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Una juerga navideña destapó el escándalo de la cárcel de mujeres

La investigación que ha provocado la destitución de los responsables de la prisión de Meco descubre el descontrol que reinaba en el recinto

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Imagen del modulo de mujeres de la cárcel de Meco. MÓNICA PATXOT

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Juergas con alcohol de varios funcionarios y de estos con algunas reclusas, irregularidades detectadas en el economato, abandonos injustificados del puesto de trabajo "poniendo en riesgo la seguridad", funcionarios que llegaban borrachos a trabajar. Ese era el ambiente que imperaba en la prisión según ha podido saber Público de fuentes solventes de Instituciones Peniteciarias.

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Lo que no está acreditado es que algunos funcionarios mantuvieran relaciones sexuales con reclusas a cambio de pasarles droga. Esa cuestión aún está bajo investigación. 

Todo surgió a raíz de una denuncia por una juerga navideña. Las pasadas Navidades una funcionario abandonó su puesto de trabajo y volvió poco después a la prisión con sus coche. Presuntamente introdujo alcohol en el recinto penitenciario. 

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A raíz de ese incidente se abrió una investigación y se comprobó que otro funcionario había abierto una de las celdas para tomar unas copas con unas reclusas. No está acreditado que en esa ocasión u otras hubiera sexo: mientras algunas presas de las celdas próximas aseguran que oyeron cómo allí tenía lugar un encuentro sexual, otras aseguran que sólo se oyeron risas y el típico alboroto de una fiesta. 

En cualquier caso los dos funcionarios han sido suspendidos de empleo y sueldo aunque no se descarta que aumente el número de los sancionados. 

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También se detectaron irregularidades en el economato de la prisión: varios funcionarios se llevaban comida, bebidas, tabaco y enseres varios sin permiso de sus superiores y ni tan siquieran los pagaban. 

Ante este ambiente tan enrarecido y relajado, la dirección de Instituciones Penitenciarias decidieron destituir a los principales responsables de la prisión. Al director por desconocer los hechos; al subdirector de seguridad por ser el superior inmediato de los funcionarios afectados y al administrador por las irregularidades. 

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Hasta nueva orden se ha puesto al frente de la prisión a un inspector. "La administración penitenciaria es muy estricta y no puede permitir este tipo de comportamientos", zanjan desde Instituciones Penitenciarias.

 

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