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IU llama hipócrita al PSOE por vestirse de "traje rojo" el 7-J

Meyer y Lara endurecen el discurso contra los socialistas a cuenta de la crisis

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El enemigo o el adversario, según a quién se pregunte en IU estaba este domingo a escasamente 14 kilómetros. A tiro de piedra. José Luis Rodríguez Zapatero, en Dos Hermanas, su plaza talismán en Andalucía. Willy Meyer, en la misma capital hispalense, en otro de los puntos simbólicos para la federación. El resquemor estaba servido. Por la proximidad física, desde luego; por los casi 30 años del PSOE en la Junta, también, y por el robo de Rosa Aguilar la que "se vendió por un plato de lentejas", dijeron de la ex alcaldesa de Córdoba, con mayor razón aún.

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IU sacó la artillería mayor contra los socialistas con una crudeza extraordinaria, como no se había visto en las últimas semanas. Ni tan siquiera en los últimos días, cuando Meyer se esforzó en gustar a los "desencantados del PSOE". "No basta con vestirse con trajes de izquierdas bramó el candidato. El traje rojo de Zapatero esconde cinco años de políticas económicas que no se diferencian nada de las políticas de [Rodrigo] Rato y de [Cristóbal] Montoro. Hay que ser de izquierdas los 365 días del año, no sólo en campaña". Mensaje radiado en estéreo, porque el líder, Cayo Lara, en un mitin en Madrid, aludía a los "trajes de izquierda" (léase hipócritas) del presidente.

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Meyer entró en calor. Ensayó la complicidad con una grada también cabreada con el PSOE: "¿Propuestas de izquierdas de Zapatero en relación con la vivienda pública? ¡Cero!", exclamó, para estirar de corrido la provocación: "¿Y relativa a la política fiscal?", dijo. "¡Cero!", le replicó la militancia. De forma sucesiva, cayeron más suspensos a las medidas del Gobierno en inmigración, garantía de la universidad pública o rescate de los sectores energéticos. "¡Cero!", palmearon los asistentes.

El candidato coronó la montaña como ya acostumbra IU desde la llegada al poder de Lara: "Cuando digan los sindicatos, estamos preparados para la huelga general". Para rematar, el grito de esta campaña, que Meyer aún no había estrenado: "¡A por ellos, I-Ú!".

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Pero quien no se cansó de sacar tarjetas rojas al PSOE fue Diego Valderas, el líder andaluz de IU. Zapatero, estalló, es un "socialdemócrata de medio pelo", y Manuel Chaves y su sucesor en la Junta, José Antonio Griñán, meros "social-liberales", que "deshonran a la gente de izquierdas cuando no hacen lo que dicen". "Se aprovechan de nosotros, venden el alma de la izquierda a la derecha", atizó.

Delante escuchaban obreros de empresas andaluzas en crisis. "Confiad en nosotros les dijo Valderas. Tenemos un discurso invencible, aunque invisible". A IU sólo le queda moverse "casa por casa", exigió el candidato.

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Se echó en falta más corrupción, la alusión al abrazo del oso entre Mariano Rajoy y Francisco Camps en Alicante. Meyer calzó el tema tímido. "Veréis que Rajoy va últimamente a los mercadillos. Es que está comprando muchas alfombras para tapar la corrupción". Supo a poco. Al menos, usó el humor.

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