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Griñán gana el congreso, pero el sector crítico consolida un 30% de apoyos

La nueva Ejecutiva obtuvo el respaldo del 65,84% de los delegados, unos cuatro puntos menos que el cosechado por Griñán el día anterior

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Los bostezos se han convertido en dentelladas. Si durante la primera jornada del viernes el congreso de los socialistas andaluces había sido una balsa de aceite, al día siguiente, cuando se conoció ese elevado porcentaje de casi un 30% de rechazo al secretario general, José Antonio Griñán, la temperatura política del cónclave puso los termómetros al rojo vivo. El congreso tal vez siguiera siendo una balsa de aceite, sí, pero de aceite hirviendo. De hecho, más de uno va a salir escaldado de este encuentro. La pregunta decisiva es si uno de ellos no será el mismísimo Griñán.

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En todo caso, las votaciones a los órganos de dirección conocidas al filo de las dos y media de la tarde del domingo han sido contundentes, pero no abrumadoras. La nueva Ejecutiva obtuvo el respaldo del 65,84% de los delegados, unos cuatro puntos menos que el cosechado por Griñán el día anterior. El sector crítico presentó listas propias para el Comité Federal, el Comité Director (ambas encabezadas por significados dirigentes de Jaén) y otros órganos de dirección, donde consolidaron una representación media por encima del 30%.

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La composición de la Ejecutiva Regional no deparó grandes sorpresas, salvo la de la exclusión de la organización de Jaén, como castigo al voto contrario a Griñán por una gran mayoría de sus delegados. El nombre más llamativo de la dirección tal vez sea el de Amparo Rubiales, que ocupará la Presidencia del PSOE andaluz en sustitución de Rosa Torres, que seguirá en la Ejecutiva. Rubiales tiene una larga trayectoria en el partido, pero también una estrecha amistad con Griñán, lo cual ha disparado las maledicencias orgánicas que atribuyen ese ascenso a la Presidencia a una decisión personal del secretario general. El hombre fuerte de la Ejecutiva será el combativo Mario Jiménez, hasta ahora portavoz del Grupo Socialista en el Parlamento andaluz. Su puesto parlamentario lo ocupará el solvente exconsejero de Educación Francisco Álvarez de la chica.

La clave, en todo caso, de este congreso ha estado en Jaén. Si a nadie extrañó que votaran en contra de Griñán las minorías críticas de Málaga, Sevilla, Cádiz y Córdoba, no ocurrió lo mismo con el sesgo de la votación de los 70 delegados de Jaén. Estos, en efecto, votaron en un alto porcentaje en contra del secretario general, y ello a pesar de que el presidente había admitido públicamente su disposición a negociar con la agrupación provincial de Jaén su presencia en los órganos de dirección regional.

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En esta provincia la organización socialista en su conjunto apostó abiertamente por Rubalcaba en el congreso federal de febrero, en contra del criterio de Griñán. Por lo demás, es conocido el malestar de la dirección jiennense con el trato que le viene dando la dirección regional, ante la cual se siente ninguneada. Aunque con otras palabras, así lo trasladó el secretario provincial, Francisco Reyes, en su respetuosa pero severa intervención del viernes ante el plenario del congreso. Pero si dura fue la intervención de Reyes, no se quedó a tras la réplica del presidente, cuyo tono en ocasiones destemplado no gustó nada a muchos de los delegados de Jaén. Varios de ellos dijeron a Público que habían votado contra Griñán precisamente tras haberle escuchado esa intervención.

"Han querido desestabilizar el Gobierno de Pepe Griñán. Y eso no se puede perdonar"

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La jugada de Jaén tendrá sin duda consecuencias. La primera ya se conoce: la poderosa organización oriental ha sido excluida de la Comisión Ejecutiva Regional. Probablemente la segunda consecuencia se concretará en los nombramientos de delegados provinciales de la Junta. No es improbable que los nombres elegidos estén alineados con la minoría interna opuesta al secretario general, Francisco Reyes, y al presidente del partido, Gaspar Zarrías, quebrándose así la tradición no escrita en las filas socialistas según la cual a los delegados de la Junta en las provincias los propone el partido.

Pero también Griñán está pagando un precio en Almería. Técnicamente, ha salido de este congreso mucho más debilitado de lo que entró. Ese 30% públicamente contrario a su liderazgo es una herida que no se cerrará fácilmente. Un dirigente cercano al presidente razonaba ante Público que los críticos con Griñán no explicitaron en los congresillos de elección de delegados su rechazo al liderazgo del presidente porque si lo hubieran hecho no habrían logrado de la militancia los votos necesarios para obtener plaza de delegado en el cónclave de Almería.

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Algunos dirigentes consultados por Público estaban convencidos de que el rechazo a Griñán obedece a una operación perfectamente concertada por quienes en su día se sintieron desplazados por el actual secretario general, en concreto Manuel Chaves, Luis Pizarro y Gaspar Zarrías. Los delegados de Jaén argumentan una y otra vez, por su parte, que Reyes habría estado absolutamente dispuesto a firmar la paz con Griñán si este hubiera querido negociar y darles juego en la nueva dirección regional.

En cualquier caso, existe una cierta desproporción entre la relativa gravedad de los contenciosos pendientes entre Griñán y Jaén y el desenlace de ruptura total entre ambos que ha salido de este congreso. La ruptura quedaba perfectamente ilustrada en la valoración que una consejera del Gobierno andaluz hacía a Público en los pasillos del congreso: "Han querido desestabilizar el Gobierno de Pepe Griñán. Y eso no se puede perdonar".

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