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Una fuga de gas tóxico en el puerto colapsa Barcelona

La Ronda de Dalt permaneció cerrada siete horas y afectó a todas las vías

Albert Martín Vidal

Este viernes no fue cosa de un apagón, tampoco de la falta de agua, ni de una huelga en el aeropuerto, ni de una avería en Renfe. Barcelona se colapsó poco después de las 9.30 de la mañana a causa de un vertido de gas tóxico que se produjo en la terminal de carga de Adif junto al Puerto de Barcelona. El incidente obligó a cortar la Ronda Litoral y tuvo un efecto dominó sobre la práctica totalidad de vías barcelonesas.

El accidente se produjo durante el traslado de un contenedor cargado de dimetilamina de un tren a un camión en el puerto. Por motivos aún desconocidos, la cisterna, que contenía 24.000 litros de esta sustancia, se cayó y se rompió. Al hacerlo, vertió unos 4.000 litros del disolvente.

A pesar de que rápidamente se supo que la sustancia no es tóxica —aunque sí muy inflamable y corrosiva si se inhala o se pone en contacto con la piel o los ojos—, la situación obligó a cortar la Ronda Litoral, una de las principales vías de la ciudad y a iniciar a contrarreloj la operación de control de la fuga.

El único afectado por el vertido tóxico fue el jefe de guarida de la primera dotación de bomberos que se trasladó hasta la terminal de carga y descarga de Adif. Tras inhalar la sustancia, fue trasladado al hospital. Pocas horas después, recibía el alta médica.

Mientras los Bomberos comprobaban la dificultad de manipular el contenedor caído y de trasvasar el líquido a una segunda cisterna, las vías del sur de Barcelona sufrían un gran colapso de tráfico. A causa del corte de la Ronda Litoral, que se alargó hasta las siete de la tarde, hubo colas de hasta siete kilómetros en la C-32. También hubo cuatro kilómetros de cola en la A-2, entre Sant Joan Despí y Cornellà, y en parte de la Ronda de Dalt.

En los accesos de la zona norte, las principales retenciones se registraron en la C-58, donde se acumularon 3,5 kilómetros de cola entre Montcada y el Nus de la Trinitat; y en la C-31, entre Sant Adrià y el extremo norte de la Gran Vía, en sentido sur. El centro de la ciudad también sufrió retenciones desde el mediodía, en especial en el Eixample y la parte alta de la Diagonal. La situación se agravó por la salida de coches de cada viernes.

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