La falsa metamorfosis de Wert
El ministro de Educación, ex colaborador en medios de comunicación progresistas, ya expuso en libros de FAES sus ideas conservadoras
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"A veces me sorprendo de las frases que he llegado a pronunciar". Es la reflexión que el ministro de Educación y Cultura, José Ignacio Wert, hizo el pasado 24 de septiembre en Radio Nacional de España. Una reacción lógica, la de sorprenderse, aunque tardía e ineficaz, porque el ministro sigue soltando perlas mediáticas en cuanto tiene una cámara o un micrófono delante.
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"El Sindicato de Estudiantes es una organización radical y extremista", "el objetivo del Gobierno es españolizar a los alumnos catalanes", "las protestas contra los recortes están basadas en prejuicios ", "los toros son un hecho cultural y un ingrediente de la marca España", "ustedes [el PSOE] se ponen del lado de la protesta, y no de la protesta en general, sino de la protesta violenta, de la protesta que infringe las leyes". Son algunas de las últimas declaraciones del ministro peor valorado por los españoles, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Wert desarrolló su actividad profesional en el estudio de la opinión en Demoscopia, donde trabajó durante 16 años. Además, era articulista en El País y tertuliano habitual en la Cadena SER. En esa etapa tenía fama de moderado y prudente, como le recuerda el periodista Iñaki Gabilondo, que dijo de él que "en el mundo de las tertulias era de primerísimo nivel y, en el Gobierno, es del último". Gabilondo criticó duramente el cambio de piel de Wert al llegar al poder: "En la radio, todo lo que decía lo decía con mucho cuidado, afinando. Pero de pronto, ha sido llegar al Gobierno, soltar el freno y comenzar a desbarrar. Día tras día, está ofreciendo una perla que nos hace dudar de si era Wert un tertuliano disfrazado de prudente, no siéndolo, o es un ministro disfrazado de imprudente, tampoco siéndolo", afirmó en su blog de El País.
Aun así, sus opiniones conservadoras no nacieron con el cargo. Antes de ser ministro, Wert escribió varios libros para FAES (la fábrica de ideas del PP) en los que, entre otras cosas, tachó al Movimiento 15-M de "reaccionario" e "ignorante". "Para mí, lo más sorprendente no es la deriva violenta y antidemocrática que está prevaleciendo, sino la génesis de la simpatía mayoritaria por el movimiento que dan las encuestas realizadas", insistió en un artículo publicado en el diario Sur en junio de 2011.
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En el mismo libro de FAES, titulado "Los españoles ante el cambio", Wert dedica un capítulo a la nación en el que, tras aportar datos estadísticos, concluye que "el orgullo de ser español convive armoniosamente con un orgullo de parecida intensidad por sentirse de una Comunidad Autónoma". Su propósito actual de "españolizar" a los alumnos catalanes y defender la "doble identidad" choca su diagnóstico en el libro de FAES: "La sociedad española no presenta ni mucho menos un cuadro de desintegración que se pueda comparar al de otras sociedades que en el pasado reciente han experimentado procesos de fragmentación". Aun así, ya advertía del peligro de la España se rompe: "En España es necesario encontrar una forma de canalizar esas pulsiones de desintegración -por limitadas o selectivas que sean- antes de que las mismas se enquisten más dañinamente en la convivencia".
Sobre este tema, y más concretamente sobre el caso catalán, ahora de actualidad por la ola soberanista que vive Catalunya, mostró más claramente su opinión (calcada del ideario del PP) en un artículo publicado en El País en agosto de 2010: "Le podemos dar las vueltas que queramos, pero si la Nación española es una e indisoluble, no caben en ella varias naciones ni cabe tampoco en la Constitución mecanismo alguno para su disolución".
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Sobre la crisis económica, Wert tenía ya una opinión conservadora mucho antes de ser ministro y, de hecho, reclamaba más mano dura a los socialistas: "El problema es que se propone un acuerdo sobre lo que no es problemático ni, en la mayor parte de los casos, lo requiere, y, en cambio, se soslayan aquellas cuestiones en que el acuerdo político sería imprescindible. Las que cuestan de verdad. Las que suponen repartir sacrificios y no caramelos". "O le hablamos a la gente como personas mayores que entienden que conseguir mejores bases para el bienestar de sus hijos exige que sacrifiquen ellos la parte menos sostenible de su propio bienestar, o seguimos enredados en el cuento moral que no nos lleva a ser felices ni, desde luego, a comer perdices", escribía el ministro en un artículo en El País en marzo de 2010.
También en 2010, Wert empezó a dar muestra de su osadía ante los medios de comunicación al afirmar en la Cadena SER que las encuestas del CIS llevaban "tiempo minusvalorando al PP y sobrevalorando al PSOE".