El Gobierno avala el modelo lingüístico de Catalunya
Blanco dice que "ha funcionado muy bien como vehículo de integración"
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El Gobierno se alineó ayer con la Generalitat de Catalunya en el conflicto abierto por el auto del Tribunal Superior de Justicia (TSJC) sobre el modelo de inmersión lingüística. Lo hizo a través de José Blanco, desde la mesa oficial del portavoz del Gobierno, tras la reunión del Consejo de Ministros.
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Blanco recordó que, en su día, la ley se aprobó sin ningún voto en contra y, además, cuenta con "el aval" del Tribunal Constitucional. Por si no fueran razones suficientes, agregó que hasta ahora "ha funcionado muy bien como vehículo de integración" y, de paso, recordó que es un modelo "muy parecido" al que promovió en Galicia el conservador Manuel Fraga en su etapa como presidente de la Xunta.
Duran afirma que la lengua es «sagrada» pero propone no dramatizar
El portavoz del Gobierno apuntó a que se trata de una polémica con interés electoral, detrás de la que insinuó la mano del PP. "Es un ruido nada nuevo. Siempre que se aproxima un tiempo electoral, se utiliza la lengua como instrumento de división, aunque luego algunos, si lo necesitan, acaben hablando catalán en la intimidad", dijo Blanco evocando el pacto con CiU que en 1996 permitió formar Gobierno a José María Aznar.
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En Catalunya, el PSC emplazó ayer al Gobierno de Artur Mas a hacer "menos aspavientos" por el auto del TSJC sobre la inmersión lingüística y le exhortó a exigir al PP la retirada del recurso de inconstitucionalidad presentado en 2009 contra la Ley de Educación de Catalunya (LEC), aprobada en julio del mismo año bajo el mandato del Tripartito, con el consenso del PSC y CiU, además del apoyo de ERC.
El PP alegó entonces que la ley "limita" los derechos lingüísticos de los ciudadanos en Catalunya y no promueve "un modelo de sociedad abierta". El recurso alega que los padres verían limitado su derecho a escoger la lengua vehicular de enseñanza de sus hijos y rechaza el establecimiento de un cuerpo y un currículum docente propios del sistema educativo catalán, al margen del estatal.
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El PSC pide a Mas que exija al PP que retire el recurso a la Ley de Educación
Laia Bonet, portavoz adjunta del PSC en el Parlament, replicó a Artur Mas y afirmó que, en lugar de reclamar que el PP "deje de tocar las narices" con el catalán, sea "práctico" y pida a Alicia Sánchez-Camacho que su partido retire el recurso. La diputada socialista subrayó que la LEC, primera ley general de educación propia de Catalunya, consagró el modelo de inmersión lingüística y alertó que si el Tribunal Constitucional llega a pronunciarse sobre el recurso podría ponerse definitivamente "en riesgo" el sistema aplicado con éxito en la enseñanza obligatoria a lo largo de casi 30 años.
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Bonet exigió al Govern "más determinación" frente al PP, al que ha responsabilizado de la actual "ofensiva" contra el uso del catalán como lengua vehicular en la escuela pública. La dirigente socialista afirmó que está en juego la "credibilidad" de la Generalitat en defensa de la inmersión lingüística, por considerar que hasta ahora el Gobierno de Artur Mas ha dado prioridad a "mantenerse en el poder" por encima de buscar "la máxima cohesión" en defensa del catalán.
Por su parte, el Govern insistió ayer en ceñir al máximo su posición al plano jurídico. El portavoz del Ejecutivo catalán, Francesc Homs, declaró que el Tribunal Supremo y el TSJC "no están habilitados" para valorar si una ley se ajusta al marco constitucional ni para obligar a revisar o suprimir el modelo de inmersión lingüística. Homs subrayó que, según el principio de jerarquía de la Administración de Justicia, "sólo el Tribunal Constitucional puede interpretar cómo se tienen que aplicar las leyes".
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El propio recurso presentado por la Generalitat contra el polémico auto del TSJC se basa sustancialmente en este principio, además de insistir en que el TC ha avalado la constitucionalidad del modelo de inmersión lingüística en cuatro sentencias producidas entre 1983 y 2010.
CiU persiste en combinar firmeza y cautela en vísperas de la Diada. El hombre fuerte de la federación nacionalista en el Congreso, Josep Antoni Duran Lleida, declaró ayer rotundamente que la lengua catalana es un "tema sagrado", pero al mismo tiempo no dudó en rechazar "dramatizar" si en un futuro cercano hubiese la posibilidad de un entendimiento con el PP.