La Generalitat aprueba más de 200 festejos taurinos en Tarragona
Para modalidades que no se han visto afectadas por la prohibición de las corridas de toros a partir de 2012 en Catalunya
Publicidad
La Generalitat ha autorizado para este año más de 200 festejos taurinos en 26 municipios del sur de Tarragona, en alguna de las diferentes modalidades tradicionales en esta zona, y que no se han visto afectadas por la decisión acordada por el Parlament de prohibir las corridas de toros a partir de 2012, según han confirmado fuentes de la delegación del Govern en Terres de l'Ebre.
Publicidad
Los festejos del sur de Tarragona, que se celebran en 32 núcleos urbanos, conocidos con el nombre de 'correbous', incluyen también variantes como los 'bous embolats' -que suponen colocar dos teas ardiendo en las astas del animal- y los 'capllaçats' -en los que se ata la testuz del toro con una soga que portan los mozos de la localidad-.
La plataforma 'Prou!', promotora de la prohibición de las corridas y que recogió 180.000 firmas para tal fin, ha declarado en diversas ocasiones que los 'correbous' también son "tortura", aunque durante los meses de debate que se han seguido en la cámara catalana, los partidos han destacado que la diferencia radica en que los festejos populares de Tarragona no incluyen la muerte del animal.
De hecho, este tipo de festejos taurinos están muy extendidos y gozan de buena salud, también en municipios gobernados por ERC y CiU, dos de los partidos que con sus votos permitieron la prohibición de las corridas en Catalunya.
Publicidad
La prohibición ha puesto los focos sobre pueblos como Masdenverge, Poblenou del Delta, Godall y el Barri Castell de Ulldecona, que celebran estos días el clásico 'bou embolat'. Otras localidades, como Sant Carles de la Ràpita, Camarles y Campredó estaban en plena celebración de sus fiestas cuando el Parlament aprobó la prohibición, mientras que con anterioridad se había celebrado en municipios como Alcanar, L'Ampolla, Mas de Barberans, Roquetes, Paüls, Els Reguers, Jesús y Xerta.
El grueso de festejos taurinos se inicia a mediados de agosto
Publicidad
En cualquier caso, el grueso de festejos taurinos se inicia a mediados de agosto, coincidiendo con las fiestas patronales de localidades importantes como Amposta, Deltebre, L'Aldea, Ulldecona, Corbera d'Ebre y La Sènia. Otras celebraciones se extenderán a las primeras semanas de septiembre, como es el caso de Aldover y Horta de Sant Joan.
El arraigo popular de los espectáculos taurinos es indiscutible en las Terres de l'Ebre, por lo que en la zona se confía en que el Parlament sea capaz de "blindar" la fiesta de los 'correbous', a pesar de las quejas de las asociaciones en defensa de los derechos de los animales. De hecho, un juzgado de Barcelona ha admitido a trámite un recurso de apelación contra este tipo de festejos presentado por la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (ANPBA).
Publicidad
Todos los alcaldes consultados, con independencia del color político, se han mostrado partidarios de defender sus costumbres y tradiciones, "sujetas además a un manual de buenas prácticas que se respeta a rajatabla", como ha explicado Miquel Alonso, alcalde de Sant Carles de la Ràpita y conocido protaurino.
No es sencillo salir a la calle y decir que se prohíben los 'correbous'"
Publicidad
Las agrupaciones culturales impulsoras de las fiestas mayores, las peñas taurinas y los ganaderos reconocen sentir "el aliento en el cogote" de los animalistas, a los que ha dado alas la decisión del Parlament, aunque también aseguran estar dispuestos "a lo que haga falta" para defender un elemento sin el que no entienden sus celebraciones.
"Recoger firmas es relativamente fácil, pero no es tan sencillo salir aquí, en estas calles, y decir a la gente que se prohíben los 'correbous', ha precisado Alonso.
Publicidad
El Consell de Garanties Estatutàries ha dictaminado esta semana que la Proposición de ley de regulación de las fiestas tradicionales, adoptada por el Parlament, se adecua a la Constitución Española y al Estatut, si bien la normativa catalana sobre esta materia pretende asegurar la continuidad de este tipo de festejos en los municipios que los han celebrado tradicionalmente.