencia en la familia, de trastornos psicológicos, abusos de sustancias o adicciones”, explica el estudio.

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