¡Jo, qué noche!
Zapatero barajó renunciar como secretario general al confirmar los resultados del 22-M
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El salto de Zapatero al escenario de Ferraz la noche del pasado domingo, dia 22 de mayo, causó desconcierto en la mayoría de los observadores, que esperaban la comparecencia del vicesecretario general del PSOE, Pepe Blanco. Quizá ese desconcierto hubiese sido mayúsculo si trascendía algún detalle de lo que pasó en La Moncloa y más tarde en la sede socialista antes de que Zapatero saliera a escena.
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Los famosos tracking o encuestas rotativas diarias fueron dando a Zapatero la idea de que las cosas irían muy mal, pero no le informaron de la intensidad del gran terremoto, de su capacidad destructiva políticamente hablando. Zapatero, a la vista de los datos casi definitivos, barajó presentar su dimisión como secretario general del partido esa misma noche. También se habló en los conciliábulos de una anticipación de las elecciones.
Sin embargo, algunos amigos de Zapatero, como Javier de Paz, actual consejero y ejecutivo de la compañía Telefónica, aconsejaron al presidente esperar, postergar el anuncio de su dimisión y proceder a las primarias tal como apuntaba el guión establecido antes de la catástrofe.
Fue, según esas fuentes, Elena Salgado, una mujer muy próxima a Alfredo Pérez Rubalcaba y al director de gabinete del presidente, José Enrique Serrano, quien le explicó a Zapatero, con documentos europeos en la mano, según se asegura, que no debía hacer ningún anuncio dramático adicional. Italia acababa el viernes de ser puesta por una agencia de rating en perspectiva negativa, el mismo día que la deuda de Grecia volvía a ser degradada.
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La derrota abrumadora del PSOE junto con las manifestación de los indignados habían puesto a España en el centro informativo internacional. Una dimisión "intempestiva" de Zapatero a la secretaría general del PSOE acentuaría el nerviosismo y la incertidumbre respecto al cumplimiento del objetivo del 6% del déficit público y reforzaría la idea de que los ayuntamientos y comunidades autónomas bajo nueva dirección política aflorarían, como Catalunya, más déficit. Había que insistir en agotar la legislatura, como había pedido Emilio Botín, para continuar las reformas.
El presidente asumió que era lo que cabía hacer. Además, la situación no era igual a la del año 2000. No eran elecciones generales. Y Zapatero a diferencia de Joaquín Almunia era el presidente del Gobierno.
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Pero Zapatero está persuadido de que a la luz de la gran derrota, sobre todo por la deserción del voto socialista, debe dejar la secretaría general. Y quizá por ello existe la sensación de que está preparado para hacerlo el próximo sábado ante el Comité Federal.
Patxi López se ha anticipado pidiendo un Congreso del PSOE. Txiqui Benegas ha sugerido ayer que López había hablado antes de que el PSE aprobase esa propuesta con Rubalcaba. Otras fuentes sostienen que López habló antes con Zapatero.
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Ayer, el diputado socialista en las Cortes, Elviro Aranda, hizo circular un texto que consiguió apoyo de varios diputados de su grupo. "Unas primarias sirven para la elección de un líder, pero ahora necesitamos mucho más que un hombre o una mujer al mando de la nave. Necesitamos corregir errores, definir los proyectos, establecer las prioridades y reorganizar las federaciones". Por ello, propone el 38 Congreso del PSOE.
La verdad es que si en una situación como la actual no se convocase dicho órgano, el máximo del partido, ¿para qué sirven los congresos?