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"Me detuvieron de forma arbitraria y ahora me piden cuatro años de cárcel"

Desórdenes, atentado y lesiones frente a una detención arbitraria

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Raquel Tenías en una manifestación.- TWITTER

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@JairoExtre

MADRID.- Nunca imaginó Raquel Tenías que aquel viaje a Madrid en marzo de 2014 pudiera costarle cuatro años de cárcel. De hecho, sigue sin creérselo del todo, pero es lo que dice la citación que recibió en su casa de Zaragoza el año pasado. El fiscal pide para esta aragonesa cuatro años de prisión, y el próximo día 25 se celebrará el juicio en Madrid.

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“Hacía buena tarde ─recuerda la acusada a Público─, así que cuando terminó el acto decidimos ir caminando hasta el autobús que nos llevaba de vuelta a Zaragoza. Estaba en un aparcamiento cerca de la plaza de toros de Las Ventas”. Pero esa tarde también se produjeron los disturbios más violentos de toda la ola de movilizaciones contra la crisis y su gestión. Hubo decenas de detenidos, policías y manifestantes heridos y diversos destrozos de mobiliario urbano y de sucursales bancarias. “Cuando nuestro grupo iba por la Puerta de Alcalá escuchamos ruido y gritos. Era una carga policial, así que corrimos para apartarnos en un lado”, explica.

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"Para comer, nos tiraron en la celda comida congelada. Son condiciones muy duras"

Lo que siguió fueron casi tres días de detención en la comisaría y los calabozos de Mortalaz. Casi 72 horas a oscuras, sin apenas beber, sin poder hablar con nadie pese a que estaba junto a otra veintena de detenidos en la misma manifestación. “Las condiciones en los calabozos son muy duras. Te mina mucho la confianza. Para comer, nos tiraron en la celda comida congelada, no nos daban ni un analgésico para los dolores. Me encontré muy desprotegida, la verdad. Yo, una ciudadana normal y corriente, que no tiene antecedentes de nada. Ni siquiera tengo una multa de tráfico”, relata la afectada.

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Desórdenes, atentado y lesiones frente a una detención arbitraria

Han pasado más de dos años, pero a Raquel se le están haciendo demasiado largos. Lo que le dijeron en comisaría y en el juzgado era que se le imputaba un delito de desórdenes públicos, pero cuando recibió la citación, el fiscal había añadido otros dos delitos: atentado y daños a un agente. Raquel Tenías, de 41 años, trabajadora de un restaurante y madre de un niño de 14 años está acusada de destrozar mobiliario urbano, realizar daños en la Embajada de Francia en España y de agredir y provocar lesiones a un agente que, seguramente, le doble en peso, altura y envergadura, como mínimo.

“Me quedé conmocionada por la desproporción de la petición. El fiscal se lo ha tomado muy a pecho"

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“Me quedé conmocionada por la desproporción de la petición. Pensé que se quedaría en nada porque al principio era sólo un cargo, no muy grave. Además no hay ninguna prueba de lo que se me acusa. Ningún policía me identifica en los atestados. Ni siquiera en el auto judicial. Parece que la Fiscalía se lo ha tomado muy a pecho”, relata la afectada, que denuncia una “detención arbitraria”. “Podían haber detenido a cualquiera que pasara por allí y que, como yo, no hubiera hecho nada”, se queja. No es la primera persona y, seguramente, no será la última en pasar ante el juez sólo por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado de una manifestación contra las políticas de recortes y austeridad.

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