El espejo alemán del Cabanyal
El barrio marinero de Hamburgo sobrevivió a un plan que proyectaba sustituirlo por una ciudad de negocios
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El 4 de enero, tras conocer la Orden de Cultura que paraliza los derribos en El Cabanyal, muchos vecinos se reunieron para brindar, cantar, llorar y abrazarse. Uno de los más activos, Peter Schwanewilms, estuvo sin estar. A través de un móvil conectado a unos altavoces habló atropelladamente. Lo hizo a 2.500 kilómetros de distancia y en representación de Ottensen, el barrio marinero de Hamburgo (Alemania), que apoya desde hace años la lucha del Cabanyal por preservar su patrimonio.
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Las similitudes entre ambos lugares son numerosas. Ottensen, a orillas del río Elba y cerca del puerto de Hamburgo, fue un diminuto pueblo agrícola hasta que en 1850 lo fagocitó la ciudad. Los huertos fueron sustituidos por fábricas de vidrio, metal, tabaco y alimentación. En aquel tiempo se construyó a destajo para dar cabida a la abundante marea proletaria que llegó en busca de trabajo. Pero la crisis industrial de los setenta decoró Ottensen de degradación y abandono.
Muchas fábricas abandonadasson ahora centros sociales
El ayuntamiento planeó entonces convertir el barrio en un solar y levantar la City West, una ciudad de negocios inflamada de rascacielos, surcada por una autovía y repleta de nuevos bloques de viviendas para gente rica. Las inmobiliarias vieron la oportunidad de negocio servida en bandeja: suelo pobre y de pobres a la espera de suculentas recalificaciones. Pero se encontraron con la oposición de sus pobladores: muchos inmigrantes y sobre todo estudiantes embriagados por los vapores de Mayo del 68 que convirtieron Ottensen en una trinchera contra la especulación.
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El viejo barrio porteño juntó en sus calles más de 300 entidades con reivindicaciones que iban más allá del urbanismo, hasta abarcar un amplio abanico de derechos sociales: feminismo, Tercer Mundo, ecologismo... Ottensen fue en aquel tiempo un símbolo de las libertades políticas que cristalizó en la Bunte Liste, embrión de los Verdes-Alternativos, que obtuvieron representación en el Consistorio.
El barrio marinero de Ottensen es una de las zonas más chic de Alemania
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La movilización ciudadana se extendió durante una década y consiguió la metamorfosis de un plan urbanístico destructivo por otro que posibilitó una rehabilitación por fases que aún colea. Muchas de las antiguas fábricas abandonadas se han transformado en centros sociales, los jardines han proliferado y los patios interiores de las manzanas de los edificios han dejado de ser estercoleros y funcionan como plazas públicas. Un nuevo rostro que ha convertido a Ottensen en una de las zonas más chic de Alemania. En sus bajos anidan restaurantes, comercios y empresas multimedia. "Un barrio de perfil estudiantil, inquieto y dinámico", resume Burkhart Springstubbe, uno de los arquitectos implicados en su remodelación.
La relación entre Ottensen y El Cabanyal se inició tras un paseo al azar de Peter Schwanewilms por las calles del barrio valenciano. "Iba hacia la playa y me llamaron la atención las pancartas en las fachadas que hablaban de rehabilitación y pensé en mi casa", recuerda. Poco después asistió a su primera asamblea de Salvem el Cabanyal (plataforma que se opone a los derribos) y se convirtió en un asiduo. "Iba cada miércoles, les hablaba de Hamburgo, organizaba encuentros europeos".
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Por mediación de Peter, Ottensen se convirtió en un espejo para El Cabanyal, en la plasmación urbana de una rehabilitación posible. Proliferaron, entonces, los intercambios entre ambos barrios. Los más fructíferos, en unas jornadas que anualmente se organizan en El Cabanyal y donde los vecinos abren sus casas a exposiciones de artistas locales y extranjeros, entre ellos muchos creadores de Ottensen.
Uno de los momentos mas emotivos se vivió en abril de 2008 cuando Peter decidió volver a Alemania tras ocho años en Valencia. Fue un regreso atípico. El activista alemán recorrió en bici, durante dos meses, la distancia entre ambos lugares acompañado de una cuerda roja junto a la que se fotografió en cada ciudad importante. Un gesto cargado de simbolismo visual para unir de orillaa orilla el alma de dos barrios hermanos.