Lorca reclama la suspensión de las hipotecas
Reconstrucción: el alcalde dice que las ayudas serán insuficientes
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Una semana después del seísmo, los vecinos del barrio de La Viña de Lorca (Murcia), el más afectado, se concentraron ayer ante sus frágiles edificios para rascarse los bolsillos. Quieren intentar salvar sus viviendas lo antes posible. Ofertas no les faltan, los constructores y las empresas de reformas han empapelado las paredes de Lorca con su publicidad. Pero la gran cita se producirá mañana viernes. Los más de 5.000 habitantes de La Viña están convocados a una reunión para exigir, entre otras medidas, la suspensión de las hipotecas y una vivienda para entrar a vivir ya.
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Las estadísticas que da el Ayuntamiento de Lorca son globales, lo que enmascara la situación por barrios. Sus últimas cifras hablan de apenas un 5% de edificios seriamente dañados. En las zonas más nobles de la ciudad, como la calle Juan Carlos I, apenas se ve algún punto amarillo y ninguno rojo.
El plazo máximo para la reconstrucción será de 24 meses
"En La Viña el 40% está en rojo real", explica la presidenta de la asociación de vecinos del barrio, María Dolores Sánchez. Otro porcentaje similar está en amarillo y muy pocas se han salvado. En La Viña, bautizada por los bomberos como la zona cero, vivían unos 5.000 vecinos que ahora deambulan por sus calles.
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Muchos de ellos se citaron ayer ante los portales de sus casas. En estas improvisadas reuniones de comunidad tenían que decidir qué hacer ahora que se conocen los detalles de las ayudas. En la calle Jardineros nº 10, no tienen claro si les corresponden los 106.000 euros anunciados para los que se hayan quedado sin casa o los 24.000 euros previstos para los que tengan que repararla. "Parece que tenemos que encargar nosotros el informe de reparación, hacerla y después pasar la factura", explica Andrés García, uno de los reunidos.
El Ayuntamiento afirma que no hay bastantes casas en alquiler
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Según adelantó el concejal de urbanismo, Francisco García, en una rueda de prensa por la mañana, "para agilizar el proceso" cada propietario o comunidad de vecinos debe contratar a una empresa para que lleve a cabo la rehabilitación de su inmueble, guardar las facturas y entregarlas a una comisión mixta (que aún no se ha formado), integrada por técnicos del Ayuntamiento y la Comunidad autónoma.
El problema es que muchos de los afectados no tienen el dinero suficiente para adelantar el trabajo. En ese caso, el concejal propone que los administradores de las fincas se pongan en contacto con las empresas constructoras y les informen de que el pago se les realizará cuando se abonen las ayudas y que "se atenderán todas", cuenta Efe. "Esa buena voluntad habrá que verla", duda García.
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Otro de los problemas que más destacan los vecinos es el alojamiento. Juan Campos, por ejemplo, que tiene su casa con punto negro en la calle Herrerías, vive desde el terremoto con sus padres. "Por si no fuera poco, mi padre está ya mal de la cabeza, se escapa y tengo que ir a buscarlo. Yo lo que necesito es poder irme a un sitio a vivir ya, alquilarme algo pequeñito", explica. En su caso, las ayudas prometidas son unos 6.000 euros durante un año, la mitad lo pagará el Gobierno central y el resto, el autonómico. El plazo máximo para la reconstrucción o la rehabilitación de la vivienda será de 24 meses desde la concesión de la ayuda, y el plazo máximo para la reparación de daños será de 12 meses, si bien los plazos podrán ampliarse por causas excepcionales.
Aunque muchas de las edificaciones de la zona norte del barrio tienen ya más de 30 años, y la mayoría de los vecinos acababa de pagar la hipoteca, a otros como a Rosario García, que vive en un inmueble de la Carretera de Granada, aún le quedan casi 200.000 euros por pagar. "Ya sé que no es cosa del Gobierno, pero deberían de presionar a los bancos para suspender el pago al menos un par de años", opina.
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El propio alcalde, Francisco Jódar, ha advertido de que "en muchos casos las ayudas serán insuficientes" y, por lo tanto, "habrá que utilizar los donativos de la gente", recoge Europa Press. Jódar, además, advirtió de que en el municipio no hay viviendas de alquiler para todo el mundo y que habrá que buscar recursos inmobiliarios en localidades cercanas.
El problema de las hipotecas será uno de los temas que tratarán en su asamblea los vecinos del barrio de La Viña. Todas sus casas están empapeladas de carteles llamando a las gentes del barrio a una reunión en el cercano hotel Amaltea mañana viernes a las ocho de la tarde. Los residentes estudiarán qué medidas de presión emplear para buscar una especie de amnistía de los pagos a los bancos. En cuanto a los políticos, exigirán tanto al actual alcalde como al que salga elegido el próximo domingo, como dice el pasquín, "Una vivienda digna ya".