'No sé si no es momento de reflexionar sobre lo que significa el gasto del PER en Andalucía y Extremadura. Eso tenía sentido hace unos cuantos años, pero hoy no es así'. Con esta denuncia, el portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, concitó ayer la crítica unánime de los gobiernos andaluz y extremeño y también de la oposición que lidera el PP en estos dos territorios.

Duran abogó por 'revisar toda la política de subvenciones' en España, un país 'excesivamente subvencionado' a su juicio, porque estas ayudas 'se utilizan después como instrumento cautivo del voto'. Estas declaraciones del dirigente nacionalista catalán encendieron la irritación de Extremadura y Andalucía al avivar uno de los principales tópicos que lastran la imagen de la economía de estas dos comunidades.

El Plan de Empleo Rural (PER) es un subsidio agrario puesto en marcha por el PSOE en los años 80 como motor de desarrollo en las zonas rurales más desfavorecidas.

'Lo que ha dicho Duran es un insulto a los andaluces, habla de oído; no tiene un conocimiento real y debería informarse antes de hablar', replicó el consejero de Gobernación de la Junta de Andalucía, Luis Pizarro, que lamentó que CiU recurra a la imagen de 'la Andalucía subsidiada' y a las insinuaciones sobre el 'voto cautivo'.

El líder del PP andaluz, Javier Arenas, criticó el 'grave error' del portavoz del grupo catalán y defendió que el PER es 'absolutamente imprescindible en muchas partes de Andalucía'.

En esta misma línea de respuesta, el presidente Extremeño, Guillermo Fernández Vara, acusó a Duran de recuperar 'un discurso frentista' con una 'dinámica de confrontación' que resucita 'problemas fantasma'.

También el PP extremeño se sumó a la defensa de las ayudas agrarias. Su responsable, José Antonio Monago, invitó a Duran a 'conocer el campo' y calificó de 'muy peligroso' el discurso de CiU por esconder una 'restricción de derechos'.