Así en la iglesia como en el pleno
José Luis Torres (PP). El regidor de Cómpeta tiene una excedencia como cura del pueblo
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José Luis Torres, alcalde de Cómpeta (Málaga, 3.862 habitantes) por el PP y candidato a la reelección, quiere hablar de política, no de sotanas. Aunque cortés y de maneras pacientes, se nota que el interés mediático que suscita su figura, la de un sacerdote que dio el salto a la política, le tiene ya un poquito más que harto. "Yo nunca he dado pie al morbo, han sido los medios. Simplemente he dedicado mi vida al servicio a los demás, a intentar dejar el mundo mejor de lo que me lo encontré. Y en cierto momento la propia gente del pueblo me pidió que diera el paso a hacerlo desde la política y lo hice", explica.
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Torres nació en Ronda (Málaga) hace 40 años. Se ordenó sacerdote en Málaga, tras estudiar Filosofía y Teología en Granada, y "el 26 de septiembre de 1999", como recuerda con precisión, llegó a Cómpeta como pastor de la Iglesia católica. Allí dio rienda suelta a su hiperactividad. "Creé el coro rociero, el grupo de teatro, me metí en todas las asociaciones, en reivindicaciones para el pueblo", explica. Y acabó presentándose a alcalde, para lo que tuvo que dimitir como párroco. "No estoy peleado con el obispo, como se ha llegado a decir. Cuando termine en política me reuniré con él y veremos", cuenta.
Su salida en el papel de Jesucristo crucificado en la procesión de Viernes Santo levanta ampollas
En las urnas arrasó. Se quedó a escasos votos de conseguir diez de doce concejales, dejando al PSOE los otros dos. Los socialistas, pese a que también tentaron a Torres en 2007 para que encabezara su lista (según el alcalde), denunciaron poco después de que el regidor cogiera el mando que jugaba con la ambigüedad y la confusión. Con un doble papel de consejero moral y gestor público. Su participación en el papel de Jesucristo, en la representación teatral de cada Viernes Santo en la que simula ser azotado y crucificado, suele levantar polémica. Y también el "morbo", ese que disgusta al alcalde, de ver a un sacerdote-alcalde azotado por el pueblo, en un lance con claras lecturas freudianas. "A la oposición nunca le va a gustar lo que haces", resume Torres. Pero añade: "Aquí a los concejales del PSOE los hemos tenido de nuestro lado".
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Cómpeta es un pueblo "tranquilo, hospitalario y agradable", según su alcalde. Tiene larga tradición de lugar de retiro para extranjeros. Viven casi 3.000 foráneos no censados, la mayoría mayores, de 36 nacionalidades. "En estos cuatro años Cómpeta ha crecido en interculturalidad, integración Y no sólo eso. Hemos hecho un nuevo hogar del jubilado, un polideportivo, un gimnasio, un centro de juventud, hemos arreglado 14 calles, tenemos Juzgado de Paz nuevo, piscina climatizada", enumera Torres, que cree que la gente está "cansada de la palabrería de los políticos" y se siente más llamado a la acción que a la palabra.