Las enfermeras abandonan la sombra de los médicos
El colectivo, de mayoría femenina, asume nuevas funciones y gana autonomía
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La figura de la enfermera vista como mera asistente a la sombra del médico es cosa del pasado. La enfermería, una de las profesiones tradicionalmente más vinculadas a la mujer, está a punto de culminar su transformación hacia un nuevo modelo que no sólo permite ya acceder a una formación universitaria como la de cualquier licenciado superior, sino que también ha abierto la puerta a nuevas funciones hasta ahora reservadas a los facultativos, como la prescripción de fármacos o el seguimiento de pacientes.
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Sin embargo, pese a tratarse de una profesión donde el 81% son mujeres, según datos del Consejo General de Enfermería, los hombres siguen ocupando la mayoría de puestos de máxima responsabilidad en organizaciones colegiales y sindicatos.
El 81% del colectivo son mujeres, aunque la mayoría de cargos los ocupan hombres
Las propias enfermeras, que el martes celebrarán al mismo tiempo el Día de la Mujer y el día de su profesión, son conscientes de que viven un momento relevante. "Hemos pasado del yo hago aquello que me dicen' a tener nuestras propias competencias, elaborar planes de cuidados o hacer diagnósticos enfermeros en el marco de equipos multidisciplinares", explica la jefa de Enfermería del Hospital Universitario La Paz de Madrid, María Teresa Freire. "No somos ni más ni menos [que los médicos]", añade esta profesional, que cree que la posibilidad de prescribir algunos fármacos "será una parte más del desarrollo profesional".
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De hecho, la llamada prescripción enfermera, una posibilidad prevista en la última reforma de la Ley del Medicamento cuya puesta en marcha, prevista para este año, ultiman el Ministerio de Sanidad y el Consejo General de Enfermería, terminará de dibujar la nueva cara de esta profesión como complementaria, y no subalterna, de los médicos.
Desde el Consejo General de Enfermería, que ya imparte formación sobre prescripción de fármacos a 60.000 enfermeras, su presidente, Máximo González Jurado, cree que estamos ante la culminación de un "cambio de modelo sanitario" que acaba con la "subordinación" de las enfermeras. Este paso tiene una de sus bases en la formación, donde según González Jurado se ha producido una auténtica revolución. Frente al anterior modelo de diplomatura o, incluso, al precedente de los ayudantes técnicos sanitarios (ATS), ya han salido dos promociones del Grado de Enfermería y los profesionales pueden acceder al doctorado mediante un máster o una especialidad, algo impensable hasta hace poco.
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"No somos ni más ni menos que los médicos", defiende una profesional del Hospital de La Paz
"El ámbito de los cuidados enfermeros es muy amplio", resalta por su parte Freire, que cree que la asunción de nuevas responsabilidades hace al colectivo "mejorar cada día". A su juicio, además, esto no debe suponer conflicto alguno con los médicos: "Nuestros logros profesionales no son en detrimento de otros [los médicos], sino que sirven para la mejora de la actividad asistencial; el paciente es de todos".
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Desde el ámbito sindical, la secretaria general de Comunicación del Sindicato de Enfermería (SATSE), María José García Alumbreros, también está convencida de que ahora se abre "un abanico de oportunidades" para las enfermeras de la mano de su papel, cada vez más relevante, a la hora de hacer prevención y promoción de la salud.
Por otro lado, la desproporción que aún existe entre hombres y mujeres en los puestos más altos de las entidades de enfermería no parece ser objeto de conflicto. Freire cree que esta situación responde, por una parte, a un factor generacional y, por otra, a cuestiones relacionadas con la conciliación de la vida laboral y familiar, en general más difícil para las féminas. "Cuanta más responsabilidad, más sacrificio. Tu vida cambia y necesitas apoyo familiar", explica Freire, que tiene bajo su responsabilidad a más de 4.000 trabajadores de La Paz.
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García Alumbreros reconoce que los puestos de representación "exigen una dedicación y un desajuste horario que muchas veces es difícilmente asumible cuando, además, se tienen que atender obligaciones en el hogar". A esto se suma el hecho de que, hasta ahora, el de la enfermera "no ha dejado de ser un sueldo secundario". Por su parte, González Jurado considera que, más que de sexos, es una cuestión de "disponibilidad y movilidad". A su juicio, esto no es en cualquier caso "motivo de conflicto" en el ámbito de una profesión en la que, según admite Freire, "cada vez hay más hombres".